Esos 30 Minutos Tarde

180 8 0
                                    

Narra Damiano

Llegaba 30 minutos tarde sabía que Jesús se hiba ha enfadar conmigo.

-Llegas tarde-me dijo Jesús con tono severo.

-Lo siento mucho, no volverá ha suceder- ambos sabíamos que si, pero que más podría decir.

-Eso mismo me lo dijiste ayer, y mira donde estamos hoy, estamos manteniendo la misma conversación que tuvimos ayer - me dijo serio.

-Es verdad, lo siento mucho- dije triste

-No pasa nada, pero te tengo que castigar, lo sabes ¿verdad?- dijo un poco divertido.

- Si lo se - dije fingiendo tristeza ya que me encantaban sus castigos.

- Buenos pues si lo saves ves a por el cinturón-dijo con un subtono seductor.

-Ya voy señor-dije conservándo el tono anterior.

-Espera-dijo con voz traviesa-recuerda  cerrar la tienda, correr las cortinas y bajar las persianas y lo más importante apaga las cámaras de seguridad.

- Claro señor, ¿como me podría olvidar de lo más importante, para que usted disfrute del castigo? - dije con voz un poco traviesa pero manteniendo mi rostro triste

-Así me gusta- dijo manteniendo su tono jujeton- bueno vete ya ha prepara las cosas del castigo.

-Ahorra mismo voy señor, no se preocupe no voy ha tardar mucho- dije miéntras me iba.

Narra Jesus 

Lo cierto era que no me molestaba, del todo, que Damiano llegara tarde, lo queas me molestaba era tardar en darle su castigo.

Pasaron 5 minutos.

-Al fin vuelves, dijiste qur tardarías poco pero has tardado mucho. - dije serio pero con una mirada traviesa. - ahorra el castigo va ha ser peor.

Lo cierto es que solo pasaron 5 minutos pero se me hicieron eternos.

-Lo siento mucho señor, solamente quería darle más emoción al castigo ya que se que ha usted le encanta darme mi castigo- dijo mientras se balanceaba sobre sus piernas

-Muchas gracias por pensar en mí dije sinceramente- Pero la prosima vez azll como siempre.

- De nada señor- dijo dulcemente- la próxima vez lo haré siempre, tardaré tan solo 2 minutos.

- Así me gusta - dije devolviendo a mi voz mi tono travieso-.

- Me alegro señor-. dijo copiando mi tono de voz.

- Oye ¿alguna vez te he dicho que me encanta que me llames señor?. - dije mientras me aguantaba las ganas de desnudarle.

- No, nunca señor, pero me gusta que te guste. - dijo feliz y con mirada sensual.

Ya no me podía aguantar más las ganas de desnudarle, por lo que le empecé ha besar y ha quitar la ropa.

La tienda caliente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora