La tienda caliente

Visita Inesperada

Narra Damiano

Después de esos 20 maravillosos minutos Jesus y yo empezamos ha vestirnos ya que teníamos que habrir la tienda y no nos podíamos permitir tardar más.

Pero ocurrió algo inesperado, por la puerta de la tienda entró la esposa de Jesús, la cual era también dueña de la tienda, la señorita se llamaba Daniela.

- ¿Que pasa aquí?- pregunto desconcertada.

Avergonzados por lo que estaba pasando bajamos la cabeza.

- Me lo temía, sabía q vosotros dos teníais algo en común, pero pensaba que solo eran ideas mias- dijo cabreada- Es increíble a no os atrevais ha decir nada después de lo que está pasando.

-Daniela, yo... Lo siento mucho amor. - dijo Jesús con un tono que nunca había escuchado salir de su boca-ya no podemos seguir así, tengo que confesarte que soy gay, y q te llevo poniendo los cuernos desde hace meses. Perdoname.

-Daniela perdoname a mi también. Siento mucho esto. - dije con mi voz más sincera- Se que estas enfadada, pero quiero dejar claro que lo siento mucho. 

-¿¡Sientes mucho esto!?- dijo enojada.

-Sí, de verdad que lo siento mucho.- dije sincero.

- Si de verdad lo sintieses no lo habrías hecho para empezar. - tenía razón, pero no me había podido atener a la tentación de estar con él.- Y para seguir, lo único que sientes es que os allá pillado con las manos en la masa y q no podáis seguir corriendo ha la vez.

- Daniela, amor de verdad que lo siento.-dijo Jesús arrepentido.- Perdoname, te juro que lo siento.

- Callate invencil, eres un gran hijo de puta. - dijo de lo más enfadada.

- Perdoname- dijo suplicante Jesús

-¡Que te perdone tu abuela, por que yo no!- dijo con un nudode ira en la garganta- ¡De hecho quiero el divorcio, pero tu tranquilo que te quedas con la tienda y sin la custodia de tus hijos!

-¡No!, ¡sin mis hijos no! - dijo apenado Jesús.

- Eso te pasa por gilipollas, infiel y cabron-dijo fingiendo tranquilidad.

Me sentía muy culpable por todo lo que estaba pasando, creía que Daniela nunca se enteraría de lo nuestro. Me sentía muy mal, pero ella tenía razón, me sentía mal por que nos hubiera pillado no por sentirlo de corazón y eso hacía a me sintiera más mal.
Daniela se fue de la tienda mientras llamaba a su abogado personal.

-Hola soy Danielale quería pedir ¿si podría llevar mi caso de divorcio? - pregunto de lo más amable.

Mientras tanto Jesús estaba derrumbado en el suelo llorando y sin saber que más hacer. Mientras tanto yo seguía en estado de shok.