Olas de sufrimiento.

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¿Por qué utilizas tu teléfono cuando se supone que estamos en una cita? ¿Por qué sonríes a la pantalla y a veces te sonrojas? ¿Por qué no me miras a mí? Vamos, échame una mirada, estoy al lado tuyo esperando algo de ti. ¿Por qué no me has hablado desde que empezó la película? Keisuke, soy tu novio, no tu amigo, ni tampoco tu compañero de habitación que compartiste durante la universidad y mucho menos una persona a la que recién estás conociendo.

Tal vez esté malinterpretando las cosas, tal vez estoy exagerando con mis suposiciones, pero, ¿Por qué saltaste del sofá para contestar el celular?

Me duele.

Decido mirar la película que habíamos puesto para disfrutar los dos, ya que de hace tiempo no habíamos tenido momentos juntos. Sin embargo, viéndolo de esta manera, dudo mucho que podamos hacerlo. Y tú sin darte cuenta de absolutamente nada de lo que sucede a tu alrededor, me levanto del mueble para tomar el abrigo que estaba colgado al costado de la foto de nuestro aniversario número tres. Me duele el pecho. Mi garganta pica por sacar los sollozos que alguna vez estuve reteniendo. Mis ojos arden por las lágrimas que están amenazando a mis mejillas en salir.

Tomo las llaves del auto y me doy la vuelta para observarte, pero tú ni siquiera te percatas de que me había separado de ti.

Salgo de casa. Hace mucho frío y el viento me azota descaradamente los costados del cuerpo, haciendo que me entre escalofríos en mi espalda. Entro al auto de una vez, y ahí me permito suspirar y mirar al frente; las calles estaban desoladas, y creo que era algo obvio, son como las dos de la madrugada.

Meto las llaves y arranco el carro. Conduzco allá, el único lugar donde me puedo sentir protegido de las desgracias que empezaron hace dos años, exactamente un 10 de noviembre del año 2015.

Y escucho, escucho esos dolorosos pero hermosos sonidos que produce, y también como salpica a los alrededores como pintura. Pintura fresca que ha traído un pintor para determinar su escultura. Aquella que deja sorprendidas a todos, pero que algunos con un mal sabor de boca. Y que yo me identifico con ambos.

Abro la puerta del carro y el aire es más denso, más helado, más lúgubre. Camino, oyendo mis pasos resonando por todo el suelo de cemento. Las luces aún siguen prendidas y eso no me sorprende. Se apagan ni bien den las cinco de la mañana, pero todavía no lo es, así que estoy agradecido por ello.

A pesar de que estoy con zapatillas, las piedras siguen lastimando mis pies, sin embargo, eso no significa que me voy a detener cuando claramente he venido con un solo propósito. Cuando llego a mi destino, permito sentarme sin importar que el agua caiga en mis prendas o cara como pequeñas caricias que me hacen alucinar momentos donde tú y yo aún somos felices, donde tú me abrazas y besas como siempre he querido que lo hagas, donde tú entrelazas mis dedos junto con los tuyos dándome a entender que me quieres como yo lo hice contigo. Donde tú y yo aún podemos tener un futuro bonito.

Pero eso ya no se puede. Y soy muy patético al ilusionarme con esas cosas.

Recuerdo cómo nos conocimos. Fue un día de colegio, cuando yo me creía lo mejor del mundo solo por pegar a la gente mayor de allí. Me habían informado que un niño repitente había entrado a nuestra escuela, y yo por hacerme el bravucón, me fui a verte, pero me sorprendí al encontrarte con bastantes libros sobre la mesa, con unos lentes más grandes que tu cara y un anticuado peinado. Y también al ver que esa fachada de inteligente, tan solo era un engaño, ni siquiera sabías escribir bien una palabra. Yo te pregunté por qué estabas ahí estudiando, si no sabías nada, a lo que tú me contestaste que no querías hacer llorar de nuevo a tu mamá. Me pareció un lindo detalle, así que te ayudé, a mejorar la palabra "tigre", así como tú me ayudaste a mí cuando unos chicos mayores que yo, se atrevieron a pegarme. Y desde ese momento, nos conocimos más. Me habías presentado a todos tus mejores amigos, y entre ellos estaba Takemichi, con el que me hice más cercano.

Sea  ⊱   BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora