Félix durmió con muchos conflictos en su cabeza, pues Félix realmente está en una situación que para muchos sería como un sueño, y para otros una pesadilla, por lo que si bien su mente le costó mucho para poder descansar, por fin pudo dormir luego de una hora de reflexión y pensamientos de diferente índole. Félix finalmente despertó alrededor de las 11 de la mañana, en un día, su hermana Michelle seguía durmiendo, pues ella no tenía clases ese día por ser día feriado.
Félix seguía en el calcetín, si bien no le resultó lo más cómodo para dormir, servía para el propósito que Félix le dio, pero de repente Félix sintió un movimiento brusco, pues Michelle se había despertado, 10 minutos después de Félix. Michelle tenía la manía de quitarse los calcetines, por lo que siempre despertaba totalmente descalza, y debido a que Michelle era alguien no muy organizada, sumamente dinámica para sus cosas, en vez de buscar los calcetines que se había sacado dentro de la cama, decidió ponerse los calcetines que estaban encima de su cama, porque para ella, simplemente era más fácil, por lo que sin dudarlo tomó los calcetines, incluyendo el calcetín donde su diminuto hermano había dormido.
Félix al intuir lo que su hermana quería hacer, intentó moverse lo más rápido posible, pero el movimiento del cuerpo de Michelle al intentar alcanzar el calcetín, hizo que Félix tropezara y cayera hacía lo más profundo del calcetín, para luego ser tomado por Michelle.
Michelle: *Agarra su calcetín y lo huele* No huelen tan mal, todavía pueden aguantar un día, aparte voy solamente a la casa de mi amiga.
Félix: MICHELLE!!!, AQUÍ ESTOY, MIRAME!!!
A pesar de la fuerza en que Félix gritaba, Michelle no podía escuchar, pues a la vez que olía el calcetín, se rascaba la cabeza, haciendo que el sonido al momento de rascarse la cabeza se camuflara con los gritos del pobre (o afortunado) Félix. Finalmente, Michelle procedió a ponerse el calcetín, por lo que Félix vio como el pie de su hermana entraba lentamente, por lo que en su último intento para intentar seguir vivo y no ser aplastado, intentó calcular el cómo sería la posición de los dedos de Michelle, para poder estar entre algún espacio, algo que a Félix le salvó la vida, pues finalmente Félix quedó atrapado debajo de los dedos de Michelle, pero sin aplastarlo.
Michelle procedió a ponerse el otro calcetín, posteriormente se puso pantuflas para irse a lavar la cara, desayunar con el resto de su familia y finalmente vestirse. Durante ese tiempo que pasó, Félix poco y nada podía escuchar, ni tampoco hacer, porque si bien Félix no fue aplastado, quedó atrapado, por lo que si se moviese, podría ser aplastado en algún movimiento, aparte de que no tenía mucha opción de moverse, lo que con el tiempo, al pensar en su situación, a Félix le entró ese extraño sentimiento de amor hacía su cautiverio: Los pies de su hermana. Félix durante el tiempo que Michelle tomaba desayuno, procedió a besar y lamer los dedos, lo que a Michelle le generaba una pequeña molestia, moviéndolos lentamente, algo que a Félix le advirtió, y lo hizo entrar en sí otra vez, parando y simplemente, decidió esperar alguna oportunidad.
Michelle finalmente procedió a vestirse, eligiendo para sus pies, unas zapatillas simples y algo viejas, donde su antigüedad se notaba en las marcadas suelas de las zapatillas, en un pequeño agujero en la punta del dedo gordo del calzado derecho. Para milagro de Félix, justo estaba en el pie derecho, por lo que ese pequeño hueco abierto de la zapatilla de su hermana, fue un gran milagro, pues en ese espacio entraba oxígeno y algo de aire, lo que ayudó a Félix a que no se sofocara en extremo dentro de los pies de su hermana.
Michelle iba a la casa de su amiga, amiga quién Félix solamente había escuchado de nombre, Elizabeth. La casa de Elizabeth estaba a 15 minutos de la casa de Félix, por lo que durante esos 15 minutos de caminata, Félix se sentía como en una montaña rusa, por que para cada paso pequeño de Michelle, era todo un terremoto para Félix, aparte de que era un día caluroso, y por la característica de ser una zapatillas cerrada, el olor y sudor de los pies de Michelle aumentaba con el tiempo, por lo que Félix durante los últimos 5 minutos, entró en un estado de éxtasis, procediendo finalmente a lamer y beber ese sudor que emanaba los pies de su hermanita.
Finalmente Michelle llegó a donde la casa de Elizabeth, quien estaba sola porque sus padres se habían ido de viaje.
Elizabeth: Michelle, que bueno verte aquí, ¿trajiste la comida que te pedí ayer?
Michelle: Aquí están, espero que no se hayan estropeado por el calor. Mis pies me están matando.
Elizabeth: Jajaja, tienes razón, pero tranquila que no hay nadie, así que sácate tus zapatillas apestosas y aprovecha de estirar tus pies. Yo ando solamente con calcetines.
Michelle: Gracias amiga, realmente necesito sacarme estas zapatillas jajaja.
Michelle procedió a sacarse sus zapatillas, por lo que Félix pudo refrescarse con el aire fresco de la casa de Elizabeth, aunque Michelle todavía sentía calor.
Michelle: ¿Puedo sacarme los calcetines amiga? Realmente mis calcetines están mojados del sudor.
Elizabeth: Bueno ya, pero déjalos en mi pieza para que no dejes pasado toda la casa a pies jajaja.
Michelle procedió a sacarse los calcetines y los lanzó a la cama de Elizabeth, por lo que Félix sintió unos segundos de adrenalina sumamente intenso, pues sentía como si un avión se estuviese cayendo. Al aterrizar en la cama de Elizabeth, Félix rebotó en cada pared del calcetín, para luego salir, todo mojado con sudor de pies de su hermana, algo que en su mente le gustaba mucho, pues ese olor era muy irresistible para un amante de pies como él, especialmente para uno novato. Félix, sabiendo donde estaba y de su situación actual, decidió quedarse en la cama, dirigiéndose hacia la esquina donde van los pies, pues según él, era la parte más segura en caso de que ellas llegaran, porque tanto Elizabeth como Michelle no eran de una estatura tan alta, por lo que no alcanzarían en teoría a abarcar toda la cada, y así no lo aplastarían. Félix al estar en una casa totalmente ajena, su plan era simplemente esperar a que su hermana llegara a buscar los calcetines, y él estaría cerca de ellos para poder gritarle y hacer movimiento, para que ella viese a su hermano encogido, pero su plan sufriría un revés.
Michelle y Elizabeth llegaron 1 hora después de que Michelle se quitara los calcetines, se subieron a la cama a mirar videos en conjunto en la tele que Elizabeth tenía, las dos se acostaron encima de la cama. Félix intentó sujetarse para no caerse, y después de ya estar estable de nuevo, Elizabeth procedió a quitarse los calcetines, lanzándolos por encima de Félix, directamente al suelo.
Félix estaba en un escenario espectacular, pues al mirar en dirección a las dos amigas, vio 4 pies de gigantas al frente de él, observando como se rosaban entre sí. Los pies de Elizabeth eran un poco más pequeños que los de Michelle, pero aún así eran muy parecidos, utilizando un color rojo en las uñas. Félix estaba en un modo de éxtasis extremo, pues esa incitación solamente lo llamaba a abalanzarse hacía esos pies, pero algo ocurrió; Elizabeth no tenía las piernas totalmente estirados, por lo que al sentirse un poco incómoda por la posición, procedió a estirarlos de forma brusca, por lo que al estirarlos, mientras Félix estaba prácticamente corriendo en dirección a sus pies, fue golpeado fuertemente por el talón de Elizabeth, y debido a la fuerza y velocidad del golpe, mandó lejos a Félix, cayendo prácticamente al borde, salvado por unos pantalones que estaban justo ahí, haciendo que entre el impacto y el choque con el pantalón, Félix cayera desmayado.
El alma de Félix estaba entre los dos mundos, pero su momento no había llegado.
Félix al despertar, todavía veía borroso, pero a medida que recuperaba la conciencia, sentía como el suelo era totalmente diferente, lo sentía plano y duro, por lo que Félix extrañado, miró al piso, aún sentado en el mismo, vio que era de madera, por lo que Félix rápidamente se paró, miedoso porque no sabía donde estaba, y al mirar al frente, vio a una Elizabeth totalmente sorprendida, mirándolo a él...
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Un pequeño entre gigantas.
RandomEn una familia normal, el protagonista de nuestra historia, llamado Félix, durante un día normal comienza a sentir diferentes y extraños cambios dentro de él, pero sin darle mucha importancia, decide dejarlos pasar, sin consultar o decirle a nadie s...