Nuevo hogar.

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Félix estupefacto, al ver un rostro humano debido al hecho de que solamente ha visto pies, por lo que sin saber que hacer, totalmente congelado, solamente pensaba en el qué hacer, hasta que Elizabeth decidió dar el primer paso.

Elizabeth: Félix, ¿eres tú?

Félix: Si... Hola.

Elizabeth: ¿Por qué eres pequeñito?

Félix: No lo sé, pero tengo miedo. ¿Dónde está mi hermana?

Elizabeth: Ella se fue, cuando volví a mi habitación luego de dejarla, te vi a los pies de la cabeza y gracias a Dios que no te aplasté.

Félix: Gracias por cuidarme, pero ahora mismo no tengo ni idea que hacer.

Elizabeth: Busquemos en internet, tal vez pueda haber algo.

Entonces Elizabeth y Félix comenzaron a revisar en internet, estando Félix en el hombro izquierdo de Elizabeth, pero luego de investigar media hora, no encontraron nada, por lo que Elizabeth, ya siendo tarde, decidió ofrecerle a Félix, una caja de zapatos mientras tanto, así para que no sea aplastado por ella misma, por lo que Félix asintió con gusto. Luego de una hora para preparar, Elizabeth improvisó una cama con algodones y pequeños paños de tela, por lo que Félix, cansado de tanto estrés, cuando Elizabeth lo puso debajo de su cama, durmió plácidamente durante más de 10 horas.

Al día siguiente, luego de que Elizabeth alimentara y le diera las facilidades a Félix para que se hiciera sus hábitos de higiene y aseo. Dentro de la conversación, Elizabeth decidió entrar un poco en confianza con Félix, pues el estaba muy pensativo y melancólico

Elizabeth: ¿Cómo te has sentido?

Félix: Bien, he estado mejor, solo que todo esto me ha dejado demasiado mal, ya que realmente puedo morir, aparte de que he estado descubriendo cosas nuevas de mí

Elizabeth: ¿Qué cosas has descubierto?

Félix (Se sonroja un poco), son cosas algo personales...

Elizabeth: Cuentame jaja, si soy alguien de confianza.

Félix: Es que cuando me encogí, estuve mucho tiempo debajo de mi madre y mi hermana, muy abajo y creo que me gustó...

Elizabeth: ¿Abajo dónde?

Félix: Pies...

Elizabeth: ¿En serio?

Félix: Si...

Elizabeth: Jajajaja, no te acomplejes por eso, es lo normal dentro de los adolescentes como tu.

Elizabeth luego de reírse, le hizo un pequeño favor a Félix, poniendole al frente de él, sus pies con sus calcetines, para luego jugar con el pequeño adolescente a tono de broma, mientras que Félix seguía con el juego, aguantando las ganas de sus deseos íntimos. Luego de 15 minutos de juego, Elizabeth tenía que ir a comprar algunas cosas, por lo que invitó a Félix con el motivo de sacarlo un poco de sus problemas, invitandolo, por lo que Félix aceptó. Elizabeth decidió ofrecerle a Félix que se escondiera dentro de las botas negras que usaría para comprar, para así protegerlo, pues Elizabeth consideró que ese sería el lugar más seguro. Félix aceptó de mejor manera, por lo que Elizabeth metió a Félix a su bota izquierda, para luego meter su pie, usando unos calcetines morados con rojo.

Félix se fue a la punta de los dedos, para no ser aplastado, sintiendo cada pisada de Elizabeth al caminar, mientras que, de forma extraña, dentro de la bota, Félix sentía frío (chiste interno).

Luego de media hora de comprar, llegaron a la casa, por lo que Elizabeth decidió renovar la caja de zapatos, para que realmente fuera una especie de casa pequeña para Félix, mientras que este seguía en sus cosas, en los pies de Elizabeth, ya más acostumbrado a estos, y con un mayor control de sus impulsos. Finalmente Elizabeth terminó la casa y Félix fue a su nuevo hogar, feliz del trabajo de Elizabeth, por lo que al final de día, se sintió en casa y durmió en su nueva cama, más preparada.

Al día siguiente, mientras Elizabeth descansaba en su cama, y Félix escalaba los pies de Elizabeth, esta le comentó a Félix el hecho de que su familia debe estar preocupado por él, por lo que si bien Elizabeth se encargó de darle más tiempo a Félix para volver a su casa, tiene que contarles la problemática algún día. Félix ya estando en los dedos, pensaba sobre lo que había hecho en el pasado y tenía miedo, por lo que Elizabeth solamente vió a Félix llegar a la punta de su dedo gordo con una cara de preocupación, para finalmente decirle que por lo menos, si él quiere, que viva con ella el tiempo que sea necesario para volverlo a su estado original, pero que la familia debe saber sí o sí de su complejo estado actual, por lo que Félix aceptó.

Elizabeth ya al final del día, decidió realizar la llamada al hogar de su casa, hablando con su amiga Michelle. Mientras transcurría la conversación, Félix escuchaba dentro de su casa dentro de la caja de zapatos, nervioso y espectante de lo que su hermana diría y lo que haría, pues Michelle sabe donde se está quedando ahora. Mientras tanto Michelle no creía todo lo que Elizabeth contaba, ni siquiera con las fotos que enviaron a ella, por lo que decidió que el día de mañana iría a su casa a corroborar esa información, pero decidió no contarle a nadie, por que al final, y conociendo a su amiga, podría ser una broma.

Michelle estaba hablando con su amiga por su celular en su pieza, con la puerta abierta, mientras su hermana Paola escuchaba todo...



Un pequeño entre gigantas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora