Iruka caminaba hacia la taberna BurkSlows a mitad de la noche, lo habían invitado a beber unas cuantas cervezas de miel. Ese día llevaba consigo un regalo, ya que, la razón de la repentina (en su opinión) fiesta de alcohol improvisada, fue dada para celebrar una despedida de soltero. Si, uno de sus más grandes amigos se casaba con una de la doncellas que el pueblo tenía.
Su amigo De nombre es Hayate asegura estar totalmente enamorado de la bella dama pelimorada con la que decidió unir su vida.
Caminaba a paso apresurado al ver cómo el frío se comenzaba a sentir, la nieve con su fino color blanco adornaban las calles de Magdilia, las estrellas adornaban la noche acompañadas de la luz de la luna. Cuando llegó al lugar esperado, no tardó mucho tiempo a qué se le abalanzaran encima, cayó al suelo acompañado de un sonido sordo.
—¡Tonto! Pensé que no vendrías. Incluso todos habían comenzado a apostar. —Su mejor amigo salió de encima de el y lo ayudó a pararse del suelo. —¿Ese regalo es para mí? —Preguntó Hayatr.
—No, es de la vecina. —Contestó con obvio sarcasmo, cuando vio la mirada confundida de su amigo suspiro resignado. —Claro que es para ti idiota.
Finalmente la sonrisa de Hayate volvió a aparecer.
—¡Oh! No tenías porque Iru. -Dijo acortando el nombre y haciendo gestos bobos con sus labios. —Adelante, pide lo que quieras que yo invito.
—¿A caso piensas que a la próxima yo invitaré? —Preguntó a la vez que se sentaba en una de las sillas de la barra, que por suerte estaba libre.
—¡Claro! Cuando sea tu despedida de soltero tu nos invitarás a todos, te lo aseguro.
—Si es que me caso. —Tomó un gran trago de su bebida, la cual fue traída momentos atrás. —El amor no es para mí Hayate, supongo que tu mejor que nadie lo sabe, siempre termina mal.
—Se que encontrarás a la persona correcta, solo no te desanimes. —Alentó con la esperanza de subir aunque sea un poco, los ánimos de su mejor amigo. —Anko y Kotetsu también vendrán, ya sabes cómo son, nada más ven a uno de nosotros con pareja y quieren conseguir una, aunque sea de una noche. —Ambos chicos quedaron serios para terminar en carcajadas.
Iruka dio otro gran trago a su bebida. —Supe que a Kotetsu le interesa alguien, pero... -Dijo extendiendo la última palabra en forma de suspenso. —Es un chico el que le interesa.
—¿Qué hay de malo en eso? —Dijo Hayate mientras alzaba la ceja en confusión.
—Es que su padre es homofóbico y si lo descubre... Ya sabes, querrá hacerle creer que lo que hace está mal. —Esas palabras hicieron que una tenue sonrisa se formará en los delgados labios de Hayate.
—¿Entonces a ti te gustan los chicos?
—Si... Digo, ¿Qué? No... No, No me gustan los chicos, estás loco. —La pregunta había sido tan sorpresiva para Iruka que no pensó en la respuesta solo diciendo que si. La sonrisa que le dio su amigo solo significaba que lo jodería con lo mismo por un gran tiempo.
Unos minutos después de puras charlas, llegó el momento en que se les unieron sus otros dos amigos, ninguno tenía algún acompañante.
Todos disfrutaron bebiendo cerveza a la par que reían o se contaban chistes entre ellos.
Por lo menos los tres, Iruka solo reía por las estupideces que sus amigos contaban, ninguno estaba tan borracho como para cometer alguna locura, el más sobrio de los cuatro era el moreno, el se aseguraba de cuidar a sus amigos por si algo pasaba.
Lo que no se esperaba era que la música dejara de sonar y comenzó a escucharse burlas, todos hicieron un círculo alrededor para andar de chismosos. El solo trataba de ignorar todo, sin embargo la curiosidad le ganó haciendo que revisara que todo estuviera bien.
—¿Tu? Ja, no eres más que un débilucho que se cree la gran cosa. —Lo que estaba pasando en esos momentos le pareció injusto, un chico de (más o menos) su edad era sostenido por dos hombres de mayor edad, otro que estaba al frente le decía cosas y lo amenazaba con golpearlo.
—Dejenme, no quiero hacerles daño... —Iruka posó su vista en los ojos del chico, a pesar de que paso tan rápidamente, podría jurar que sus ojos se habían vuelto rojos.
El moreno al fijar su vista a la ventana y ver cómo afuera del lugar parecía una tormenta decidió hacer algo por el chico.
Algo no encajaba ahí.
—¿No creen que caen demasiado bajo al agredir a un chico más joven que ustedes? —Todos lo vieron haciéndole sentir incómodo. —Yah, pobre chico, dejénlo si no quieren recibir una verdadera paliza. —Amenazó recibiendo varias burlas en respuesta. El hombre que anteriormente amenazaba al pobre chico se acercó a el.
—¿Quién eres para decirle que hacer al gran Haroki? —Hablo en tercera persona el hombre.
—Oh, ¿Entonces te llamas Haroki? Vaya nombre, ¿No te molestaban en la escuela por el? —Eso hizo enfadar más al hombre.
—Estas haciéndote el gracioso eh.
—Si. —Contestó firmemente, Haroki le lanzó un golpe a Iruka, quien, fácilmente lo evitó sin problema alguno. Pronto comenzaron una batalla cuerpo a cuerpo. Rápidamente todos en el bar comenzaron a atacar a Iruka, quien, solo intentaba esquivar y golpeaba.
Trás unos varios golpes con los demás de la taberna, y sus amigos que le daban animos desde lejos cayó al suelo cuando recibió un golpe, se levantó y lo regresó. Rápidamente el moreno se acercó como pudo, al joven ayudándole a levantarse.
—¿Estás bien? —Al ver qué el chico no reaccionaba, insistió. —¿Chico? —Cuando el joven peliblanco levantó la mirada, la cual se encontraba baja, se pudieron apreciar esos ojos rojos que había visto con anterioridad. Su distracción causó que recibiera un golpe haciéndolo caer desmayado.
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Ya sé lo que dirán. ¿Porque público otra historia si tengo más? Sencillamente porque creo que está historia debe ser compartida con ustedes. Se que se preocupan por mí ya que me la pasó aquí 24/7, sin embargo no tienen que ver por mí, duermo, me alimento bien. Hago tarea, voy a la escuela, veo series y películas.
Aún así no se cómo me sobra tiempo :D
En fin, espero que les haya gustado, nos vemos pronto, hasta la próxima.
Psdt: ¡Ya tengo en borradores el segundo libro de It's Not Me! Titulado, It's not you.
