Lunes

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Estoy escuchando música, una agrupación japonesa con cuyo sonido me identifico.
La música me tranquiliza, me ayuda ya que hoy siento mis emociones removidas.

Ayer estuve pensando en las amistades y en cómo estas se ramifican. Para mí está claro que hay amistades que caducan, otras se ramifican y se generan distancias físicas y temporales. En este último caso cuando te reencuentras es que como si no hubiera pasado el tiempo.

Si bien esto último es esperanzador, no puede negarse que cultivar una amistad es difícil. Más aún cuando solo uno nutre la misma. Más aún cuando eres una empática y necesitas tua espacios de soledad o bien de soledad en compañía.

No sé si hay una fórmula para nutrir amistades y sentirse en sintonía, aún si las personas son muy diferentes. No sé si hay una fórmula para expresar la necesidad de soledad, o bien de soledad en compañía y que esta sea comprensible al otro.

Siempre me digo que todo es cuestión de encontrar los puntos de encuentro, los términos medios, y que a partir de allí llegará el tan ansiado balance a nivel de las amistades.

Soy optimista y espero que sea así.

Tomo un sorbo de café con canela y azúcar, y me hace sentir más optimista.

Amanda 2021

P.d. Hoy al regar el jardín pude ver a una pequeña hada del agua y de la música. Jugaba alegre con una regordeta gota de agua mientras le hacia caricias, y le susurraba una suave melodía. Al ver esto decidí que escribiría sobre lo que observo en mi jardín, en un libro llamado Historias de hadas. 

El diario de AmandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora