El temblor en su cuerpo no se detenía, cada minuto que pasaba se odiaba con más intensidad. Necesitaba moverse, salir, hacer algo por Bright o por él mismo.
Si es que había algo por hacer.
Abrió los ojos y solo pudo notar los muebles viejos y algunas herramientas que estaban en el sótano. Cuando se levantó sintió que sus piernas le dolían, y con mucha razón, había pasado mucho tiempo agachado en una esquina de ese lugar.
Qué cobarde. Qué patético cobarde.
Subió tan solo dos peldaños de las escaleras para salir de ahí cuando las primeras detonaciones se escucharon a tan solo unos cuantos metros de la puerta.
De nuevo el temor se apoderó de él volvió a retroceder.
Los gritos desesperados de la servidumbre se mezclaban con el sonido de todo el caos. Win decidió regresar a su esquina, donde estaba seguro hasta el momento, cerró los ojos e intentó tranquilizarse.
La puerta se abrió y el sonido se escuchaba con más claridad. Win negó varias veces, no quería saber absolutamente nada de lo que pasaba. En un principio sintió la necesidad de salir y averiguar, pero sabía que no era nada bueno, sabía que podría pasar lo que pasó hace años con su madre.
—¿Win? —suspiró aliviado. —Qué bueno que estás aquí.
Win levantó la cabeza, mirando a Nani, quien estaba sangrando de algún lugar de la cabeza. Rápidamente se levantó y como si fuera un niño pequeño se lanzó a sus brazos, apretandolo en un abrazo que pedía a gritos lo tranquilizara.
Nani no se hizo esperar, sintió el temblor del pobre chico y lo apretó más a su cuerpo.
Sabiendo que sería la única manera que Win necesitara de él.
—Win, tenemos que salir de aquí. —le habló lo más tranquilo posible.
—¿Qué... sucede? —preguntó con los ojos llorosos.
—Vamos, te explicaré cuando estemos afuera de este lugar.
Win negó, no quería salir. Se escondió en el cuello de Nani y se aferró a su saco lleno de sangre.
—Te prometo que no dejaré que nada malo te suceda. Ni a ti, ni a tu padre. —Nani acarició su espalda. —Tengo que ponerte a salvo, vamos.
Win pareció pensar en las palabras de su guarda espaldas, muy temeroso asintió y miró la salida.
—¿Dónde está Bright? —preguntó, con demasiado miedo de la respuesta.
—Primero tenemos que salir de aquí, después te responderé lo que quieras.
—¿Nada malo pasará, cierto?
—No, nada malo te pasará. Lo prometo. —Nani, tomó de la mano a Win y caminaron a la puerta. —Solo no te separes de mi.
Cuando estuvieron en la puerta, Nani sacó su arma y una extra que le extendió a Win.
—¿Qué es eso? —preguntó mientras limpiaba su cara.
—Tu prueba de fuego. Literalmente.
Win abrió los ojos exagerado, había entendido a lo que Nani se refería.
Ahora que mierda hacía.
Iba a tomar el arma cuando tres hombres se acercaron a ellos, hablando en otro idioma que no pudo entender porque estaba concentrado en evadir el arma que tenía frente a él. Si supiera que no había ido a ninguna maldita clase de tiro, y que todos esos días estuvo al lado de Bright.
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Rue Vieille Du Temple
ActionBright es la mano derecha de uno de los hombres más importantes de Tailandia, luego conoce a Win, un chico inseguro que se enamora perdidamente de él. Sus vidas cambian por completo cuando deben viajar a un viejo templo en Italia donde nada es lo q...