Capítulo 4

1.4K 127 21
                                    

Sábado.
"Dean, me voy."
"¿Puedo saber a dónde vas?" - preguntó Dean.
Sam había quedado con unos compañeros de clase para irse a estudiar a la biblioteca.
"Qué aburrido eres, Sammy." - le dijo entre carcajadas su hermano.
"Los sábados son para salir a pasárselo bien, no ir a estudiar. "
"Dean, pasaste de curso por muy poco, deberías de aplicarte más." - le dijo Sam, suspirando.
"Vale, vale, pero hoy había quedado con mis colegas. Por cierto, me cojo el Impala." - Dean sonrió, con las llaves del coche de su padre en la mano.
John Winchester, cuando estaba en casa, que eran pocas veces, se pasaba el día metido en su habitación, bebiendo cerveza y preocupándose más bien poco de sus hijos.
"Como se entere Papá, te mata." - respondió Sam.
"Bah, si ese no creo que salga de su cuarto en un par de días, no va a pasar nada."
Sam puso los ojos en blanco y se despidió de su hermano mayor.
Cuando llegó a la biblioteca, no había nadie esperándole, tampoco él esperaba a nadie.
Se fue al lugar más apartado de la biblioteca y sacó un tomo, algo viejo, de su mochila.
Tenía las páginas amarillentas por el paso del tiempo y el uso.
Su portada era de cuero, no tenía detalles, sólo una gran estrella dorada de seis puntas.
"No es la estrella de David." - pensó Sam.
Las puntas que señalaban hacia arriba y hacia abajo eran más largas que las demás, lo que llamó la atención del menor.
Aprovechando un día en el que no había nadie en casa, Sam entró en el cuarto de su padre.
Estaba harto de que éste no apareciese nunca por casa; y pensó que, quizás, podría encontrar alguna pista de a dónde iba durante tanto tiempo.
Cuando Sam entró en aquella habitación, en la que no recordaba haber estado jamás, se llevó las manos a la nariz. Apestaba a cosas quemadas, y pronto pudo encontrar la fuente de dicho olor. Un cuenco de madera con cenizas y trozos de algo que, a Sammy, le parecieron huesos.
"¿Qué se supone que es esto?" - pensó.
Mientras ojeaba la habitación, se fijó, sobre la mesilla de su padre, en un libro de aspecto viejo y una curiosa estrella dibujada en su portada. Lo cogió, y se dispuso a salir cuando algo a sus pies crujió.
Sam dirigió su mirada al suelo y vio un polvo blanco esparcido.
Se agachó para examinarlo más detenidamente.
"Sal..." - ¿por qué su padre tenía sal tirada por el suelo?
"En fin, mejor me voy ya." - se preparó para salir, con el libro en la mano, cuando se fijó en un gigantesco símbolo dibujado detrás de la puerta. Era una estrella circunscrita y rodeada por extraños símbolos. A Sam le recordó a uno de esos conjuros que se usan en las películas para invocar al diablo, y pronto se empezó a preguntar si su padre no estaría en una secta, lo que explicaría sus largas ausencias.
Sam sacudió la cabeza. Aquel día lo había pensado por primera vez, y ahora no podía parar de pensar en la idea de que su padre estuviese haciendo algún pacto con gente que no le conviene.
"Quizás este libro me de alguna pista de lo que está haciendo..." - murmuró Sammy, mientras abría con delicadeza el tomo que tanto le había llamado la atención.
Introducción a la Demonología. Parte I

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 29, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DestielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora