Parte única

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Hacía calor. Mucho calor. A pesar de que estaba nevando, la habitación parecía como si estuviera en llamas, o al menos así se sentía para ciertos azabache y rubio. Sus miradas, cargadas de tensión hacían que el oxígeno que se supone debería haber dentro de esas cuatro paredes, desapareciera poco a poco, sin tener oportunidad siquiera de llegar a sus pulmones. Ninguno tenía poder sobre sus acciones, con sus pies clavados en el suelo y sus miradas sostenidas, todo bajo el ruidoso silencio que los envolvía tan frágilmente, dependiente de cualquier movimiento que los jóvenes pudieran hacer.

Un paso.

Dos pasos.

Eso había tomado casi todo el coraje que Gustavo había acumulado y ahora se sentía débil por su gran esfuerzo. El sonido de su acelerada respiración y el latido de su corazón hacían eco en su cabeza. No podía pensar claramente. Se sentía a morir, pero no de la mala manera, porque si muriese ahorita, moriría feliz, viendo a la persona que ama frente a él, a tan solo la distancia de un brazo.

Un paso más.

Lo quería, lo necesitaba. Había pasado mucho tiempo en abstinencia de él y ahora que lo tenía de vuelta, no lo iba a dejar ir. Sus ojos nunca desviaron su camino hacia las esferas esmeraldas que tenía al frente, ahora a tan solo unos centímetros de distancia. Nicolás podría jurar haber visto un destello de luz en el rostro de Gustavo. Ese niño era un ángel, su ángel.

Ambos pensaron lo mismo, exactamente al mismo tiempo, como si estuvieran conectados por una fuerza más allá de lo que el razonamiento humano pudiera entender. Acercándose cada vez más, aquellas llamas que algunos llamarían amor fueron aumentando, haciendo que sus respiraciones se aceleren y sus corazones, que se encontraban en sintonía, latieran con más ferocidad.

Se encontraban tan cerca que sus resuellos se mezclaban con facilidad. Cerraron los ojos, esperando que la poca lejanía que sus labios tenían se acortara en lo más mínimo posible, deseosos de saborear los del otro. Sentían anhelo de recordar aquellas épocas en las cuales no había nadie que los separe, aquellos momentos que tenían sólo para los dos, cuando Nicolás se escabullía en la habitación del menor, o cuando Gustavo se quedaba a dormir a la casa de los Rodríguez y terminaba durmiendo en la cama del amor de su vida en vez de con su mejor amiga, Atenea, hermana menor de Nico.

Todos esos recuerdos volvieron a la mente del universitario y no pudo evitar perder el control, tomando por la cintura a Gus y pegando sus labios a los finos, aunque desesperados de su pequeño.

Su reencuentro se vio forzado a interrumpirse por la voz del señor Rodríguez, indicando que era hora de cenar.

Ambos, lamentándose de no haber podido disfrutar más tiempo la presencia del otro, se turnaron para salir de la habitación de Nicolás, esperando un minuto antes que el siguiente saliera para no levantar sospechas.

Los Rodríguez, y Gustavo, se sentaron en la mesa y pusieron sus manos juntas, entrelazando sus dedos, para rezar y ser escuchados por su dios. Gustavo no creía en nada, por cómo lo diría él, 'motivos personales', a pesar de esto, sabe qué tan importante es para aquella familia pedir y agradecer, así que solo les sigue el juego porque los quiere y no quiere hacerlos sentir incómodos.

"Te demoraste bastante en el baño, empecé a creer que iba a necesitar llamar a un plomero para que desato-." Comenzó a burlarse Atenea, antes de verse interrumpida por su padre.

"¡Modales! Estamos en la mesa, Atenea." Luis, el papá, llamó la atención.

"Si, Ati, ¿No ves que avergüenzas al chico?" Su otro padre, Kelen, o como sus hijos lo llaman para diferenciarlo de Luis: papi, regañó.

Gustavo se sentía avergonzado, como lo indicó Kelen, pero más por el hecho de no haber estado ni cerca del baño, habiendo mentido a su amiga, que por la broma que ella misma realizó. Nico tampoco pudo evitar que un carmesí intenso abarcara sus mejillas. Estaba mordiendo tan fuerte que su línea de mandíbula se marcaba más de lo usual, y clavando sus uñas en sus palmas para controlar los nervios que sentía sin ser notado.

Escala de grises (bxb) (One-shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora