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ーTe queda perfecto, dulzura.ー Juyeon tararea, con una sonrisa en su rostro mientras admira detenidamente la bella anatomía de su amante recostada en sus sábanas de seda.
Jamas se cansaría de adorarla, admirar aquella imagen que lo hace sentir profundamente hambriento. Sus ojos enfocados sólo en ella, en la obra de arte que era, más brillantes que aquellas joyas y diamantes que estaban esparcidos sobre la cama.
Sus manos recorren el encaje morado oscuro, su color favorito de lencería en ella. Sus labios se presionan lentamente en su cuello, deteniéndose unos segundos para sentir aquel bello collar de millones de dólares que lo adornaba.
Besa la piel expuesta, con sus labios abriendo camino hacia su pecho, moviéndose a lo largo del borde del sujetador en el que había gastado demasiado dinero.
Lo siguiente es su estómago, sus besos emocionados danzando, transando un camino aún más bajo, presionado contra su piel cuidadosamente.
Sus manos agarran los muslos de la joven, abriéndolos ampliamente para poder tomarse el atrevimiento de recostarse entre ellos, con la mejilla apoyada en la parte interna del muslo.
Su rostro enrojece bajo su intensa atención y debido al hecho de que Lee está completamente vestido. Una sonrisa se posó en su bello rostro al notar su timidez, mientras acaricia el fino encaje.
Amaba de sobremanera el poder sentir como crecía su exitación, mojando sus bragas, la forma en que puede ver el material oscurecerse por la humedad lo hace sentirse orgulloso.
ーTe vez maravillosa.ー Él susurra, besando la parte interna de su muslo lentamente, haciendo que el corazón de la jóven palpite a medida que se acerca más y más a donde anhela que esté.
Exhala con entusiasmo cuando su boca caliente la toca, su lengua se desliza a lo largo de su feminidad a través del encaje.
Jadea fuertemente cuando Lee se concentra en su clítoris, usando sus dedos para provocar su entrada, amando la forma en que sus bragas se aferran a la excitación.
Él gime de satisfacción, deborandola ansiosamente a través del fino encaje.
Es tan erótico para él, saber cuánto le excita que la haga correrse mientras está usando la costosa lencería que él eligió detenidamente, sólo para ella.
Sus dedos se enredan en su oscuro cabello, su espalda se arquea al sentir su lengua, caliente y ansiosa trabajando en su centro.
ーJuyeon...ー Gime, tirando de su cabello mientras se retuerce bajo sus pecaminosas obras.
Él gime contra ella, la vibración hace que los dedos de sus pies se doblen. Su entusiasmo solo hace que él se esfuerce más, acercándola cada vez más a esa deliciosa ventaja. La mira desde entre sus muslos, sus ojos oscuros y desbordantes de lujuria la hacen tambalear junto con su lengua siendo generosa en su intimidad.
Él gime nuevamente contra sus pliegues como si fuera él quien se viene, con sus manos envolviendo firmemente sus muslos para mantenerlos abiertos cuando la siente intentar cerrar sus piernas por la fuerte sensación.
Se queda ahí, toma todo lo que él le está dando, su cuerpo tiembla al llegar a su tan esperado orgasmo, pero todavía de alguna manera ansía más.
Su sonrisa es casi siniestra cuando la mira de nuevo, sus dedos recogen la esencia que se encontraba mojando su barbilla, aquella que se había filtrado a través de sus bragas.
Es de mala educación la manera en la que la observa mientras lame sus dedos, de forma lenta y casi burla, su lengua deslizandose por lo largo de éstos hasta casi llegar a sus anillos de oro.
ーSabes tan bien.ー Murmura, inclinándose para lamer una franja gruesa hasta el encaje empapado. ーNo puedo tener suficiente de ti con esta lencería, bebé.ー
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joder que bottom soy
t odio lee juyeon
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