Capítulo 2.

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Camila Pov's

Una semana después.

Una semana había pasado y los mensajes entre ese chico y yo eran más constantes, no había un día que no tuviera un mensaje de él en mi chat. Compartíamos ideas y hasta quedamos en algún día hacer una historia juntos.


*Javier Neira:

Hola, buenos días.

Visto ✓✓


Ese me había llegado esta mañana, aun no lo respondía porque me encontraba con mi grupo de amigos del colegio. Ahora solo estábamos mi mejor amiga y yo, los otros aun no llegaban.

―Mira, ¿cómo vas con ya tu sabes quién? ―me miró Paola subiendo y bajando sus cejas con picaría.

Paola y yo nos conocemos desde el kínder, siempre hemos sido muy unidas, conocemos prácticamente todo la una de la otra, así como con Isabella, Paola y yo también somos grandes amigas. Paola no es una chica tan alta, sus ojos son de color café claro al igual que su cabello alocado en rizos.

Mi amiga suele ser tímida e insegura, pero cuando estamos juntas puedo notar que todas sus inseguridades se pierden en el olvido, yo siempre he tratado de ayudarla, ella es una chica hermosa que lo merece todo, su gran corazón dice mucho, y tengo la seguridad de que pronto la ayudaré a superar esos miedos que la afligen.

La miré frunciendo el ceño― ¿De qué hablas?

Paola rodó los ojos― Alejandro.

Sólo al pronunciar su nombre sentí un revoloteo en mi estómago, las famosas mariposas. Alejandro es un chico que conocí al entrar al instituto, somos buenos amigos y diría yo que entre nosotros empezó a crecer más que solo una química de amigos.

Él es moreno claro de piel, sus ojos son cafés y su cabello negro azabache, tal como sus hermosas cejas pobladas, sus labios carnosos son gruesos y de un tono rosáceo. Lo sé, solo con describirlo sabrán que no solo lo veo como un amigo y es cierto, de cierto modo entre él y yo han estado pasando cosas que yo diría no son de amigos.

Él ha empezado a celarme de todos, hasta de mis otros mejores amigos. Ahora al saludarnos, no solo me abraza como antes, si no, que ahora le sumó un beso a la mejilla y a veces muy cerca de los labios. A veces suele rozar su mano con mi muslo o brazo y dice que solo fue un accidente y desvía el tema cuando le pregunto que por qué siempre sucede tan seguido. A veces me lo he topado por lugares donde transito diariamente y el simplemente dice que es coincidencia y me acompaña después. No me molesta, pero me gustaría que fuera sincero de una vez por todas, así yo podría serlo con él también.

―Bueno... bien, somos amigos, todo normal, ¿no? ―Paola me miró con los ojos entrecerrados.

―No me lo estás contando todo perris, ¿Qué está pasando entre ustedes? ―iba a responder cuando de repente por la puerta venía entrando Isabella.

―Hola hermosuras, ¿todo bien? ―miramos a Isabella y le sonreímos a modo de saludo.

Rato después la clase empezó, Paola, Isabella y yo nos encontrábamos sentadas al fondo como siempre, esperábamos a nuestros amigos, los que faltaban. Estaba concentrada, hasta que al salón entró Alejandro.

Sus ojos se encontraron con los míos y al hacerlo sus labios se curvaron en una sonrisa, todo dentro de mí empezó a hacer un baile extraño, sentía los nervios y las típicas manos sudadas mientras lo veía acercarse a mí. Tomó asiento junto a mí y me guiñó un ojo, no hablamos porque la profesora empezó a mirarnos con los ojos entrecerrados y eso pues es como una advertencia.

Amigos en conexión [En proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora