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Chifuyu:

Salí del centro universitario para así despedirme para siempre, hoy me habían entregado la nota final de la tesis, la cual me tomo un año poder realizar correctamente, fue como escribir un libro, oficialmente ya soy veterinario. mí madre se encontraba frente a mí acomodando algo en la casa, corrí a abrazarla fuertemente.

— Ya soy veterinario ma — me separé de ella, mire hacía la ventana y sonreí de felicidad «ya soy veterinario Baji-san, por ti lo soy»

— ay mí niño, que feliz que estoy, Vayamos a celebrarlo a tu restaurante favorito, no solo mí niño tiene 24 años si no que ahora tiene un título del que sentirse orgulloso.

El altar de Baji se encontraba al lado del altar de mí padre, abrí mí bolso a su lado y dejé Peyoung Yakisoba con los palillos a su lado, le prendí un incienso, a pesar de ya no estar a mí lado aún lo séntia junto a mi dándome fuerzas para seguir adelante, Peke J tampoco estaba con nosotros falleció de vejez había una pequeña fotito de el al lado de Baji-san, me levanté rápidamente y me diriji a dónde se encontraba mí mamá y nos fuimos a aquel restaurante a festejar. Mí madre estaba totalmente alegre, su cara lo reflejaba y eso que siempre tenía una cara seria pero estaba feliz y eso me alegraba.

— ¿Vas a seguir trabajando en la tienda de mascotas?

— Si, hable con mí jefe y está súper contento con ya tener un veterinario de cabecera y más alguien que confia como yo.

— Me alegro, pero ten cuidado con tu compañero... — la mire atentamente a los ojos mientras bajaba los palillos lentamente y los posaba arriba del plato.

— A ese ya lo despidieron, ahora estamos buscando otro que nos ayude en la tienda ya que no podré siempre estar atento a la tienda, ya sabes...

— ¿Encontraron a alguien?

— aún estamos buscando...

— igual ya trabajaste como veterinario ahí.

— Si, fueron mis pasantías para, en si ya se cómo trabajar como veterinario... Aunque muchas cosas me faltan

La plática siguió y siguió, yo había alguilado un departamento cerca del trabajo, pero ese día había decidido ir a visitar a mí mamá, después de todo no salí de Tokio. A mí madre mucho no le gustaba que había dejado de vivir con ella a los 18 cuando empecé a trabajar en la tienda de mascotas en mí segundo año de carrera. Volví a mí departamento, me saque las zapatillas, camine por un pasillo corto y me recosté en mí cama, suspire, quería dormir, ya son las 10pm, cerré mis ojos dispuesto a dormir, pero los abrí de golpe al escuchar cómo mí celular comenzó a sonar fuerte, lo había dejado en la mesa, me levanté y fui a ver, era mí jefe

— ¿Diga?— mi voz salió un tanto ronca por el cansancio

— Hay un caso urgente de un gato herido, ven rápido.

— En 5 estoy

Colgué la llamada y tan rápido como me acosté en mí cama salí rápidamente, me puse mis zapatillas y fui corriendo al veterinario, al entrar parecía ser más bien un salón de fiestas que una tienda de mascotas, habían 6 personas en total afuera de la sala veterinaria y 2 más adentro con el gato.

— Se que no es tu horario, digo recién salís de celebrar tu título pero...

— No hay de que, Senju, lo entiendo perfectamente, aparte eres mí jefa... Hola buenas noches.

— Hola— era una joven de unos 12 años que agarraba al gato con delicadeza, sus ojos estaban totalmente aguados.

— ¿Díganme que es lo que trajo a esta lindura aquí?

— Se callo del techo de la casa...

— No se callo, el estupido de mí primo la arrojo del segundo piso, es un maltratador de gatos.

Podía notar la tensión del hombre al lado de aquella chica.

— No tienes pruebas.

— ¿Porque crees que ahora están atendiendo su hombro dislocado?

A pesar que la charla era demasiado entretenida tenía que centrarme en aquel gatito herido en la mesa aferrado a la joven niña.

— ¿Me permites? Quiero que lo agarres firmemente de la espalda, así, voy a tocarlo y le va a doler ¿De acuerdo?

La joven solo asintió tímidamente, era sorprendente que ella le haya dislocado el hombro a un niño, pero no imposible, le toque la cadera y piernas, una de ella le dolía y se quejaba tanto que me araño la mano haciéndome sangrar.

— Perdón...

— Descuida es normal, los animales no tienen como comunicar el dolor más allá de un ataque físico... Necesito tomarle unas radiografías, por suerte tengo aquí el equipo necesario... ¿Me acompaña?

Pasamos por un pequeño pasillo detrás de una puerta de mí sala de revisiones, y fuimos al sitio de radiografías.

— ten ponte esto— le extendi como una almohada de goma espuma para que se tapara la mano, le dije dónde sostener a su gatito y así sacar la radiografía, saque varias en distintas posiciones— En un rato estarán las radiografías, volvamos adelante.

Adelante me puse el estetoscopio y escuché su corazón, latía rápido por el miedo, pero no había ninguna irregularidad que pudiera preocuparme.

— Es un gatito con un corazón fuerte.

— Matsuno, aquí están las radiografías— Mí jefa entro y dejo la carpetita con las radiografías.

— Gracias, muy bien, veamos— Las coloque en la pantalla de luz puesta en la pared, se notaba una clara rotura en su pierna. — Pueden ver esto? Es la pierna rota, por suerte solo está eso tiene lastimado, si la arrojaron de un segundo piso— pude escuchar cómo la niña hizo un sonido de aprobación, y pude notar como desafiaba al hombre a su lado.

— ¿Y que se le va a hacer?

— Hay que operarla, así como a los humanos, le pondría piezas de tirando quirúrgico aquí y aquí, y las atornillados, eso haría que el hueso quedará en su lugar, en vez de esperar a que sane solo con un yeso...

— No tenemos para la cirugía.

— Ohh descuide, en nuestra veterinaria damos obras sociales para sus mascotas, también puede pagarla en cuota, no es tan caro la verdad...

— Pa, Leonardo Da-michi lo necesita.

— está bien...

— perfecto, hoy haré el resto de los estudios para mañana la cirugía— agarré una libretita y una lapicera— ¿Dijiste que se llamaba Leonardo?

— Leonardo Da-michi, con una línea entre Da y Michi...

— Tu nombre por favor.

— Daniela Suárez.

— Okey, voy a hacerle un electro para ver bien su corazón.

Salí de la sala y vi a mi jefa en su oficina, pase el mostrador y me agende la cirugía para mañana al mediodía. Por suerte el caso de urgencia no había ido a más, toda la gente que estaba en la tienda se fueron junto con Daniela y su gatito, al parecer eran una familia unida...

— ¿Escuché bien?

— ¿Que cosa?

— Sobre la nena que le saco el hombro a alguien...

— Ahh si, a su primo, el fue el que tiró al gato del techo de una casa de dos pisos...

— Como estás seguro que no fue un accidente?

— Las fisuras y quebraduras son parecidas a las de un humano, ves estás pequeñas líneas en los costados de la fractura, pues no se hacen porque se cae por accidente, fue lanzado con fuerza...

— ¿No que los gatos caen de pie?

— Si, pero eso le costó una pierna rota al pobre Leonardo Da-michi

Ambos nos reímos al mismo tiempo, amo la creatividad de los jóvenes para nombrar a los gatos hoy en día.

I know you pretend who I am - KazufuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora