Yo estaba mojando mi (oh pobre) mano en el agua fresca del bebedero cuando sonó el timbre. Aún me ardía por el café hirviente que le había caído. Resoplé molesto; volverían a llenarse los pasillos. Concentrado en las ampollas que me habían salido, no miraba a mi alrededor.Fue allí.
-¡AAAAAAAAACIGÜEÑAAAAA! ¡CHABAMÍ CHIBABÁ!
Sentí todo África sacudirse en mis huesos por ese grito de El Rey León en mi oído. Me estremecí y di un salto, sobresaltado. Me dolía todo. Mi mano quemada, mi mejilla golpeada, mi oído torturado. ¿Por qué? Sosteniendo mi oreja con una mano, me di vuelta. Bay, aquella chica de ojos rasgados, que ya una vez me había gruñido cual cavernícola en la oreja y había salido corriendo y riéndose, estaba soltando sonoras carcajadas. Cada chica con la que hablaba se reía de mí ese día.
-¿Te asustaste mucho?-preguntó, una vez que se hubo calmado.
-Un león no me habría hecho soltar un grito tan de nena-respondí torciendo la boca.
-Estoy de acuerdo. No deberías ponerte agua fría en la quemadura; alivia, pero se te marcarán las ampollas-habló con calma y señaló mi mano-.Lo mejor es aloe vera.
-Ah... Es que... No tengo-respondí secando la mano en mi pantalón.
-Yo sí. Prise me dio cuando me quemé la mano con la sartén el otro día; ella me lo enseñó-explicó mientras sacaba de su mochila un frasquito con un líquido transparente-.Sabe mucho de remedios naturales, tiene muchas plantas medicinales en el jardín.
Antes de que pudiera decir nada, vertió la sustancia en su mano, y luego la pasó por mi mano. Iba a rehusarme, pero...
Oh, era como comer fresas con chocolate.
-Santa madre de Dios, gracias-le sonreí con gratitud-.Así que Prise sabe de esto... Qué bueno que te lo dijo, porque dudo que me hubiera ayudado; supongo que le caigo mal.
-Nah, Surprise es solo muy desconfiada... Piensa que le dirás a todo el mundo del club. No creo que le caigas mal. O no sé, quizás tu personalidad es un asco y sí le caes mal. Tú dirás-sonrió soplando mi mano sin soltarla.
Qué manitos pequeñas tenía. Parecían de porcelana.
-Bueno... No tengo tan mala personalidad, muchas gracias-devolví la sonrisa.
-¿Seguro? Phoebe no opina lo mismo...-acotó soltando mi mano y apoyándose en la pared, jugueteando con el botón del bebedero.
-Me lo creo; hace un rato se enojó conmigo, me dio un puñetazo.
-Me lo creo-repitió con una sonrisa socarrona y tono de voz burlón-.Phoebe puede ser bastante temperamental...
-Y eso que pensé que era tímida-comenté bebiendo un poco de agua.
-¡Ja! Nada que ver... Nadie en nuestro club es tímido-dijo levantando la cabeza con orgullo.
-Ya lo vi, ya lo vi... Y dime, ¿conoces algún otro remedio para la quemadura? Para las ampollas o algo-le consulté con preocupación observando las marcas en mi mano.
-Llorón-se rió sacándome la lengua.
No respondí nada porque soy educado y... Sí, puede que llorón también.
-Puedo averiguar y darte alguno, pero no ahora, tengo recreo y no me apetece hacer de enfermera porque terminaré aburriéndome y... Ahí viene el equipo de fútbol; que no te vean conmigo si quieres ser uno de ellos.
Antes de que pudiera decir nada, salió corriendo por el pasillo, y empezó a dar saltos hacia delante, de bailarina.
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El club de los seis
Humor"El nerd, la rara, el criminal, la princesa, y el atleta". Lo único que Miles Lippen quería era jugar fútbol. Había oído miles de veces oír a su hermana decirle que debía causar siempre la mejor impresión. Él siempre había ido a otro instituto que s...