10 ( Viaje a Nobagh parte 1)

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El día era traquilo, el sol comenzaba a salir de entre las montañas, ya se estaba haciendo de día, los animales del bosque se estaban levantando y las aves sobrevolando, estas buscando algo para comer, se podía ver como un zorro se encontraba devorando un conejo.

El zorro era de color negro, un color muy raro en aquellas partes de la región. Mientras este devoraba su presa pudo escuchar el gruñido de otro zorro.

Esto hizo que soltara su comida y se pusiera en guardia. Del césped alto salió caminando otro zorro el cual izo que el zorro negro diera un chillido y corriera con su cola entre sus piernas.

El zorro misterioso lo ignoro, caminando hacia su premio abrió su boca hasta dislocarla y comenzó a tragarse los restos del conejo, poco a poco logro tragárselo, pero esto se salían por el hoyo en su garganta.

El zorro no le tomo importancia y siguió tratando de comérselo, mientras el zorro estaba distraído una persona se acercaba poco a poco a él. El olor putrefacto le hizo para en el camino, la persona ya sabía que era y tenia que eliminarlo antes de que se propagara.

Teniendo a la vista al zorro pudo ver que este era un maldito. El zorro de pelaje blanco ahora rojo por su sangre era, flaco a tal punto que algunos de sus huesos traspasaban la piel, le faltaba un ojo en su lugar se podía ver su cráneo, la quijada era aguantaba por algunos músculos que le permitían abrir y cerrar.

Al torso le faltaba todo un costado dejando vario sesos al aire, mientras su color de piel por fuera era el de un zorro común, el que se podía ver por el costado era un verde negro enfermo, esta palpitaba y expulsaba una sustancia babosa, esta era de color violeta.

La persona dando un paso hacia adelante se dejó que los rayos de luz lo alumbraran, se podía ver que era una mujer, esta disgustada apunto con su mano derecha hacia el zorro y con un susurro este exploto, sus sesos y sangre maldita mancho toda el área, la mujer dio otro susurro, esto izo que sus ojos se volvieran blancos, de su hombro un ave azul transparente salió volando. Luego de varios minutos esta volvió.

Sonriendo por un trabajo bien hecho esta se volteo para irse, antes se ocupo de los restos del zorro. Volteándose apunto con ambas manos hacia los restos, dando un respiro profundo se concentró. La unión de protones y neutrones, como estos se movían a grandes velocidades y se expandía. Al abrir sus ojos el área donde se encontraban los restos de encontraba en unas llamas calentonas las cuales derritió el suelo debajo de estas.

Feliz con su trabajo se fue del bosque hasta llegar hacia su carruaje, caminando hacia atrás de este se asomo y pudo ver que su pasajero aún seguía dormido. Con un suspiro camino hacia al frente y se sentó, agarrando las riendas de los caballos, los golpeo y comenzó a guiarlos de nuevo por el camino. Luego de varios minutos logro alejarse de aquella escena, mirando hacia el cielo tiro un suspiro.

"Que hago ahora" se pregunto

Su señor se encontraba desmayado, tuvo que huir de Esmeralda sin saber el porqué, lo único que sabia era que Vicente se encontraba desmayado y por ordenes del emperador tenia que llevarlo a nobagh.

Pasaron las horas, está ya sentía un poco el cansancio que se encontraba apoderándose poco a poco de su cuerpo, era normal llevaban todo un día sin para de cabalgar, los únicos que descansaban eran los caballos, mientras ella se encontraba en guardia. Que bueno que lo había hecho, de acuerdo con su cuenta ya había matado a dos docenas de bandidos y algún que otro monstruo. Pero aquel al encontrarse a aquel maldito la preocupaba, esos solo encontraban en las costas del rio de las pestes.

Su cuerpo de estremeció del miedo, aun tenía recuerdos de las horribles criaturas de aquel rio, incluso se acordaba de aquellos desafortunados que fueron exiliados a aquellas prisiones.

El Extra y la HeroinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora