Parte única

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Increíblemente consiguen dejar de flotar en la oficina de Heimerdinger pero para cuando bajan es el profesor que les lleva a cabo una fuerte reprimenda pero al mismo tiempo una profunda felicitación por su descubrimiento. Ninguno de los dos deja de sonreír, incluso las palabras del yordle entran y salen de sus oídos.

La Consejera en cambio solo los felicita y les informa que los quiere a primera hora mañana en la Academia a los dos para que sorteen las modificaciones que sean necesarias y presentar el prototipo Hextech al Consejo.

Tanto Jayce como Viktor asienten una o quizás dos veces. Ninguno de los dos sabe cómo contener la emoción.

¿Es que no tienen idea de la magnitud de lo que han logrado?

¡El control de la magia! Ese ha sido su descubrimiento. Un avance al progreso y a la evolución de la sociedad.

Es pasada la madrugada cuando ambos regresan al apartamento de Viktor. Si tenían que estar a primera hora en la Academia lo mejor sería dormir un poco. Es Viktor el primero que se ofrece a esto ya que los últimos días apenas han descansado para conseguir resultados en su investigación.

Es en el momento en el que cruzan el umbral de la puerta cuando Jayce no puede evitar acostarse en el sofá e instante seguido comienza a reírse.

A pesar de conocerlo hace solo unos días Viktor siente que comprende un poco a este hombre. Persiguió sus sueños, dio lo mejor de sí y cuando lo perdió todo de verdad creyó que era el fin de su vida.

Ahora en cambio está en su casa y juntos han realizado quizás uno de los mayores aportes a la ciencia que ha habido.

"Flotamos Viktor. ¿Eso fue real? Dime que lo fue", Jayce no se levanta del sofá pero la mueca de felicidad de su rostro tampoco se desvanece.

Viktor mueve la cabeza y le pide lugar en el mueble. Se recuesta y suspira mirando hacia el techo de su hogar.

"Hace una hora parecía que éramos nubes", una risa escapa de sus labios. Ni él puede creerlo pero si no lo hiciera lo que han logrado no hubiese sido posible.

"¿Pudiste ver la cara del Profesor Heimerdinger? ¡No sabía si nos estaba incriminando o alabando por momentos!"

"Concuerdo. El profesor puede emocionarse demasiado en ciertas situaciones pero esta creo que lo supera con creces"

"Totalmente. Tenemos que prepararnos para mañana. No puedo ser capaz de esperar para demostrarles que funciona. Que esto es una realidad para Piltover".

Con velocidad se levanta del sofá y se dirige al taller que se encuentra en la habitación conjunta. Viktor lo sigue por detrás.

Después de que el departamento de Jayce volará por los aires, no hubo mucho que salvar. Solamente Viktor pudo conservar uno de los cuadernos al cuál se aferró celosamente y pudo dar con él. En un momento le extrañó cómo este hombre era capaz de firmar todas sus notas, ciertamente era bastante egocéntrico de su parte. Dicho cuaderno hace acto de presencia cuando se dispone a volver a revisarlas. Pasa las páginas rápidamente y sus ojos se sorprenden al ver lo que encuentra. Es una nota pequeña, casi al final de la hoja con un boceto que claramente le pertenece. Solo pasan segundos cuando la voz de Jayce lo saca de sus pensamientos.

"Viktor, ¿puedes venir un momento?"

La velocidad con la cual cierra el cuaderno no se compara. Avanza unos pasos hacia Jayce que está inmerso en el prototipo que llevarán mañana. Está tan absorto que incluso se olvidó de ese cuaderno que por algún motivo tiene un dibujo suyo. Y a pesar de mantener la compostura, Viktor se llena de preguntas. No es lo que moleste que lo dibujen, sería lo de menos. Aquí lo que le interesa saber es el por qué. Viktor es franco con sus palabras y se considera una persona directa. Tampoco ha de negar que Jayce no le interesa. Si se le permite afirmar, es atractivo. Cualquier persona diría lo mismo. Pero lo que prima más es que son compañeros antes que nada y hay ciertos límites. Es ahí dónde no sabe si quiere cruzarlos. Sea la experiencia, sea la realidad y el futuro que les espera. Tal vez gane incomodidad pero no pierde nada en intentarlo.

"¿Jayce?". Cuando lo llama le acerca el cuaderno para que lo tenga a mano.

"¿Qué ocurre?". Al levantar la vista y tener el cuaderno enfrente lo toma. No tarda en darse cuenta la razón al ver el dibujo.

"Debo admitir que no es uno de mis mejores bocetos". Hay cierta burla en su tono pero de buena manera. Su sonrisa no deja de mostrarse.

Viktor le sonríe.

"La verdad que sí, parezco más mayor de lo que soy", afirma mirando con cierta incredulidad el dibujo.

"No lo creo... solo tienes, ¿cuanto? ¿Cuarenta?". El número es de por sí ridículo en los oídos de Viktor.

"Veinticinco, para tu información", le corrige él.

Jayce cierra el cuaderno y su mirada cambia. "Oh, nada mal", responde.

Por unos instantes ninguno de los dos dice algo. Ambos saben en el fondo que no es algo muy común que un compañero haga dibujos sobre el otro sin ciertas implicaciones románticas pero ¿cómo plantearlo?

Es Jayce quién rompe el hielo.

"¿Quieres saber el por qué?"

Sin vueltas hace la pregunta. Viktor solo suspira y asiente. Jayce estira su cuerpo como puede y deja el cuaderno en la mesita. Es como si tratara de encontrar las palabras.

"Si he de serte sincero, no lo sé con exactitud. Solo recuerdo que estabas en la pizarra y cuando me di cuenta ya lo había hecho. Por otra parte... no pensé que lo encontrarías"

"¿Significa algo para ti?". Quiere decir pero no puede. Tal vez los límites sean meramente imaginarios pero ahora Viktor siente que cualquier palabra que diga puede generar algo irremediable entre ambos. En consecuencia, elige el silencio.

No es un cobarde, por supuesto que no. Aunque desde cierto punto de vista siente que está retirándose de una pelea en la cual ni siquiera sabe si el resultado final puede catalogarse como una derrota o un triunfo.

Pero... el que calla otorga y Viktor parece que no conoce en todo a Jayce ya que la muestra de indiferencia de su parte solo provoca que este último lo tomé del brazo.

No es un agarre fuerte pero Viktor se sorprende por la acción. Cuando nota la mirada de Jayce se da cuenta que algo definitivamente no está bien pero cuando se dispone a hablar es interrumpido.

"¿No te molesta o disgusta?"

Viktor no puede evitar exclamar "¿Qué?"

El afloje de Jayce cede y tal vez es la tercera vez en la vida en donde lo ve confundido. De nuevo, parece que intenta calcular lo que decir y Viktor siente algo dentro suyo. Está ahí. Quiere ceder a ese sentimiento por una vez.

"No me molesta. Solo me sorprendió un poco. A pesar de que ayudo al profesor con sus labores no estoy muy acostumbrado a trabajar con otros. No me gustaría que... hubiese confusiones entre nosotros"

Jayce lo observa por momentos antes de rascarse la cabeza y su barbilla. A pesar de que están bastante cerca de por sí, él camina unos pasos más cerca de Viktor.

"Si lo pienso ahora, no puedo decir que estoy confundido pero ..."

Viktor no se percata cuando ocurre.

Se da cuenta que sus labios están sobre los suyos y ni se molesta en escapar.

Se deja llevar y sí, abraza lo que siente aunque sea por unos instantes.

Cuando Jayce se retira de su boca parece que su mirada es la misma a cuando flotaban sobre los aires en la oficina de Heimerdinger.

"No estoy confundido. Contigo, no puedo estarlo".

La afirmación de sus palabras son suficientes para Viktor que no puede evitar morderse los labios.

En el momento en que sus brazos envuelven la espalda de Jayce, el segundo en que sus bocas vuelven a unirse y ese instante donde se dan cuenta de que tal vez no van a dormir el resto de la madrugada es cuando los límites han desaparecido para ambos. 

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⏰ Última actualización: Nov 10, 2021 ⏰

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