Prólogo

169 14 3
                                    

-¿Un draconequus?- cuestione curiosa a mi mamá mientras miraba la gran estatua de dicha criatura durante nuestra primera visita a los jardines reales de Canterlot, era mi cumpleaños y estaba muy emocionada de poder conocer un nuevo lugar alejado de los enormes centros de la ciudad, sobretodo a estas horas del día.

-Así es querida, la criatura más temible de toda Equestria, representante del caos y la desarmonía... el mayor enemigo de la princesa Celestia... o al menos, eso era antes de Nightmare Moon- explicaba mi madre como si una de sus clases se tratara, adelantándome nuevamente en mis estudios por esta excursión planeada como regalo de cumpleaños mientras yo pasaba de largo su información acerca del surgimiento y caída de Nightmare Moon ante mi insistencia de estar quietecita enfrente de esa extraña estatua, había algo que me llamaba la atención en ella, no quería irme de allí, no antes de responder a todas mis dudas

-Pero... ¿Por qué causo tanto caos?- pregunte a mi mamá tranquilamente, viendo en su mirada una confusión inentendible sobre mi pregunta, pero no se negó en responderme.

-Está en su naturaleza cariño, está en su naturaleza


"¿En realidad es así?"


No había pasado mucho desde aquella visita que hice junto con mi madre a estos jardines de Canterlot, pero decidí volver por mi cuenta el día de hoy al sentir una especie de conexión hacia la criatura mitad pony que fue convertido en piedra hace tanto tiempo atrás, no tenía ninguna prueba pero tampoco tenía dudas... debía volver a verlo, por eso me escape de la escuela para tener mi almuerzo junto a él antes de que se dieran cuenta de mi ausencia y avisaran a mi mamá.

-H-hola Discord... ¿Cómo estás?- preguntaba torpemente como si esperase que un objeto inanimado me respondiese, sabiendo que nunca llegaría una respuesta, y aun así no dejaba de sentir tanta emoción por estar nuevamente frente de él, tanto que me era imposible decirle algo sin sentir tanta pena o vergüenza –S-sabes... yo no creo que hayas hecho eso por mala intención- dije sin pensarlo en realidad, lo cual genero que ese ambiente extraño se volviese a uno incomodo, acompañándolo con un aire de silencio mientras intentaba ocultar mi rostro de la estatua, no sabia en realidad lo que estaba haciendo –Digo, sé que fuiste tú quien causo todo ese caos en Equestria, lo aprendimos en la escuela y mi mamá me lo contó también, pero tengo esa sensación de que no eres malo... tú no eres malo- dije aun sintiendo mucha timidez, pero buscaba demostrarle a ese ser místico que yo no era como los demás ponys, que yo creía que había algo mas allá de la historia contada por los demás y que por una razón estaba siendo ocultada, a pesar de que tenia miedo de lo que me dijesen o hiciesen, yo no quería quedarme de brazos cruzados sin hacer nada por alguien que probablemente era inocente; algo muy tonto de mi parte, pero yo solo quería ser amable con Discord, hablando desde el fondo de mi corazón con total sinceridad hacia él –Solo eres una criatura que ha estado solo por mucho tiempo... ¿verdad?- pregunte con una gran sonrisa en mi rostro, olvidando mi timidez en lo que seguía mirando la estatua delante mío, esperanzada de que alguna forma Discord pudiera comprenderme, sorprendiéndome al instante por ver como uno de sus ojos destellaba, pareciéndose a un guiño de aprobación, llegando asombrarme de que Discord si logro entenderme a pesar de estar congelado en la estatua, estaba muy feliz y emocionada que brinque de la alegría, olvidando que estaba en ese lugar de forma secreta, tratando de controlar mi emoción de manera nerviosa, no pudiendo evitar el tener una gran sonrisa en mi rostro, mirándolo nuevamente para ver otra vez ese brillo, manteniendo la frente en alto por esta gran decisión que había tomado –Lo sabía... bien, entonces yo te ayudare Discord, te demostrare que ya no estás solo, seremos los mejores amigos... ¿sí?

El lugar de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora