Capítulo único

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Disclaimer: Los personajes de la serie "Hunter x Hunter" no me pertenecen, sino a sus respectivos autores (Yoshihiro Togashi, Shonen Jump, MadHouse, etc.)

NOTA: Este fic está ubicado varios años después de los sucesos ocurridos en el manga, por lo que los personajes tienen más edad.

Quiero casarme contigo

Capítulo único.

En una plaza, en el centro de la ciudad, el último kuruta se encontraba, meditabundo, mirando los copos de nieve caer frente a sus ojos, mientras la gente iba y venía, charlando y riendo, pues pronto sería fin de año y, con ello, las personas pensaban en qué obsequiarle a sus seres queridos. Él no era la excepción.

Pero estaba cómo en una etapa de "bloqueo"… Aún recordaba cuando le comentó a sus mejores amigos, cuatro años atrás, "que tenía una pareja": los tres lo miraban sorprendidos y lo felicitaron. Algo sonrojado, les había agradecido. Luego, vino la pregunta del millón: saber quién era la afortunada. Kurapika notó ciertas expresiones curiosas cuando de sus labios salió el nombre: "Neon, Neon Nostrade". Él nunca se enteró, pero la cara de desconcierto de Leorio había sido tan llamativa por una fracción de segundo, que Killua tuvo que darle una ligera patada en la pierna derecha antes de que dijera alguna descortesía.

Se rio para sus adentros al recordar aquélla tarde… Cuatro años, cuatro hermosos años junto con esa mujer que le hacía, el día a día, más ameno y alegre. Miró el cielo lleno de nubes: le había costado un ojo de la cara decirle lo que sentía en aquélla ocasión… Pero lo hizo, con mucha fuerza de voluntad.

Y ahora iba a costarle el otro ojo decirle que quería casarse con ella...

En esa ocasión, mientras meditaba cómo decirle a Neon sus sentimientos, Senritsu había estado con él para apoyarlo y aconsejarlo de la manera más adecuada que podía. Pero ahora no estaba y sus mejores amigos serían los indicados para aconsejarlo de manera más apropiada. O, al menos, eso pretendía.

Suspiró.

— ¡Hey! ¡Kurapika! —el nombrado se volteó y distinguió la figura de su amigo Leorio, casi recibido de médico y con veintiséis años encima. El rubio sonrió y el moreno se sentó a su lado, quejándose por el frío y abrazándose a sí mismo—. ¡Rayos! ¡No recordaba York Shin tan fría! —El otro sólo seguía sonriendo, de manera extraña—. Oye, ¿no ibas a comprar algo? No te veo con bolsas.

—Bueno —empezó algo nervioso y evitando mirarlo—, no he tenido la oportunidad de… —suspiró—. Olvídalo.

Leorio lo miró, curioso, y una graciosa sonrisa se le formó en el rostro, mientras se acercaba a él.

—Conozco unas lencerías muy buenas por aquí si te interesa.

Kurapika, rojo de vergüenza, lo fulminó con la mirada.

— ¡Si serás…! ¡No pienso regalarle ropa a Neon! ¡Y mucho menos eso! —exclamó, cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado.

—Qué aburrido eres… Teniendo una novia bonita y no aprovechándola —dijo el otro alejándose un poco y apoyando los brazos detrás de la banca, mientras sentía la furia de su amigo crecer. Temió porque sus orbes marrones cambiaran a unas color carmesí, lo que lo puso algo nervioso—. En fin, tú sabrás —suspiró y lo volvió a mirar—. Ya, en serio, ¿qué piensas regalarle? —Kurapika no respondió y siguió mirando la nada—. ¿Kurapika? —Éste se puso de pie—. Si quieres, te ayudo.

—No, deja —le contestó, sin verlo—. Debo hacerlo solo… —y, a paso lento, se fue, dejando a Leorio con la incertidumbre.

¿Tan difícil era? ¿Tan complicado decirle a la mujer que amas que quieres pasar toda la vida con ella? Su corazón latía tan fuerte que sintió que la nieve se podía derretir si llegaba a tocar sus sonrosadas mejillas: sus pies lo llevaron a la misma joyería que había visto, desde que llegó con sus viejos amigos a la ciudad, a pasar unos días antes de las festividades navideñas.

Quiero casarme contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora