Quería irse a casa o salir a patrullar. Preferiría mil veces estar patrullando por paleto, sin ninguna alerta, que esto.
A él no le gustaba salir de compras ni nada por el estilo, su propia casa tenía lo justo y necesario, nada de adornos ni cosas llamativas solo lo esencial. Y ni siquiera él los había puesto, sino que estuvo convenciendo a Corripio de que le amueblara la casa, ya que tenía una muy buena fama como decorador.
Ahora, Chris Collins, estaba en una tienda llamada "Mundo niños" comprando varias cosas que su hija necesitaría de aquí en adelante.
Claramente, este tipo de compras no podría llevarla a cabo solo, es por eso, que otra vez Corripio estaría con él. Collins al principio le dijo que no se molestará con eso que ya lo había ayudado, pero ¿Qué sabía el de niños? ¿de niñas? Estaba jodido sin ayuda.
Corripio, había pedido el día diciendo que Dani no se sentía muy bien y debía cuidar de ella, después de todo era una mujer a punto de tener un bebé, nadie le reprocharía nada. Y por supuesto, era mentira.
Si bien Dani, si tenía pequeños malestares, pero nada grave que requiriera la supervisión de Corripio, más bien fue para cubrir a Collins.
Este llevaba una semana sin ir al trabajo, alegó que se había pegado un resfriado del demonio y no podía del dolor de cabeza y de panza. Claramente, al avisar no le discutieron ya que él nunca faltaba al trabajo, y si no venía era cosa seria. Enfatizó que era un resfriado muy contagioso, esto era para que nadie fuese a su casa a verlo.
Aún estaba procesando el hecho de tener a Maddie en su vida, todos los días. No quería dar explicaciones cuando ni él tenía la cabeza para ello.
Hasta el momento, solo lo sabían Ed y Dani, y bueno su hermano, Jack.
Jack supo que algo andaba mal con su hermano, en el preciso momento que escucho que no venía al trabajo por un resfriado. Algo pasaba, un resfriado nunca impidió que fuese a trabajar.
Ese día, luego de salir de comisaria se dirigió a puerto pantera, y vería que tan cierto era su supuesta enfermedad.
Cuando llegó a casa y abrió la puerta, no podía creer lo que veía.
Chris Collins, el terror de los malandros y de la LSPD, estaba sentado en el suelo con una niña en sus brazos cantando y escuchando la "Vaca Lola" en su cabello tenía dos coletas idénticas a las que tenía la niña, mientras la pequeña cantaba y reía.
Ambos hermanos intercambiaron una mirada, uno de desconcierto, y el otro de sorpresa.
Le hizo prometer a Jack que nunca revelará lo que vio ese día. Además, por su puesto, tuvo que contarle todo. Su hermano se mostró comprensivo en todo momento, y para su sorpresa estaba contento de saber que tenía una sobrina, él le ayudaría con la pequeña y con todo lo demás.
También le pidió que no dijera nada de la niña, y solo le siguiera el rollo de su supuesto resfrío.
No podía llamar a Nikolai o a Irina, y decirles "hola, si bueno no puedo ir hoy a trabajar porque me han dejado una criatura en casa como si se tratase de la cigüeña."
Necesitaba poner en orden todo, y luego daría explicaciones.
-Eh Collins mira esto, ¿no es bellísimo? – le dice un Ed Corripio emocionado enseñándole un vestido de color rosa pálido. Collins comenzaba a sospechar que no solo Dani estaba sufriendo cambios hormonales.
-Corripio, por favor, quieres concentrarte venimos por una silla para el coche y una cama, ¿en dónde están las cosas acá?
-Ya, ya, que pesao ¡esto se lo voy a comprar yo! el primer regalo del tío Corripio para la sobrina – los ojos de Corripio brillaban con emoción. Todo esto de Collins padre era una locura, pero para Ed era algo fantástico. Lo ponía muy feliz el hecho de tener una sobrinita, y más aún la idea de que su Ema tenga ya una amiguita esperando por ella.
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Ahora estoy aquí.
De TodoChris Collins, un Sheriff de la ciudad de Los Santos, recibe una visita inesperada que le cambiará la vida. Deberá comenzar a replantearse lo que es más importante para él.