CAPITULO 2: CORRE Y SE VA CORRIENDO

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Empezaba a recobrar la consciencia, mientras lentamente abría los ojos y el sonido de voces y movimiento, parecía indicar que había más gente a mí alrededor.

-¿Así que ya despertaste?- dijo una persona sentada en el suelo abrazando sus piernas, entre una multitud que le rodeaba.

-Me llamo Héctor- afirmo, mientras yo veía su cara que denotaba su barba crecida de días, vestía una camiseta blanca y un pantalón negro, observe la habitación parecía una bodega muy descuidada con un olor de moho característico debido a la humedad, mire a mi alrededor pero mi cabeza no podía calcular cuanta gente estaba en nuestra misma situación.

-Son más de doscientos individuos- dijo Héctor mientras con un dedo acomodaba sus lentes, señalo con su otra mano un grupo de gente, -mira todos ellos portan brazaletes, como el tuyo o el mío- señalo su brazo mientras lo levantaba, su número era el 3

-¿Que es todo esto?- comente con extrañeza
-Sin temor a equivocarme creo que hemos sido secuestrados- sugirió el

La habitación era muy grande había muchas personas de diferentes edades y vestimentas, enseguida de nosotros una señora de complexión robusta como de unos 40 años tenía el brazalete 350 parecía atenta de todo lo que decíamos, enseguida de ella, un muchacho joven tenía el numero 121 parecía triste y perdido en sus pensamientos.

-Todas estas personas están preocupadas, saben que probablemente no volverán a ver a sus familias- aseguro Héctor
El secuestro y tráfico de personas es un panorama abrumador pensé para mis adentros.

Seguí examinando la habitación, en la pared cuarteada y oscura había una pantalla que se encontraba apagada, cerca de ella dos personas intentaban abrir una puerta de rejas metálicas sin éxito alguno

-No te aflijas- dijo una voz que me resulto familiar
Se trataba de Gilberto un vagabundo de la colonia donde yo vivía
-Al menos hoy he probado bocado, luego de semanas sin comer, me ofrecieron comida y gracias a eso sobreviví otro día mas, vine bajo mi propia elección, con la promesa de que si venia podría conseguir más comida-
Por un momento recordé aquel incidente, el bufón me había drogado
Después de haberme ofrecido el dinero acordado
-Don Gilberto no creo que entienda la gravedad de la situación- le explique.


-Tu no entiendes, yo no tengo nada, para mi todos los días, la elección que haga me puede o no ayudar a sobrevivir un día mas-dijo Gilberto con mirada perdida.
No pude seguir opinando más, al final de la habitación un chillido llamo la atención de todos, al parecer roedores corrían por un pasillo detrás de la puerta cerrada, seguido de eso, muchos pasos se oían avanzar, la puerta que tenía candado abrió al sonido de unas llaves permitiendo la entrada de muchos hombres que vestían de negro y venían armados, rápidamente comencé a indagar sobre nuestros captores pero no vi a ningún bufón entre ellos, todos los hombres vestían completamente de negro desde unas botas tipo militares un conjunto de pantalón y camiseta que terminaba en una capucha también negra, y en la cara una máscara blanca sin expresiones, pero con un detalle muy marcado el cual era un corazón de naipes negro invertido justo en la parte superior central.

Parecían una mezcla entre actores de teatro y mafia con tintes mercenarios, de algo estaba seguro, y es que estábamos en una situación de la cual no había vuelta atrás era una situación de peligro que no podía descuidar

La pantalla se pone en negro emitiendo un sonido y de repente apareció el bufón, aquel que me trajo aquí, riéndose burlonamente a grandes carcajadas y luego se tocó la nariz repudiando a los presentes

-Todos ustedes fueron puesto a prueba, fueron codiciosos y no los culpo pues están hundidos hasta la mierda, todos y cada uno de ustedes huele a mierda- Grito eufóricamente

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⏰ Última actualización: Nov 13, 2021 ⏰

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