Life is better if you are accompanied ━━ 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢 𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬

𝖠𝗍 𝗅𝖾𝖺𝗌𝗍 𝗂𝗍 𝗐𝖺𝗌𝗇'𝗍 𝖺 𝗀𝗁𝗈𝗌𝗍

Ran se encontraba en el sofá de la sala estando ligeramente preocupado por Rindou. Este había salido por la tarde a caminar pero todavía no había regresado y ya estaba oscureciendo, a parte de que para ese momento ya había comenzado a llover y su hermano no había llevado su abrigo.

El de trenzas no se preocupaba precisamente porque algo le hubiera pasado en el camino, era conciente de que era más que suficientemente capaz de defenderse. Lo que le preocupara era que se empapara demasiado y se enfermara.

Ya pasado un rato escuchó como la puerta de la casa se habría, Rindou había regresado.

— ¡Ya llegué!— Anuncio el menor, mientras cerraba la puerta principal de su hogar.

Ran volteó a ver la entrada de la casa esperando que Rindou fuera con él, como era de costumbre.

— Bienvenido. Oye no te- — Sin terminar su oración notó que su hermano se dirigió sospechosamente rápido a su habitación sin siquiera decirle un ‘hola’. Y luego de un corto tiempo vio a Rindou dirigirse al baño con ropa, indicando que iba a tomar una ducha.

Ran se extrañó mucho por la actitud inusual de su hermano, pero supuso que quizás era porque se empapó con la lluvia y necesitaba bañarse. Así que se dispuso prender el televisor que había en la sala para ver lo que sea que pasaran.

Mientras cambiaba de canales el estómago de Ran comenzó a exigir alimento, gruñendo ruidosamente, por lo que esté se levanto de su cómodo sofá para dirigirse a la cocina para comer algo.

Ran se encontraba en la cocina preparándose un sándwich cuando repentinamente se escuchó un fuerte ruido que provenía de la habitación de Rindou, como si algo se hubiera estrellado contra el suelo.

Saltó de la sorpresa. Rindou aún se estaba bañando, por lo que ese sonido no podría haber sido causado por él.

Generalmente lo dejaría pasar y esperaría a que Rindou fuera a ver, pero sin saber el por qué ese día se sentía con la suficiente fuerza de voluntad como para ir a investigar lo ocurrido.

En todo caso de que uniera un ratero sin ningún problema le partiría la cara y el resto del cuerpo de paso, pero el sistema de seguridad de su hogar era casi imposible de pasar, por lo que descartó la idea de un ladrón. «Quizás fue el viento» pensó Ran, pues no encontraba otro motivo, hasta que una idea se le cruzó por la mente, un fantasma.

No se podría describir a Ran como una persona cobarde, más bien todo lo contrario, a pesar de tener ya sus 18 años por más infantil que suene aún le tenía miedo a todo lo que esté relacionado con fantasmas y espíritus malignos. En películas no le causaba ningún tipo de miedo, pero imaginarse a si mismo en una habitación con fantasmas le causaba un terror inimaginable.

Ran tomó el primer sartén que encontró
mientras decía todas las oraciones habidas y por haber, y se dirigió lentamente a la habitación de Rindou sin hacer ni el más mínimo ruido, aunque quizás la palabra “intentó” sería mucho más precisa, porque del miedo que sentía combinado con el nerviosismo provocó que se volviera más torpe y chocara con todo a su paso.

Llegó a la habitación con la esperanza de que lo que sea que estuviera ahí le haya
escuchado. La habitación estaba casi completamente oscura, la tenue luz de la
luna era lo único que la iluminaba.

Se acercó un poco más hasta que por la luz se veía una silueta perfectamente aterradora acercándose hacia él junto a unos casi inaudibles pasos.

Ran sintió como el pánico se apoderaba de él, cerró sus ojos fuertemente y comenzó a temblar más. Tomó el sartén con mucha más fuerza hasta que escuchó como los pasos se detuvieron. Tragó seco y lentamente abrió los ojos para encontrarse con un ¿gato?.

Ran prendió la luz para encontrarse con un gatito color blanco. Cambió su expresión a su neutral cara de siempre mirando al felino en frente suyo, aunque en el fondo estaba agradecido de que no fuera algún fantasma chupa almas. Ahora que lo razonaba bien, la idea de un fantasma en la casa era muy exagerada y tonta, haciendo a Ran sentirse estúpido.

Aún así no lograba hacerse una idea de cómo había entrado ese gato a la habitación si las ventanas estaban completamente cerradas. Se quedó unos momentos más viendo al pequeño invasor, pensando que hacer con este. Ran notó que la lluvia ya había cesado un poco y se cuestionó si era buena idea dejarlo un rato más o no. Luego sin cuidado con una mano tomó al gato dispuesto a sacarlo por la ventana.

— ¡Imbécil, ¿Qué crees que haces?!—

Ran volteó su cabeza viendo a Rindou recién salido del baño ya con su ropa puesta.

— Ah, Rindou. Había un gato aquí en tu cuarto así que lo iba a sacar— Mencionó Ran despreocupado aún con el gato en sus manos.

— ¡Pero por qué por la ventana!— Reclamó Rindou acercándose rápidamente a Ran para dale un golpe en su cabeza, haciendo que el mayor soltara al gato.

— Se metió a la casa, ¿Qué más quieres que haga?— Se quejó Ran, sobándose ligeramente su cabeza por el golpe que recién le había dado Rindou

— Para tu información yo lo traje aquí.— Dijo Rindou mientras tomaba el gato cuidadosamente en sus brazos. — Lo encontré mojando por la lluvia así que lo traje aquí en lo que se secaba—

— La próxima vez dime cuendo traigas a otro de esos— Reprochó Ran.

Rindou solo rodó los ojos y con aún el gato en brazos se dirigió a la puerta dejando a Ran atrás.

—Por cierto, ¿Por qué tienes un sartén en tu mano?—

— No es importante.

He revivido de entre los muertos 😎 ¿Me extrañaron? Jakajaakak broma, probablemente no.

Sé que estuvo muy raro y sin sentido pero no sabía que más escribir. Solo quería hacer algo a centrado en Ran aunque a decir verdad no me gustó mucho.

Me disculpo por cualquier error, me dió flojera revisarlo.

No crean que abandoné mis libros, solo he estado algo abrumada, para diciembre sin falta me compongo.

Cuidense mucho ♡

—𝐃𝐫𝐞𝐚𝐦𝐲★