Rojo Escarlata

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—Ven aquí, nene. —Chillo mientras estoy sentado en mi cama, con mi traje puesto.

Los pasos pesados de Kookie retumban hasta en las paredes y los acompañan el sonido de las cadenas.

—Estoy yendo, Papi... —Dice haciendo un pequeño puchero, éste sabe que me debilita completamente esta acción repentina— Pero es qu-...

Interrumpo su diálogo ya que le meto un cachetazo a mano abierta en su precioso y delicado rostro.

—No me llames "Papi", pequeña zorra... —Miro hacia un costado y muerdo mi labio inferior— En este momento soy tu amo.

—Está bien, Amo. —Responde y agacha la cabeza— Discúlpeme.

La sangre comenzaba a hervirme de lo caliente que estaba. Se veía tan hermoso de es forma, encadenado y entregado, teniéndolo justo en la palma de mi mano.

Me paro rápidamente de la cama y de manera muy bruta empiezo a desabrochar mi cinturón. Las ganas de torturarlo y estar dentro de él me dominaban completamente.

—Ponte arriba de la cama, en posición de perrito.

—Está bien, Papi... —Sonríe e intenta caminar más rapido. Las cadenas eran muy pesadas y éstas impedían que Jungkookie se traslade más veloz.

Al oírlo, desafiándome, le azoto la espalda de forma muy dura.

—¡He dicho que soy tu amo, esclavo! —Grito y muerdo mi labio al azotarlo nuevamente.

—¡Agh! —Gime de dolor y termina de acomodarse en la posición que previamente le ordené.

—Ahora voy a marcarte nuevamente, pequeño... —Me acerco al oído del menor y comienzo a susurrar— Volveré a recordarte que eres mío...

Kookie queda totalmente tonto y siento como su cuerpo va moviendose a medida que le susurré esas palabras. Eres mío, Jeon, sólo mío.

—Cariño, tus gemidos son realmente hermosos, pero... —Lo jalo del pelo con mucha brutalidad e inserto 3 dedos dentro de su boca— No quiero que nadie más los escuche, corazón.

Ah... —Gime mi pequeño cuando meto mis mano en su boca. De seguro te ves precioso.

Tiro con mucha fuerza de su cabello y cada vez voy metiendo más profundo mis dedos en su garganta. Al oír la respiración desesperada del menor, suelto su cabello y tiro de mi cinto para finalmente terminar de retirarlo todo de mi pantalón.

—¿Ves esto, pequeño? —Le acerco el cinturón a su rostro— ¿Eh?

—Uh hum... —Afirma, acompañando su cabeza hacia arriba y abajo, una y otra vez.

—Te lo pondré en el cuello —Hago contacto visual con el contrario y observo como traga saliva, ya sabiendo que es lo que sigue— Serás mi perra.

—¡Ugh! —Se queja y abre sus ojos como si fuese un búho.

Saco mis dedos de su boca y con mis dos manos pongo el cinturón en su cuello, exactamente como una correa. Paseo mi mano por toda su desnudez perfecta y apoyo dos dedos en su entrada.

—Estás muy húmedo, pequeño...

Con aquellos, toco dentro suyo para sentirlo y los quito rápido. Me acerco a su rostro y hago que mire atentamente como lamo mis dedos, mojados en su fluído.

—Te encanta ¿Verdad? —Pregunto para luego ir desabrochando mi pantalón y bajar mi boxer.

—Uh hum... —Se queja, afirmando.

Sin dudarlo, lo penetro de forma muy seca, a lo cuál el menor responde con un gemido fuerte y con su piel totalmente erizada.
Esta es mi venganza por desobedecerme, mocoso.

Uhm... Qué rico eres, esclavo... —Comento entre gemidos y aumento un poco la velocidad de las estocadas para escuchar los melódicos gemidos de Jungkookie.

Qué hermoso eres abierto, Jeon. Y qué lindo es abrirte.

—¿Recuerdas mi segundo color favorito, cariño? —Pregunto mientras que salgo una y otra vez en él, con el corazón en la boca de tanto placer.

Um... —Piensa mientras gime y frunce el seño, buscando el color.

—Es rojo escarlata, corazón. —Respondo a mi propia pregunta, sacando del bolsillo de mi pantalón un cutter que tenía guardado.

Jungkook no podía responder a causa que lo estaba ahorcando con la correa mientras que yo no paraba de penetrarlo duramente. Estaba totalmente excitado, sobretodo porque viene mi parte favorita.

—¿Sabes qué color es? —Pregunto mientras continuo con las estocadas, escuchando las harmonías entre los sabrosos gemidos del menor y el hermoso impacto repetitivo de nuestras pieles.

N-no... —Pone ojos en blanco y jadea en voz alta. Eso es, nene, demuéstrame que te gusta.

—Es el de la sangre... —Me acerco a su oído y clavo la punta del cutter en el hombro del menor— Y para verlo tendré que cortarte...

Mis Noches Con Él [+18]Where stories live. Discover now