ɴᴇᴋᴏ ᴄᴏʀᴘᴏʀᴀᴛɪᴏɴ [ChanJin]ᴮᵃⁿᵍᶜʰᵃⁿ ˣ ᴴʸᵘⁿʲⁱⁿ

27.

—Minho... ¿Qué haces aquí?

Seulgi giró su rostro hacía Chan, encontrándose con el castaño casi matando con la mirada a aquel hombre presente. Al instante ella se acercó a él y negó con la cabeza, colocando su mano sobre su hombro y dándole un suave apretón, tratando de tranquilizar al australiano, viendo a Hyunjin despertarse a causa del rápido y fuerte movimiento que Chan dio segundos antes.

—Chicos, él es Lee Minho. En realidad, es el dueño de todo esto. Lee Know, ellos son...

—Chan y Hyunjin, sí. —El hombre mayor dio unos cuantos pasos al frente, pero eso no puso menos alerta al australiano, quien cargaba a su pequeño niño, mientras Hyunjin meneaba las orejitas y observaba de re ojo a aquel extraño. — Escuché que los llamaste así.

—Entonces llevas rato oyendo.

—Bueno, querida Seulgi, ustedes no son precisamente las personas menos ruidosas del mundo ¿Lo notaste? 

Ella notó eso, desde los gritos de Chan durante su conversación había temido que alguien los escuchara; Seulgi estaba usando las instalaciones sin el permiso de Minho, de hecho, de nadie en todo el lugar, y eso sin contar con que ella misma se consideraba una simple enfermera. 

Sin embargo, desde que Irene le pidió discreción, Seulgi sintió que debía hacerle ese favor a la mujer que estuvo apoyándola durante los peores días de su vida, así que corrió el riesgo. El problema era que ahora con Minho presente, no sabía cómo reaccionaría este. 

—Chan, puedes dejar a Hyunjin sobre la camilla de nuevo, Seulgi te confirmará que no pienso hacerle absolutamente nada.

El extraño alzó las manos en señal de paz, mostrando sus palmas y encogiendo sus brazos, mientras Chan le lanzaba una mirada a Seulgi y ella asentía, así que, con mucho cuidado, sentó a su pequeño minino en la camilla, pero para su lado, con sus piernas rodeando su cintura, observando la miradita curiosa de Hyunjin.

— ¿Meow? —Hyunjin ladeó la cabeza, mientras Chan tomaba sus mejillas y le dejaba un suave beso en los labios, sonriendo cuando sintió la cola de su pequeño rozar su pierna. Hyunjin estaba bien, su bebé no tenía ni idea de lo que ocurría, pero con Chan ahí, no tenía miedo.

—Creo que es hora de irnos. —dijo Chan después de un largo silencio incómodo. Seulgi lo miró y asintió, pero cuando el castaño se dispuso a cargar a su pequeño de nuevo, el otro hombre se acercó otro paso más, captando toda su atención.

— ¿Me dejas darte una charla antes que te vayas? Prometo que serán solo unos minutos y luego te retiras con Hyunjin.

La actitud de aquel sujeto no le gustaba en absoluto, se sentía acorralado, puesto que Seulgi no decía nada ante la mirada penetrante y prepotente que aquel hombre le mandaba a su pequeño Hyunjin y a él. Además, ese tal Minho se encontraba justo frente a la puerta, salir de ahí sin terminar cayéndose o golpeándose, encima con Hyunjin en brazos, era casi imposible. Minho no pasaba de los treinta años, tan lento no podía ser. 

— ¿Y qué si no lo hago? —Respondió Chan, desafiando sus límites.

—Seulgi será despedida y nadie podrá ayudarte a llevar el chequeo del embarazo de Hyunjin. No quiero que lleguemos a eso porque Seulgi lleva trabajando aquí años de años, pero es ilegal utilizar las instalaciones de su trabajo para uso personal sin el consentimiento de sus jefes y es lo que ha estado haciendo esta noche.

—Minho, Chan solo está atendiendo a Hyunjin aquí, no estamos haciendo nada ma- 

—Seulgi, por favor, retírate.

La mujer se mordió la lengua para no continuar hablando, la mirada dura del mayor calló cualquiera de sus argumentos y después de mantener sus ojos fijos en Chan, pidiéndole disculpas solo con este gesto, pasó por el lado de Minho, saliendo de la habitación y quedándose en el pasillo, esperando.