Realmente me gustas (Sasusaku)

Capítulo: 4

《En algún lugar del tiempo,
me encontrarás.
El algún lugar del tiempo,
me abrazarás.—
Astrid Orozco》

No se sentía orgullosa de sus acciones en el último mes, se tomó el tequila frente a ella, sintiendo como aquello Le quemaba la garganta. Hinata suspiró, hace un mes su vida era pacífica, y sin remordimientos, todo su estrés era culpa de Naruto, ese rubio tonto la había seducido y se había mentido en sus pantalones ¿o ella se había metido en los de él? ¡Como fuera! Ahora por culpa de ese baboso estaba enfrentado culpa y un dilema religioso.

Le hizo una seña al camarero y este llegó a ella—. Trae la botella de lo más  fuerte que tengas, no me importa que sea— pidió, tenía tres tragos vagando por su cuerpo, pero la verdad, no quería pensar en nada, solo quería estar tan borracha como esa noche que se "caso" y posteriormente consumo su matrimonio.

El recuerdo de que tal vez estaba casada con Naruto solo aumento su sed de alcohol. El camarero Le llevó una botella con un líquido transparente, no parecía peligroso, le resto importancia, y se la empino tomando directamente, el líquido quemo todo a su paso, se sintió levemente mareada, pero su mente y cuerpo se relajaron.

Está noche no pensaría en nada, entre trago y trago, su mente se relajo al punto de ser una bruma, se reía de todo, las luces de colores del bar, que al principio le parecieron corrientes, ahora le parecían la cosa más bonita, y tenía tantas ganas de ver a ese rubio tonto.

Salió a tropezones del bar, si quería llamar a su esposo debí tener algo de silencio, busco su número, y luego de varios intentos muy fallidos logro llamarlo, se sintió tan contenta por su hazaña.

—. Buenas noches— ¡dios mío su voz! ¿Como es que podía ser tan linda? Se rió.

—. Esposo, te extraño— hablo lento, pues su legua se sentía pesada, como si tu viera sueño, escucho a Naruto suspirar—, te extraño mucho—se recostó contra la primera pared que vio, sentía que se iba de lado.

—Hinata, ¿recuerdas lo que me gritaste hoy? — intento concentrarse, pero su mente solo pudo recordar algo de ellos dos.

—. Estamos casados— dijo con tono feliz.

—. No Hinata, me gritaste qué te dejara en paz, y que no querías verme—la pelinegra arrugó los labios, ella no podría decirle eso a él.

—¡Es mentira! ¡Solo lo dices para no cumplir tus deberes de esposo! ¡Nos casamos, ahora debes cumplir tu papel de esposo!— lloriqueo molesta, escucho a Naruto suspirar.

—. No cumplo mi papel de esposo por que tú no quieres— la respuesta del rubio la dejo confundida.

—. Yo si quiero— dijo directamente, hubo un silencio al otro lado de la línea.

—. No comprendo que es lo que quieres que haga— Hinata busco la paz interior, este chico era muy lento.

—. He dicho que te extraño, eso significa que te deseo Naruto— admito esperando que ahora si, él la entendiera.

—Hinata—el rubio suspiró esto era típico de ella, darle esperanzas, para después darle un golpe de realidad—, no puedo— ya no podía más con aquella situación que le hacía sentir tanto dolor.

— Naruto— dijo su nombre lentamente, saboreando cada sílaba—, yo.... Te... Deseo... Tan... To— se rió—, quiero hacerlo contigo cada vez que te veo— acarició cariñosa la pared—quiero que me hagas el amor—suspiró complacida ante el recuerdo de estar en sus brazos, y como la había acariciado lentamente, despertando la mujer dentro de ella.