Cap 1

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A veces los sueños son como globos con helio que se alejan yendo a las alturas, quien sabe a dónde llegan, si solo se los lleva el viento, si se rompen, o si llegan al cielo.

-Como se puede dormir en un lugar tan concurrido y con tanto ruido?-.
Comentaba una mujer a su esposo, a primera vista la chica que veía dormida en uno de los asientos, le parecía una floja.

-Te sorprendería mujer, los lugares en que se es capaz de dormir cuando no te queda energía-.

Más y más gente seguía pasando, unos se sentaban a su lado, llegaba su turno y se iban, pero el turno de ella simplemente no se llegaba.

Estaba tapada con su mantita, por debajo de esta, sujetaba sus rodillas sobre la silla, temblaba un poco, y por uno de los costados, colgaba su bolso al que se aferraba como si de eso dependiera el mundo.

-Ya no quiero... Ya no quiero sufrir más-.
Era un susurro muy muy bajo, y no olvidemos el ruido que hacen los altos parlantes llamando a la gente para abordar sus vuelos.

Una mirada cercana ya estaba prestándole atención.

-Ya...no... quiero-

De sus labios pudo leer "No quiero".

Una pequeña lágrima brillo en el rabillo de su ojo izquierdo.
Quien estaba a su lado, dudo si llevar su mano hasta a ella.
Porque de repente tenía la intención de secarle las lágrimas a una desconocida?.

-Yanoporfavor- Dijo en un hilo de voz, está vez pudo oírla claramente.

Se puso de pie para sentarse un asiento junto a ella, sacudió su hombro suavemente.

Ella abrió los ojos de golpe, apenas enrojecidos, un poco por el mal dormir, un poco por llorar.
Su mirada le impacto, tenía mucha pureza, era como de alguna forma poder ver su alma, y se sentía como si ella pudiera ver en tu interior también, los ojos eran de un verde muy especial.
Los labios de el se curvaron un poco, una pequeña sonrisa se asomaba por su rostro.

-No quería asustarte más, pero estabas teniendo una pesadilla, se duerme un poco mal entre vuelos-.

-Si, perdón, que vergüenza no era mi intención pero es que...-.

Se detuvo un momento observando al hombre.

"Parece que ya me ha reconocido, justo cuando me iba a contar lo que le pasa". Pensó para si mismo.

-Usted!- Se tapó la boca sonriendo.
-Oh Dios mío!- Puso su mano derecha en el pecho y se agachó levemente, el le correspondió el gesto.
-No grites, para que no nos rodeen-.
-Sientate, todavía falta algo de tiempo para que te llamen-.
Ella asintió tallandose los ojos.

-No lo hagas así, toma-.

Saco su pañuelo y se lo dió.
Ella lo tomo y se seco las lágrimas delicadamente.
Lo aprecio como si acariciara su cara con el, tenía un aroma, sería algo de su colonia tal vez.
-A ver, cuéntame ¿qué te pasa? a veces es importante hablar-.

Ella tenía ambas manos sujetando su pecho, como si le fuera a explotar, está vez con una sonrisa.
El asintió esperando su respuesta.

-Bueno... Esque...-. Tomo una bocanada de aire.

-Estaba pensando, en cosas de mi vida que no he resuelto, no se cómo lo hago pero, hasta en mi inconsciente las tengo presentes-.

-Pero ahora, vas de paseo, no deberías dejar un poco eso de lado? Y emocionarte-.

-Si, y lo estoy, estoy emocionada, solo que ese lado de mi que piensa en lo demás, compite con mi lado de disfrutar el momento-.

- Y amm, ahora mismo estoy feliz, porque no sabía que algún día lo conoceria-.

No todo es un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora