tres

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Jay abrió la puerta al escuchar unos suaves toques y se encontró de nuevo con el chico de grandes mejillas, mirándolo con ojos brillantes

Quizás ya no debería ni siquiera abrir la puerta.

ㅡHoy tampoco quiero, graciasㅡhabló antes que el castaño dijera algo.

ㅡ¡Hola! Sé que no nos conocemos y que no es mi problema, pero te vi ayer un poco desanimadoㅡrevisó en sus cosas y sacó una linda bolsa transparente con puntos de colores, amarrada con un listón azulㅡToma, te la regaloㅡse la extendió con una sonrisa.

Jay lo miró confundido, ¿desanimado? No estaba desanimado, se sentía muy bien de hecho, pero quizás en la forma en la que hablaba o lo miraba le daba a entender eso, lo cual era raro porque todos decían que tenía cara de amargado, no de alguien desanimado.

Que mala percepción tenía esta chico.

ㅡGracias, supongoㅡla acepto aún confundido, dándose cuenta de la figura en ésta, le parecía lindaㅡ¿Como te llamas?ㅡse atrevió a preguntar sin pensarlo, pero la pregunta de saber quién era había estado rondando en su cabeza desde que sus amigos mencionaron que también lo conocían.

ㅡYo soy Yang Jungwon, tú eres Park Jay.

ㅡ¿Como sabes quién soy?

ㅡAyer tus amigos te dijeron Jay, y el apellido, mi hermana mayor me lo dijo porque le preguntéㅡlo miró de manera apenada, no quería que pensara que era un acosador o algo asíㅡEs compañera tuya en la universidad, es Chaeryeong.

ㅡEscuché algo sobre eso, no sabía que eran hermanos.

ㅡMedia hermana, pero si.

ㅡInteresanteㅡsusurró para el mismoㅡGracias por estoㅡseñaló la galleta.

ㅡ¡De nada! ¡Que tengas buen día!ㅡvolvió a sonreír como siempre hacia.

Jay miró la galleta en sus manos luego de cerrar la puerta, era un gatito de chocolate con manchas naranjas, sonrió inconscientemente ante el detalle, era la primera vez que alguien se atrevía a darle algo tan sencillo personalmente sin algún toque de picardía.

ㅡ¿Quién era?ㅡpreguntó la señora Park bajando las escaleras luego de unos segundos.

ㅡEl chico de las galletas.

ㅡDime que compraste para mi, Seongie.

ㅡNo sabía que te gustaban.

ㅡ¡A todos les gustan!ㅡmiró la bolsa en sus manos y Jay la escondió rápidamenteㅡ¿Por qué la escondes? Dame esa, ni siquiera te gustanㅡtrató de quitársela, pero fue más rápido y corrió hacia las escaleras.

ㅡ¡Esta es mía!ㅡgritó mientras subía las escaleras rápidamente.

La señora Park estaba sorprendida, nunca lo había visto así, menos por una galleta.

La señora Park estaba sorprendida, nunca lo había visto así, menos por una galleta

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