𝗯𝗮𝗯𝘆 𝗵𝗲𝗮𝘃𝗲𝗻'𝘀 𝗶𝗻 𝘆𝗼𝘂𝗿 𝗲𝘆𝗲𝘀 ﹙changjin﹚

009

— Creo que me gusta Minho.

Hyunjin miró a Jisung a través de la mesa, no realmente impactado. Era martes y estaban en la cafetería comiendo el almuerzo. Eunha y Wonyoung habían ido al baño porque aparentemente a Wonyoung le había llegado el periodo.

Eran exactamente diez días después de la fiesta, y Hyunjin no había visto a Minho, San y Changbin desde entonces. Bueno, a no ser de que contara las veces que los veía en contra el muro de su escuela, fumando y riéndose mientras Hyunjin esperaba ser recogido.

— ¿L-le has hablado recientemente? — Hyunjin preguntó.

— Uh, no realmente. Quiero decir, el me alcanzó el jueves pasado cuando yo estaba esperando a mi chofer y me preguntó si quería ir a algún lado.

— ¿A dónde?

— Él solo dijo 'algún lado'. Obviamente no fui porque tenía que ir a casa y no tengo algo de qué hablar con él.

— ¿Tienes su número?

— No. Él no me lo pidió y yo no podía ofrecérselo.

— ¿Y hicieron algo más que no fuera besarse?

Jisung negó rápidamente para el alivio de Hyunjin. Hyunjin no estaba aliviado porque Jisung no haya hecho cosas sucias con un chico, él se dio cuenta que no le importaba realmente, él se sentía aliviado porque si Jisung hubiera hecho algo más que besarse, Jisung oficialmente tendría más experiencia que él. Y Hyunjin siempre quería ser el mejor en todo.

— Pero uh, no le digas a Wonyoung, ¿bueno? No quiero que mis padres o alguien se entere.

— No le diré, por supuesto.

Y su conversación se cortó cuando las chicas volvieron a la mesa, sonriendo. Cambiaron de tema hacia el siguiente juego de Cricket que era este sábado. A Hyunjin realmente no le gustaban los deportes, porque hacer deportes significaba sudar y oler feo y él no le permitiría eso a su cuerpo.

Quizá eso sea la razón por la que tengo una barrigota y un feo trasero gordo.

Cuando la escuela terminó ese día, Jisung, Eunha y Hyunjin salieron a comprar tiquetes para el 'Winter Formal' un baile que las escuelas realizan, que sería en un mes en el hotel 'Dorchester', el más costoso de todo Corea, si no es que de Inglaterra también. Cada estudiante tendría una habitación para compartir con su acompañante por noche. Usualmente, los chicos compraban los tiquetes y las chicas, hacían un gran esfuerzo por lucir bellas.

— ¿A quién llevaras? — Hyunjin le preguntó a Jisung, quien se encogió de hombros.

— No lo sé, probablemente iré con una chica de nuestra clase.

— Deberías llevar a Sana, ella rompió con Bangchan la semana pasada.

— Probablemente lo haré.

— Yo llevaré a San. — Dijo Eunha y normalmente a Hyunjin le hubiera importado mucho si un chico de escuela pública se parara si quiera fuera del hotel, pero ya no, el solo se encogió de hombros.

San parecía ser agradable y sabía cómo divertirse.

Estaban esperando a sus respectivos choferes, cuando Hyunjin vio a San y Minho acercándose a ellos. Él le pego un codazo a Jisung discretamente, quien se sonrojó y miró hacia sus pies, tratando de parecer ocupado.

— Hola bebé. — Dijo San, mirando alrededor asegurándose que el chofer de Eunha no había llegado todavía. El besó sus labios antes de pasar un brazo por sus hombros.

— Saldremos esta noche, ¿sí? — Él le pregunto a ella, y ella asintió.

— ¿Quieren venir? — Minho preguntó mirando a Hyunjin y después a Jisung.

¿En un día de escuela? Como si fuera a pasar.

— Uh... ¿seguro? — Dijo Jisung. — ¿Dónde?

— Solo saldremos a cenar en un restaurante de la ciudad — San respondió emocionado, — Ellos tienen las mejores hamburguesas de Seúl.

¿Hamburguesas? Se refieren a esas grasientas y engordantes carnes esparcidas en dos pedazos de pan? ¿Cómo en esos comerciales repugnantes?

— Vamos a las ocho y nos quedamos hasta las diez. Quizás deberías darme tu numero así podré testearte la dirección.

Minho le dijo a Jisung, quien estaba a punto de tener un espasmo cerebral.

— Uh... Si, seguro. Por supuesto. Dame uh-tu teléfono, creo.

Jisung escribió su número en el teléfono de Minho con dedos súper temblorosos, antes de devolvérselo, obviamente tratando de darle una sonrisa.

— Genial. Te veo más tarde entonces. — Dijo Minho y literalmente se inclinó para presionar un beso en la comisura de los labios de Jisung, lo cual bueno, cualquiera pudo haber visto. Pero entonces, Hyunjin recordó que a Minho probablemente no le importaba una mierda lo que los demás pensaran de él y si Hyunjin fuera honesto, admitiría que lo admiraba y al mismo tiempo lo envidiaba por eso.

Ahora todo lo que tenía que hacer, era buscar una manera de hacer que sus padres lo dejaran salir en un día de escuela.

Hyunjin decidió preguntarles mientras comían el postre ese día, cuando estaban comiendo Chocolate Mousse.

— Jisung y yo estábamos pensando en ir a comer a un restaurante de mariscos esta noche. — Él dijo calmadamente.

— ¿A qué restaurante japonés? ¿En el que sirven el buen camarón? — preguntó su madre mientras limpiaba su boca con un pañuelo.

— Ese. — Hyunjin respondió, aunque no sabía de qué restaurante hablaban.

— Eso suena bien pero, ¿ya hiciste tu tarea?

— Tengo que leer algo de economía una vez más y termino.

— Hm... ¿Qué piensas Siwon?

El papá de Hyunjin subió su mirada de su plato y se encogió de hombros. — Si él dice que volverá a las diez entonces así será. ¿Cómo irás?

— ¿Mediante un taxi? — Hyunjin dijo sin si quiera cuestionarlo.

Todos en la mesa se echaron a reír y Hyunjin se sintió como idiota.

— Muy buena esa, hijo. — Su padre le dijo. — Le diremos a Jaebum que te lleve hasta allá. Recuérdame dejarte algo de dinero.

— Tengo dinero suficiente.

¿Desde cuándo rechazaba una oferta de dinero? En serio que necesitaba un chequeo.

— Nunca puedes tener el dinero suficiente.

Hyunjin asintió y le agradeció antes de terminar su postre e ir a su habitación. Jisung le había testeado la dirección y después de haber buscado donde quedaba el restaurante de mariscos que su madre le había dicho, decidió que podía caminar las dos cuadras que faltaban para llegar al punto de encuentro.

Se vistió con los jeans que compró en 'Forever 21' y una camisa simple, ya que era una noche cálida y no se sentía con el humor de cargar un abrigo consigo.

Entonces, después de asegurarse de lucir presentable, no muy seguro de a quien quería impresionar, camino hacia el primer piso para coger el dinero que su padre le había dejado.