Capítulo 16

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Levanto mi bolso y mi abrigo del sillón y salgo hacia la oficina de Inuyasha, debo dejar en la oficina de arquitectura unos planos que me dejo Inu.
No entiendo como estara dividiendose para hacer realizar este trabajo sin descuidarse en su otro trabajo y es una lastima que este sea uno de sus últimos trabajos ya que a él le gusta la arquitectura.

Tomo un taxi para llegar un poco más antes, es tarde y no quiero caminar a altas horas de la noche.

Antes de cerrar la puerta del taxi veo a seshomaru salir de la empresa, un mes y dos semanas desde nuestra discución en mi departamento, no hablamos más de lo necesario. Aparto los pensamientos negativos, cierro la puerta del taxi para no retrasarme con los planos.

Cansada camino hacia una cafeteria, y antes de llegar al local me agarran de mi mano, tapandome la boca me llevan hacia un callejon. Forcejeo, y el agarre de la otra persona se hace más fuerte, llevandome arrastras al callejon oscuro, de un empujón me lleva contra la pared, golpeandome la cabeza en el proceso, aturdida levanto la mirada tratando de buscar un lugar para escaparme, mi captor saca una navaja del bolsillo erizansome la piel el terror y la desesperación se apodera de mi cuerpo.

Toma mi cartera, bajando la navaja, buscando objetos de valor, y esa pequeña distracción es suficiente para que yo trate de salir corriendo.

La voz no sale de mis lavios, quiero gritar, pero el miedo evita que llegue a pronunciar palabras.

Un jalón en mi brazo, un polge en mi pierna, y estoy en el asfalto del callejón, me trata de voltear y en mi desespero lo golpeo en la cara, que dicha acción retorna en mi rostro dejandome aturdida.

- Por favor. Susurros inaudibles.

Me revisa el cuerpo, no tengo nada de valor, mi celular lo deje en la oficina y solo cargo diez dolares para el taxi. No me dejara ir.

Trato de luchar, araño su rostro cuando empieza a tocar mi camisa, se aparta un poco, dejando un espacio para levantar mi pierna y golpearlo en sus genitales, otro golpe, en mi rostro, y otro, y el último es con su puño en mi lavio.

Caigo desorientada al piso, el hombro se vuelve a poner sobre mi, tengo miedo y no puedo hacer nada. Sus manos van a mi camisa abriendola de un tirón, trato de oponerme agarrando sus manos, otro golpe en mi rostro y mis manos las lleve encima de mi cabeza.

-Por favor. Ruego

La camisa y la falda desgarrada, sus manos por mi cuerpo....

***

Veo mi reflejo en el espejo, detallando cada parte de mi rostro, lleno de hematomas y un lavio partido. Mi cuerpo solo es como un recordatorio de esa noche, mis muñecas y abdomen estan las marcas de su agarre y un hematoma por la caida que tuve en ese alfalto.

Las pesadillas no me dejan dormir y a aparte de los golpes tengo sombras bajo mis ojos, el recuerdo me atormenta, y tan solo pensar que si no huviera sido por el hombre que me salvo se que no huviera podido vivir conmigo misma.

Cubro los hematomas con maquillaje, tratando que no se lleguen a ver y lamentablemente el lavio es algo que no se pueda cubrir, y faltar al trabajo ya no es una opción, ya falte dos días.

***

Toco la puerta dos veces y entro a su oficina. Quedandome a una distancia considerable entre su escritorio y mi persona.

-¿Crees que estas son las horas de llegar señorita higurashi?

Dejo la vista en el piso, por más maquillaje que use el lavio se ve horrible y en el momento que entre a la empresa todos se quedaron viendome y no quiero que él lo note.

AmantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora