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Desde el momento que lo vió un par de años atrás, admitía que su poca gracia le agradaba. Era pequeño a su comparación, su piel era blanca y destacaba pequeñas pecas en su nariz, su pelo rubio teñido combinaba muy bien con su rostro y su campera roja era algo único en él.

Con el paso de las semanas no supo nada de él... Claro, eso antes de Pogo.

Un profundo odio invadió su ser cada vez que lo veía. Paso 4 años postrado en una cama por su culpa ¿Por qué se paseaba como si nada? ¡Ese asesino debía estar tras de rejas!

Comprendió que recriminarlo no ayudaba en nada. Se veía que por cada comentario hiriente que salía de su boca poco a poco su sonrisa se desvanecía, provocando un sentimiento no muy bonito en su pecho.

Conway lo amenazó.

Si, lo tenía de los huevos.

Con el tiempo trabajando a su lado, quiso mirarlo con otros ojos.

Paso de ser un ser repulsivo a ser un compañero. De ser un compañero paso a ser un amigo. Y de ser un amigo paso a ser un amor platónico.

— Gustabo, que bueno verlo — Sonrió Viktor en su dirrección, captando la atención del menor — ¿Cómo le ha ido?

'Bien', se esperaba la respuesta, pues ya lo había vigilado desde que había salido de casa. Nada se le escapaba cuando se trataba de su pequeño.

— Bueno... Pasando el día, ya sabes — Sonrió juguetón mientras desviaba su mirada.

Eso ya no le gustaba.

— ¿Paso algo en especial? — Decidió preguntar, quitando su sonrisa de su pálido rostro.

— Solo una llamada inesperada. Algún gracioso que se burla del pasado — Murmuró.

Debía hacer algo.

Su niño no merecía ese desprecio por personas ajenas a él.

— Puedo solucionarlo si gusta — Se ofreció sonriente, complacido de poder ayudar.

— No es necesario, está bien.

— Insisto, no haré nada malo.

Que gran mentira.

A los pocos días el cuerpo del responsable de la llamada fue hallado en las alcantarillas. Su cuerpo estaba maltratado con golpes y cortes profundos, su rostro casi desfigurado solo provocaba pesadillas. Sus brazos eran decoradas por quemaduras de cigarrillo y sus piernas rotas era todo lo que se mostraba.

En su opinión fue un crimen perfecto.

Y por su puesto, no tan solo la suya.

— El asesino hizo un buen trabajo, algo perfecto — Admiraba Gustabo el cuerpo muerto, buscando alguna pista que lo pueda conducir al criminal.

— Alguien así debe estar demente — Comentó por lo bajo Viktor, mirando cada movimiento del rubio expectante — De todas formas ¿Usted lo conoce? — Decidió preguntar, sonando desinteresado.

García miró los papeles que mostraban los datos del sujeto, se quedó unos segundos meditando y tratando de hacer memoria en sus recuerdos, llegando a solo una conclusión.

— No, no lo conozco — Respondió finalmente.

De perlas.

El caso finalmente fue cerrado, no hubo sospechosos y por lo tanto, quedaba como uno de los casos más misteriosos y macabros de Los Santos. Todo estaba a su favor.

Después de toda esa intensa semana de trabajo, llegó a su casa cansado, con los hombros caídos y su cabeza palpitando por el estrés.

Necesitaba beber.

Con un vaso de vodka en sus manos, se dejó caer en su cómodo sofá, sus músculos se dejaron de tensar al sentir el líquido recorrer su garganta. Su cabeza dejo de dar vueltas al ya estar más relajado en las cuatro paredes de su departamento.

Se sentía tan bien.

— Es todo lo que necesitaba — Murmuró mirando hacia el techo blanco.

Poco a poco fue recordando su agitada semana. ¿De verdad había matado a una persona por Gustabo?

Si, lo había hecho.

Mentiría si dijera que paso miedo, todo lo contrario. Quería pensar que después de años en la policía ya no sentía la misma pena por tener que fusilar a alguien. Quería pensar eso... Pero este era un caso diferente a esas veces.

Lo ignoraba pero... Ese sentimiento seguía ahí.

— Fue una semana muy intensa — Susurró, moviendo de forma lenta el líquido del vaso.

No se arrepentía de su crímen. Era gracioso que después de tanto tiempo de servicio en la policía, se había convertido en lo que juro destruir. Un asesino.

Y no cualquier asesino, posiblemente uno de los más buscados en estos días.

Por alguna razón este caso llamo la atención de muchos. ¿Le extrañaba? Por supuesto que sí. Era muy raro.

Pero que más daba, ya estaba muerto, ¿No?

— Fue divertido — Comentó sonriente, bebiendo un poco más de su vodka.

Los recuerdos del chico pidiendo piedad simplemente era algo que nunca sacaría de su cabeza.

Era un hipócrita si antes odiaba a Gustabo, ahora mismo eran dos gotas de agua. Ambos mataron a gente inocente, ambos siguen las reglas puesta por los de arriba, ambos tienen secretos. Son perfectamente iguales.

Estaban destinados a estar juntos.

Una pareja que no teme a derramar sangre de civiles le era algo exitante y romántico.

De solo pensarlo lo hacía perder la cabeza.

Suponía que su vida iba a cambiar después de su primer crimen por amor.

— Para que no sospechen de mi... — Murmuraba somnoliento, dejando a un lado el vaso casi vacío del vodka — Los pondré de mi lado — Sonrió — Sobre todo a Gustabo.

Continuará...

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¡Muchas gracias por leer!

Creo que tarde un poco más de lo que debía jiji perdonarme.

Oficialmente entre a la universidad así que he estado ocupada y tratando de acostumbrarme al ambiente BSJAKSJS

Trataré de escribir, prometo

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⏰ Última actualización: May 10, 2022 ⏰

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