Part ll

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The hope in darkness...

Otro día, otra tarde y muchas más, más otra noche donde aquellas voces se manifestaban dentro de su cabeza. La golpeo con sus puños cerrados, realmente era insoportable, insufrible. Dejó a su cuerpo azotar contra el suelo, bañado en lágrimas. La sangre corría por sus sienes, sus brazos y piernas. Una mezcla de sudor y sangre.

-¡Váyanse! ¡Largo! -Se arrastro por el piso frio, comenzó a sentir como si las llamas quemarán su espalda- ¿Qué... que quieren... de mi?

Estaba en posición fetal ahora. Fuertes pisadas hacían que su suelo temblará y rugiera, no era una, eran muchas. Las sombras danzaban a su alrededor, le abrumaban, cayendo en una frustración inmensa.

Dolor, ya no solo sentía el suyo, si no el de varias personas. La guerra, bebés muertos en los suelos de aquellas tierras que estaban lejos de la mano de dios, sangre. Niños sin extremidades, a causa de aquellos conflictos bélicos, el hambre. La piel ceñida en sus pequeños e inocentes cuerpos. Las mujeres siendo violadas, ultrajadas con violencia por soldados crueles y despiadados que reían al hacerlo frente a sus pequeños. Hombres, esclavos que eran azotados hasta casi arrancarles la piel. Les escupían, les golpeaban sin piedad alguna mientras pedían con desespero ayuda.

Heechul moría en dolor y sufrimiento por aquellas personas. A flor de piel, en carne propia lo sentía. La respiración casi abandona sus pulmones, su sistema espiratorio casi se detenía.

-Sálvenlos... Sálvenme... -Llevó las manitas hacía su pecho, presionándolas con fuerza. Sentir el terror, la desgracia humana. Como su planeta cada vez se pudría más en la maldad. En los demonios que le hacían sufrir.

Comenzó a vomitar, el asco le había invadido por completo. Cuerpos desnudos, muertos vacios de vida que eran apilados uno a uno para ser quemados, imágenes del horrible holocausto nazi ahora hacían en su mente una perfecta película de terror. El olor pútrido de la piel chamuscarse, realmente no lo pudo soportar, y no pudo dejar de llorar al escuchar a unos bebitos llorar, siendo manejados para experimentos de laboratorio. Sustancias, venenos les eran administrados por parte de unas grandes jeringas que se clavaban en sus pequeños bracitos, de tanta brusquedad casi le rompen los huesitos.

Gente, tan malvada. ¿Por qué ellos no eran torturados? ¿Por qué el sí?

¿Acaso aquel dios todo poderoso no existe? ¿No puede ayudar a esas personas?

-¡Piedad! -Sollozo, haciéndose sangrar las manos de tanto clavarse las uñas, de tanta presión.

Entonces fue cuando un aire de esperanza se dejo sentir, haciendo danzar a las cortinas de su ventana.

Nuevamente, con rapidez y algo de furia clavo su espada en el suelo de la habitación, recitando aquellas palabras, en idioma chino.

-Tūnshí... Fěicuì lóng-Un pequeño dragón apareció, casi invisible mientras el destello aguamarina se desplazaba por el suelo, cubriéndolo todo, haciendo acallar aquellas voces, gritos y monstruos que hacían sufrir a Heechul.

El pelirrojo abrió desmesuradamente sus ojos al notar como todo se desvanecía, como una nube con el viento. Las figuras negras, las horribles criaturas de tus, sus pesadillas, se transformaban en humo.

Y lloró.

Lloró de alivio total, aquel ser había tenido compasión de él, una nueva ocasión de su jodida vida. Tan dichoso, nunca pensó sentirse así en medio de todo su infierno.

Se sintió en un lecho de rosas cuando el moreno cobijo su cuerpo, hacía el, acunándolo en su pecho, alzándolo ligeramente pues se encontraba tendido. Un olor a incienso había remplazado aquel horrible, lleno de crueldad. Sus manos volvieron pasearse por su cuerpo para curarle, y se estremeció. Suspirando al ver acrecentar ese hermoso color aguamarina en sus ligeramente rasgados ojos, hermosos orbes.

Survive Heart [HanChul Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora