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Nothing can be explained...

Corrió con todas sus fuerzas, con todas las que sus piernas le permitían. No podía respirar bien, terminaría desfalleciendo, pero sabía que tenía que lograrlo ¿Qué era eso que lo seguía? ¿Por qué le temía tanto? HeeChul dio la vuelta en la primera esquina que vio y luego cayó al suelo, se había doblado el tobillo, le ardía, y lo peor de todo es que ahora no sentía las piernas, no podía moverlas ni un poco. Comenzó a llorar de manera terrible, dolorosa y temerosa "Voy a morir..." se repetía mentalmente, se encontraba solo y herido en la calle a altas horas de la madrugada.

Entonces una sombra, una presencia se detuvo frente suyo, cubriendo su vista de aquello sabía acabaría con su existencia. Levanto muy apenas la mirada, viéndolo de la espalda, aquel traje negro parecido a un kimono no podía confundirse con la noche. En sus manos tomo algo parecido a una espada o katana, no lo sabe, su vista era tan borrosa a causa de sus lágrimas.

Y despertó.

El sudor frio recorría cada parte de su cuerpo pero inmediatamente se sentó en la cama. Aún era de noche ¿Cómo había llegado a su habitación? El sabía que lo que le había pasado no era un sueño.

El veía cosas, horribles que le atormentaban en vida y en sueños. Ya sabía distinguir su realidad a aquellas fantasías que uno suele tener al caer en brazos de Morfeo. Escuchaba voces, terriblemente guturales y perturbadoras todos los días en su cabeza, o eso pensaba al principio, ahora está casi seguro que no es el, es el mundo que le rodea, en el que todos viven tan pacíficamente... a excepción de él. Se echó a llorar, aquellas horribles voces volvían a hacer presencia en su mente. Llevó sus manos a su cabeza, presionándola con fuerza, encogiendo sus piernas, acercándolas hacía sí mismo, casi meciéndose como si fuera un loco dentro de un psiquiátrico. Y es que así se sentía.

No deseaba vivir así, pero temía que si moría aquellas horribles presencias le hicieran sentir un infierno peor que el que ahora presenciaba.

Y él estaba solo, solo con su pena y su terror, que sentía pronto le arrancaría el corazón y la respiración. No quería seguir, no deseaba continuar, estaba cansado de llorar. En ocasiones despierta con mutilaciones en sus brazos, hematomas y rasguños en su espalda ¿Qué clase de maldad el hizo para merecer aquello? ¿Por qué lo torturaban? Pareciese que aquello sobrenatural se burlara de él, por estar solo y sin ayuda, desprotegido y al borde del suicidio.

El ya estaba loco, lo sentía, lo admitía.

El pedir ayuda era un lujo que no se podía dar, nadie creería nada de lo que diría.

Se levanto de su cama de un salto al sentir las voces taladrar su cabeza, la querían hacer explotar con tanto ¿sufrimiento? Ah, era sumamente terrible. Era demoniaco, espantoso. Gritó y gritó golpeando su cuerpo contra las paredes, sin quitar las manos de su cabeza, jalando de su cabello rojizo.

-¡Basta! ¡Basta! -Soltó de manera desgarradora, su voz pronto desaparecería. Casi sintió sangrar la misma, no sabía si eso era posible- ¡Déjenme en paz! ¡Déjenme!

-*Tūnshí... Fěicuì lóng -Un suave susurro, una tenue voz. El no escucho nada pues estaba inmerso en su suplicio. Aquel extraño clavo su espada en el suelo de aquella habitación, una pequeña luz aguamarina se esparció por el mismo.

El pelirrojo escuchó gritos en su cabeza que se amortiguaban, desaparecían. No, solo se detenían, sentía que ahí seguirían, pero ¿Por qué se detuvieron? Su frágil y adolorido cuerpo muy apenas se podía mantener de pie, muy apenas y las ordenes que su cerebro mandaba eran obedecidas. Volteó a ver hacía el centro de su habitación, pudo reconocer de inmediato aquella figura, benigna para sus seis sentidos, aunque aún desconfiaba, no pudo dejar de temblar.

-¿Quién eres tú...? -Chillo, con agonía. Su rostro aún era cubierto por aquel líquido salado que emanaba de sus grandes ojos.- ¿Vienes a matarme?

Quizá era su fin.

Aquel extraño avanzó por la habitación, un par de pasos hacía él. La luna hacía brillar su cabello azabache. Sus ojos, de alguna manera brillaron, tornándose aguamarina, esmeralda o turquesa, muy ligeramente, no era un gran resplandor, era más profundo que resplandeciente.

-Yo no puedo hacer eso... -Musitó aquellas palabras en tono blando mientras quitaba su espada del suelo para envainarla nuevamente hacía su funda que se encontraba en su espalda, sostenida por un lazo por su cuerpo - Y tampoco quiero hacerlo.

Se aproximo mucho más a él, hasta quedar frente suyo, a una distancia de un pie. Atento.

-Puedes verme -Se dejó en claro a sí mismo, confundió un poco al chico que moría de dolor -Estás sufriendo... -Y dicho esto, elevo sus manos hacía el contrario, tomado sus brazos.

Paso su mano sobre las aéreas heridas, estás desaparecieron en cuestión de segundos junto con el dolor, y mientras así era, el brillo de los ojos del extraño se alzaba más, se manera pura.

-¿Quién eres? -Repitió con asombro, sin dejar de admirar su magnífico y apacible rostro. Una reconfortante sensación se esparció sobre su pecho cuando sus ojos se conectaron, mientras ahora "curaba" en su cabeza, dejando sus grandes manos a los costados de la misma.

Solo formó una suave sonrisa, tan hermosa a los ojos del piel lechosa, sin responder a nada.

Se apartó de él, cerrando los ojos, dándose la vuelta para irse.

Si, se iría y HeeChul temió por aquello, su única paz, su piedad se estaba retirando frente a sus ojos y de ¿su vida?

-¡No te vayas! -Le rogó tirándose al suelo, tirando de su traje *shihakusho. El contrario, el extraño de piel apiñonada ya tenía un pie fuera de la ventana, pero detuvo su marcha al ser retenido- No me dejes... solo...

Desesperación. Eso había encontrado el extraño en su mirada, mezclado con soledad, tristeza, dolor. Un sinfín de horribles sentimientos que sabía vivía cada día de su vida, cada hora, minuto, segundo.

-*Wǒ hé nǐ zài yīqǐ... -Murmuró de una forma, que hizo al coreano soltarle. Le dedico una sonrisa, de esas que transmitían confianza ¿Cómo podía ser tan angelical? Eso se decía Heechul que se mantuvo en el suelo sentado.

Se fue, desapareció. Y el temió más por no verle que por el regreso de sus demonios.

Una mariposa negra entro por su ventana, sin ser detectada por sus perdidos ojos.


Aclaraciones:
* Tūnshí... Fěicuì lóng: Devora... Dragón esmeralda.

* shihakusho: Traje japonés parecido a un kimono.

*Wǒ hé nǐ zài yīqǐ: Estoy contigo.

Survive Heart [HanChul Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora