Capítulo 5

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¿Hacia dónde me dirijo? Pues no lo sé, eso es lo divertido de explorar ¿Que si corro el riesgo de perderme? Pues sí, pero, ¿acaso eso no lo hace divertido también? Además está la frase de preguntando se llega a Roma , así que todo bien

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¿Hacia dónde me dirijo? Pues no lo sé, eso es lo divertido de explorar ¿Que si corro el riesgo de perderme? Pues sí, pero, ¿acaso eso no lo hace divertido también? Además está la frase de preguntando se llega a Roma , así que todo bien.

Hay leyendas en cada pasillo que me lo ponen todo más fácil. Una noche no alcanzará para explorar todo el hospital pero sí buena parte, ¡claro que sí!

Por primera vez en lo que llevo aquí sonrío para mí misma genuinamente. Escojo ir por las escaleras y bajo, a pesar de la hora aún hay ajetreo. Médicos y enfermeras por doquier.

Me paro frente a una leyenda. Estoy en la primera planta, la principal donde está la consulta externa y servicios clínicos. La planta de donde vengo es de observación y cardiología, imagino que yo sea de observación. La tercera planta es de infantes, está pediatría, ginecología y de todo terminado en ía. Y las plantas posteriores se distribuyen las salas de cirugía , quirófano, cuidados intensivos y recuperación.

Esos no me da mucha emoción visitarlos. Pero me gusta la idea de los niños, tengo empatía por ellos, no creo que se me den mal, aunque la idea de verlos enfermos me entristece, por lo que subo a la tercera planta pasando de largo por la mía y voy al ala C directamente, donde se encuentran los recién nacidos en su incubadora. Sus pequeños llantos y quejidos llenan la sala, hay varias enfermeras atendiéndolos. Me emociona ver tantos bebés juntos.

-Bienvenidos a la vida y a este mundo pequeñas habichuelas -dije bajito solo para mí.

A mi lado un hombre casi gigante y fuerte llega corriendo y se estrella contra el cristal, busca con la mirada a lo que imagino sea su bebé. Me quedo mirándolo cuando comienzan a brotar de sus ojos gruesas lágrimas, me da una sensación extraña ver a un hombre en su momento vulnerable, pero me alegro porque sus lágrimas son de felicidad.

El resto del tiempo juego a adivinar cuales serían sus pasiones cuando sean grandes. Sigo visitando la planta y llego hasta la sala D, donde hay varias recreaciones para los niños y salones especializados. Me alegra saber que tengan momentos de paz que los saque a ellos y a sus padres de los momentos tristes. Por lo que hago una nota mental de visitar luego esta sala.

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