─𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐚 𝐩𝐥𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐚.

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Única parte

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Única parte.



El primer comandante de Shirohige es alguien que con suma rapidez sabe darse cuenta de ciertas cosas que suceden dentro del barco, nota con gran facilidad si algo no anda bien con alguno de sus hermanos y siempre se acerca a otorgar su ayuda.


Con el pasar de los años, ha tendido a fijarse más en los tripulantes jóvenes, en busca de señales de comodidad y confianza. Por ello, era normal que estuviese echándole el ojo a cierto azabache desde el nido del barco.


Ace le agradaba y al ser D era un imán de problemas por ley, por ello tendía a mantenerlo más vigilado, para que no terminarse dentro de los juegos de Thatch y Haruta, como estos dos les llaman a sus travesuras.


Desde que oficialmente el más joven se había unido, la mayoría de comandantes se dio cuenta del gran cambio de personalidad en el contrario, tras haber estado a la defensiva por un tiempo y actuando como un cachorro agresivo, se había convertido en un cachorro risueño en busca de diversión y problemas, y había comenzado a interactuar con los demás tripulantes, no solo con su antigua tripulación.


Por esas cosas, Marco pudo darse cuenta de que algo ocurría, nuevamente la actitud de Ace estaba cambiando y todo después de haber tenido una plática privada con Oyaji. Nuevamente parecía desconfiado cerca de los comandantes, incluso con Thatch, a quien varios tripulantes podían asegurar podría ser como el mejor amigo del más joven. Pero incluso a este parecía ponerle una distancia y se mantenía aún más apegado a Deuce, su primer oficial.


Estaba más que claro que aquella platica tenía que ver con el cambio de actitud de su nuevo hermano menor, pero no podía obligar a este a hablar, sabe cómo tratar con Ace y lamentablemente es cada que este ya se encuentre en un límite es cuando finalmente se desahogara, y por un carajo, de verdad que le molestaba aquello de su hermano, no tiene por qué llegar a un límite, eso no es correcto.


Soltando un suspiro toma una de las cuerdas que yace amarrado del mástil y con ayuda de esta, baja hacia la cubierta, fácilmente podría usar la habilidad de su fruta, pero en este momento se encuentra cansado. Al tocar la cubierta con la suela de sus sandalias, decide dirigirse a su recamara para terminar su papeleo, antes de ingresar al pasillo, da una mirada de reojo al lugar donde yace sentado Oyaji y sonríe levemente al notar que Ace se encuentra sentado en el hombro de esté.


En un simple parpadeo su sonrisa se borró y sus cejas se alzaron al caer en cuenta de aquello, había olvidado aquella corta plática con Oyaji. Finalmente se había dado cuenta de que ocurría y no le agrado en lo absoluto.

𝐑𝐞𝐚𝐥𝐢𝐳𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora