Maldición De Sangre

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Los pasos dentro de la academia siempre fueron algo lo cual Kane tomó sin importarle mucho, al final ¿De que tenía que cuidarse?

Tragando ante la vista de la academia.

Kane estaba a un par de manzanas ya, por lo cual, podía vislumbrar ya el edificio.

Ella no había estado con ninguna de sus amigas, de hecho, desde ayer no había visto ningún mensaje.

―Te ves algo pálida ―la joven de cabello ceniza se giró y vio a su lado.

Caminando con tranquilidad.

Emiya Shirou, el ídolo del club del arco, estaba caminando sin preocupación alguna.

Kane estaba paranoica.

"Maestro, si es posible no se acerque demasiado al mago" la voz de Saber llegó a la cabeza de Kane al instante en que ella miró a todos lados buscando la voz.

Dando un suspiro, la joven bajó la cabeza y juntó las manos y jugaba con sus dedos mientras que caminaba.

Ella estaba realmente nerviosa.

―¿Todo va a ir bien? ¿No? ―la duda en toda la oración solo se ganó la misma mirada de Shirou.

La mirada que siempre portaba, la mirada que nunca dejó caer, la expresión de siempre.

Era como ver a una máquina, más que una persona.

Aquel fue el pensamiento que la mayoría tenia de Shirou.

Era una buena persona, siempre altiva, siempre atenta, siempre queriendo ayudar, pero fuera de eso ¿Hacia otra cosa?

Cuestionable.

La mayoría incluso supuso que era un pervertido en secreto.

Ahora Kane sabía que era algo como esos cuentos y cosas demás de esa clase.

Un mago.

―Lo hará, puedo defenderte, con tal de que sobrevivas el tiempo para que Saber llegue, todo irá bien ―Kane dio un suspiro ante aquellas palabras.

Actualmente Shirou tenia una bufando en su cuello y las manos con guantes.

Era para ocultar como las vendas cubrían parte del cuerpo del joven, al igual de ocultar el hecho de que el tono de piel del joven se tostó.

Fue curioso para Kane.

Como el joven tenía tinte rojo en su casa.

¿Shirou entonces siempre tuvo el cabello blanco?

La joven se quedó mirando unos instantes a Shirou a la espera de encontrar algo más.

Shirou que siempre fue un misterio para todos, era curioso como se veía y actuaba fuera de la escuela.

Además.

¿Cómo alguien podía cocinar tan bien?

―¡Kane-chan! ―un grito hizo que la joven de cabello gris girase y viera quien la llamaba.

Era Kaede que iba corriendo a la dirección de Kane.

Seguida detrás de Kaede, era posible ver a Yukkika, que caminaba con más moderación, pero de igual con un toque acelerado para alcanzar a su amiga.

Kane alzó una ceja cuando estuvo frente a Kane.

―Buenos días, Emiya-kun ―fue con un tono de confusión como emergió la voz en la boca de Kaede.

―Emiya-kun ―agachando la cabeza en signo de saludo, Yukkika saludo al joven de la otra clase.

―Buenos días ―la voz tranquila de Shirou llegó a las recién llegadas.

¿Qué es una guerra del santo grial? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora