Capitulo 5

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Elizabeth logro alcanzarlos antes de que ellos se fueran, alegando su compromiso con esta mision dispuesta a sacrificarse junto a ellos y seguir aun asi ellos ya no podian ayudarla.

Por otro lado, Kanon miraba al piso firmemente. Una sensacion extraña le recorria el cuerpo desde hace unos pocos dias, era de incomododad y nervios pero no conocia la causa, aun asi decidio ignorarlos y se aferro más a la ropa de Meliodas.

《Estoy oxidada》penso sobando su brazo quemado y rasguñado. Hace 16 años que no pelea, sus habilidades se estancaron y retrosedieron.

Meliodas—ya te lo dije, Kanon. Deberias volver, te dejare en la clinica Dana—le murmuro a esta, que seguia aferrandose a la ropa de él.

《Soy inutil en esta misión. Retirarme seria lo más prudente》sacudio su cabeza. No podia hacer que Meliodas este fijo en la pelea y fijo en ella, lo distraeria y eso traeria consecuencias.

Kanon—bien, Meliodas. Me quedare en la clinica—acepto. Lo vio sonreir y luminado y como soltaba un sonido de alegria.

Meliodas—¡chicos, ya vuelvo!, ¡ni se vayan sin mi!—paso sus manos, una por debajo las piernas de Kanon y la otra la sustuvo de su espalda. Saltando no ajetreadamente por los tejado—tienes la pierna a la miseria, no debiste correr a todos lados asi

Kanon—si hubises sido yo, ¿te hubieras quedado quieto?—

Meliodas—mjmj. Tienes razon—se adentro por una de las ventanas y la recosto en la camá—descansa, ¿si?—

Kanon—claro—sonrio adolorida. Seguido sintio los labios del rubio sobre los suyos, en un beso de despedida y partio donde los demás.

Kanon se recosto en la cama mejor. Ahora que estaba estatica sentia aun más el dolor de su cuerpo. Las quemaduras causadas por Gilthunder, los golpes de parte de Golgius y la gran cantidad de poder que uso y su pierna herida.

《¿como no me mori?... espera, nadie sabe que estoy aqui》se levanto de la cama. Obviamente nadie iria a atender a un paciente en una habitacion donde no habia nadie supuestamente.

Camino por la gran clinica, era bastante amplia y muy espaciosa, con muchas habitacion. Era bastante linda, miraba todo su alrededor con curiosidad.

Hasta que se escucho un grito por los pasillos, y nuevamente ignoro el dolor de su pierna corriendo en direccion al quejido.

La enfermera que anteriormente la habia atendido estaba llorando como si hubiera visto un milagro. Dirigio sus ojos al Doctor, y ella tambian adopto la exprecion de la enfermera, el Doctor Dana esta frente a ella, sano, sin heridas despies de ser atravezado.

Kanon—¿Doctor Dana?—murmuro y un escalofrio le dio en todo el cuerpo. El rastro de una magia divima fue lo que sintio, la misma que sintio una vez, y relaciono con Elizabeth al instante.

Dana—señorita. Yo lo lamento tanto, no se que decir, estoy muy avergonzado, yo... yo solo queria a mi hija conmigo nuevamente. No merezco su perdon, pero por favor sepa que estoy arrepentido—se disculpo en la cama.

Kanon—no tiene por que hacerlo. Cada quien tiene sus motivos en esta vida... ¿pero como usted...?—

Dana—como doctor no puedo permitirme el no saberlo, desafortunadamente no lo se—

—¡¿que hace usted levanta?!, ¡¡y con más heridad!!, ¡vamos!, ¡vamos a sanarla!—hablo la enfermera arastrandola a su habitacion, se despidio de Dana y llego a recostarse en la cama.

Seguido de más regaños, la enfermera la sano, vendas tanto en brazos y cara, como en su pierna herida. Se le fue ordenado el dormir, y no iba a negarse, se caia del sueño. Solo esperaba los demás esten bien cuando despierte, y que estan frente a ella diciendo que lo lograron.

(...)

Sintio una sensacion en la nariz y estornudo, sintio una risa bastante conocida y vio a Hawk haciendole cosquillas en la nariz.

Kanon—¡ya, Hawk!—se quejo y se sento en la cama—espera... ¡Hawk!

Hawk—¿ya estas mejor, Kanon?, quedaste hecha polvo despues de todo—

Kanon—ya me siento mejor, solo necesitaba descansar—comento y vio al rubio entrar por la puerta.

Hawk—los dejo solos. ¡no demoren!—pidio saliendo de la habitacion, a la par que el rubio entraba.

Meliodas—¿que tal tu pierna?—pregunto caminando hacia la cama y frenando a un lado de Kanon.

Kanon—solo siento molestia más que nada. ¿Y los demás?, ¿encontraron al zorro?—pregunto sentandose en la cama.

Meliodas—nishishi, aja. Es alguien que quiero que conozcas, vamos, te ayudo—la tomo de las manos y la jalo para que pudiera incorporarse, la agarro de la cintura y comenzo a caminar—se llevara una gran sorpresa...

(...)

Ahora Kanon estaba sentada en la misma cama en la que Elizabeth estaba recostada, preguntando por el estado de ambas chicas, Diane y Elizabeth sonrieron en respuesta y preguntar9n por el suyo.

Meliodas—bien, Kanon, Elizabeth. Él es Ban, el zorro de los 7 pecados capitales—presente con una mano extendida en la direccion del recien precentado.

Ban—mucho gusto, linduras—saludo.

Elizabeth—es un placer, señor Ban. Disculpe el no poder levantarme—

Kanon—¡un gusto!—saludo y lo vio inclinarse ante Elizabeth.

Ban—solo por curiosidad. ¿Quien es ella, Capitan?—señalo a la de cabellos rosas.

Meliodas—mjmjmj. Ella es Kanon, nos acompaña en este viaje, es mi esposa—presento cerca de ella tomandola de la mano.

Ban—¿esposa?...—miro a la mujer y luego a su capitan—ya deje de juegos, Capitan. Usted jamas podria tener esposa, es todo un pervertido, diga la verdad

Meliodas—si, es cierto—alzo la manos de ambos, en esta se encontraba un anillo en los dedos anulares de las manos izquierdas.

Ban—...¡¿esposa, Capitan?!, ¡¿como le hizo para conseguir una?!, ¡¿algun hechizo de mente o algo asi?!—se sorprendio y veia freneticamente a la pareja.

Meliodas—tuvo que decir si despues de una noche juntos—callo cuando sintio un golpe en su cabeza—¿por que me pegas?

Kanon—¿y aun preguntas?—regaño sobandose la mano. Fue mala idea golpearlo con el brazo herido.

Dana—¡vengan a comer!—anuncio y vio a todos acercarse emocionados.

Senett—aqui lo suyo, señoritas—llevo la comida.

Y en esa momento de risas y juegos se vio el cielo ser decorado por estrellas que caian en cruz, presagiando algo realmento malo.

(...)

Hawk—¿por que Elizabeth esta en tu cama?—pregunto desde el hombro de Diane.

Meliodas—cuando Ban llego se apodero de la habitacion de Elizabeth—bajo de la gigante al piso.

Diane—Elizabetg es muy valiente, Capitan—

Meliodas—si, asi lo eso—

Diane—capitan... Kanon tambien es muy valiente, perdon por como la trate cuando la conoci—se disculpo jugando con sus coletas, apesar de hacerlo con anterioridad con la pelirrosa.

Meliodas—esta bien, Diane. Kanon jamas te negaria una disculpa—saludo a el cerdo y a la gigante y camino hasta su habitacion, donde ambas mujeres dormian—esto es ironico, mi primer amor junto a mi nuevo amor. Y aun asi, no pudd protejer a ninguno—miro atentamente las heridas de ambas—pero te repito, Elizabeth. Rompere esta Maldicion, pero no para estar juntos...

Murmuro, la catastrofe futura era notoria, y lo sabia, y sabia que Kanon resultaria herida. No queria eso.

Meliodas—Kanon, solo espera, y podre hacerte la más feliz. Sin más tristeza, solo sonrisas—se sento a un lado de la nombrada y acaricio su cabellos rosas—solo... no pienses en Liz, por favor, se egoista... te amo

Nuevo Amor //Meliodas x tu//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora