El Camino Al Nuevo Amanecer

El primer choque

Se habla de una profecía donde seis elegidos son los únicos que podrán portar las reliquias benditas por el dios que gobernó estas tierras sin dificultad, reliquias que tienen la suficiente fuerza como para destruir el Valle de los Dioses por completo, por lo tanto la vitalidad de esta tierra depende de quien porte las reliquias.
Ya pasó una vez, hace 300 años cuando hubo el primer cataclismo que cambió el Valle por completo; toda la vida se extinguió y renació en un suspiro por un solo impacto que tuvieron estas reliquias y todo por una ridícula riña que nació por un choque de ideales de dos infantes con talento desmedido. Al crecer fue inevitable que se dieran cuenta de su potencial natural y lo fructífero que sería aprovecharlo para cumplir sus ideales. Crecieron con eso en mente, cumplir como sea su pensamiento para demostrar que el otro estaba equivocado, siendo la rivalidad más sonante en el reino de ese entonces, uno buscaba la unificación, que todo se rigiera bajo una misma voz y razón mientras que el otro apoyaba la diversidad total donde no solo uno, si no varios pactaran qué rumbo debería tomar la vida de la población de aquel reino. Tomaron roles importantes para difundir su idea, uno se convirtió en un diplomático importante gracias a las conexiones que tenía su padre, mientras que el otro se convirtió en un gran capitán que protegía al reino con su vida de las amenazas constantes que tenía el reino.
El como descubrieron las reliquias fue un acto de coincidencia, en una misión encargada a los soldados del reino encontraron un viejo templo destruido que emanaba una fuerza destructiva, la razón era un espadón y un martillo de guerra sellados en una caja con letras que en ese entonces eran inentendibles; al ser inspeccionadas con el mayor detenimiento posible se llegó a la conclusión de que estas no debían usarse bajo ninguna circunstancia y se sellarían en una de las zonas más seguras del reino, aunque, para el reconocido diplomático no fue un impedimento, vio la oportunidad de cumplir su ideal en esas reliquias y debía tomarlas a como de lugar. Ahí fue cuando comenzó, con una legión más que suficiente a sus espaldas realizó un golpe lo suficientemente fuerte como para poder tomar las reliquias en medio del desastre y usar dicha fuerza a su conveniencia; ahí estaba, al frente de ellas en bandeja de plata, el diplomático rompió el sello mágico que las protegía como si fuera papel y justo cuando iba a tomar las reliquias fue interrumpido por quien era su rival, el capitán sorprendido le preguntaba repetidas veces qué le pasaba por la mente sin obtener respuesta alguna, ante el desespero y temor el capitán le amenaza con usar la fuerza en caso de un movimiento indeseado desencadenando en una lucha por parte de los dos rivales en la que ninguno salió ileso, ni ellos, ni su gente. La fuerza de estos dos era tan potente que derribó el edificio que resguardaba las reliquias como piezas de juguete, cosa que pagaron caro las personas que se encontraban cerca de la estructura, pero no les importó en su momento a ambos, la preocupación mayor se centraba en las reliquias, las cuales en cada momento estaban más expuestas a la toma del diplomático, en un movimiento inesperado, el capitán es interceptado por los seguidores del diplomático y aunque fue solo un segundo, este último pudo escaparse con una sola reliquia en mano jurando regresar por la restante en cualquier momento. El capitán no pudo perdonárselo, luego de que su rival se saliera con la suya el ataque cesó, pero el desastre ya estaba hecho, debido a esto tomó la decisión de resguardar la reliquia lejos para que no sucediera de nuevo una catástrofe de este nivel muchas personas lo apoyaron y ofrecieron seguirlo pero el capitán se negó y sin decir nada, tomó la reliquia faltante y se marchó lejos.
Pasaron meses y el capitán tuvo finalmente su encuentro con la persona que esperaba, el diplomático le enseñó el estandarte que representaba el reino que los vio crecer y que al ondear derramaba la sangre de las personas que vivían allí junto con las palabras "Tú causaste esto", el capitán no entendía el por qué había hecho eso, era incapaz de creer que la persona que quería una unidad había asesinado un reino entero y al preguntarle la razón del por qué el diplomático le respondería: La voz de la razón no es más que la mía, al ofrecerme como el rey de esas tierras y decirles que los llevaría de nuevo a la prosperidad fui recibido con desprecio, odio, algo que no podía tolerar, esa gente me recordó a ti y a tu estúpido ideal equivocado, por eso lo hice, por apuntar al bando equivocado.
Solo hubo silencio luego de esas palabras, en esa zona desértica donde estaban, con más nada que tierra y un viento que soplaba ferozmente. Lo único que se escuchaba era la sangre de todos los que convivían en aquella región caer en el piso, al igual que una respiración entrecortada por parte del capitán que intentaba calmar la tristeza e ira que sentía en ese momento. En un parpadeo, el diplomático estaba al frente del capitán dispuesto a arrebatarle la reliquia como fuera y así sucedió nuevamente una batalla donde lo único a perder era la vida propia de alguno de los dos. La batalla fue breve a la vista, estos rivales realizaban movimientos tan bestialmente veloces que rompían cualquier ley escrita en aquel momento rompiendo así cualquier límite que pueda tener el cuerpo de cualquier persona en ese mundo. El único pensamiento en ese momento era cumplir el ideal que tenían desde infantes, cosa que ninguno conseguiría por chocar las reliquias en un intercambio de ataques, este impacto generaría una onda de choque tan abismal que consumiría a todo el mundo exterminando a todo ser vivo existente dejando solo un mundo desolado por completo, sin embargo, gracias a esto también nació un nuevo ecosistema, una nueva fauna, una nueva vida. Naciendo gracias a esto los nuevos pobladores más inteligentes del Valle de los dioses, los Ángeles y los Demonios.