Convertirse En Reina Del Cine Tras Transmigrar Como Gata De La Villana [GL]

Capítulo 1: Transmigración en una gata

(Portada Original)

Capítulo 1: Transmigración en una gata

"Hey, nuestra presidenta Luo Ke, ¿ya estás aquí? Te hemos estado esperando durante medio día".

"Ya estoy aquí".

Una voz fría se emitió desde el teléfono y cerca de la puerta del bar al mismo tiempo. Bai Xingrui levantó la cabeza y observó a la recién llegada de pies a cabeza, suspirando decepcionada.

"Y tú sigues con tu traje negro. No hace falta ser tan seria, después de todo, sólo tienes veintitrés años". Bai Xingrui se lamentó, estirando sus largas piernas, que llevaban mallas negras de seda, mientras su falda corta roja abrazaba sus caderas, perfilando su curvilíneo cuerpo.

Luo Ke ni siquiera se molestó en mirarla mientras se sentaba en la barra y levantaba la mano, indicando que quería una copa.

"¿Por qué me has invitado a salir?"

"¿No puedo salir contigo sin motivo?" Bai Xingrui puso una expresión de puchero, con los labios sobresaliendo de forma tierna, y apoyó la barbilla de forma prepotente, parpadeando sus grandes ojos a Luo Ke. Sin embargo, cuando recibió la mirada de muerte de Luo Ke, Bai Xingrui tosió dos veces y se incorporó.

"Hoy es tu cumpleaños, así que he preparado un regalo especial para ti".

Luo Ke dio un sorbo a su copa y observó cómo Bai Xingrui le tendía una gran caja con un paño encima. Frunció el ceño. ¿Un regalo tan grande?

Bai Xingrui desenrolló alegremente la tela negra, "¡Ta-da!"

Luo Ke echó un vistazo al débil gatito de la jaula, que apenas podía maullar.

Dijo: "El gato está casi muerto por tu culpa".

Bai Xingrui, sorprendida, se apresuró a levantar la jaula, pero el gatito que estaba dentro no se movió en absoluto. Tenía los ojos casi cerrados.

Estiró el dedo para pinchar al gatito, luego maldijo, empujó la jaula sobre la encimera y sacó su teléfono móvil para buscar al vendedor de gatos y arreglar este desplante.

Luo Ke examinó el cadáver del gato, su mirada se detuvo en sus ojos cerrados durante dos segundos, antes de apartar la vista.

"Meow–", sonó el débil sonido del maullido de un gato.

Luo Ke, ligeramente sorprendida, volvió a mirarlo. El gatito abrió también los ojos para mirarla, con las pupilas de color ámbar brillando a la luz del bar.

Tanto la humana como el gato se congelaron, y Luo Ke observó cómo el gato, que acababa de ser débil, se levantaba al instante, soltando un miserable maullido, y toda su espalda se arqueaba y se estrellaba contra la jaula.

Bai Xingrui seguía peleando con el vendedor de gatos en su teléfono y no se dio cuenta de ellos. Luo Ke giró la cabeza y le golpeó las pantorrillas con los dedos de su tacón. Bai Xingrui se volvió un segundo después.