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El sol de la fresca mañana se colaba por su cortina, iluminando las pequeñas estrellas ubicada aleatoriamente por todas sus mejillas, estrellas que acompañaban al bailante sol mañanero de ese día

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El sol de la fresca mañana se colaba por su cortina, iluminando las pequeñas estrellas ubicada aleatoriamente por todas sus mejillas, estrellas que acompañaban al bailante sol mañanero de ese día.

Ese era su despertador, y una clara señal de estar llegando tarde a su insoportable vida de preparatoria. Instintivamente saltó de su cama lo más rápido que le dió su dormido cuerpo.

No solía apurarse demasiado, de hecho, al pequeño rizado se le solía atribuír la característica de ser alguien muy puntual y estricto con sus horarios, pero aquella noche se había quedado despierto hasta tarde por una gran incertidumbre que se había estado sembrando día tras días, todo desde el ingreso de un peculiar estudiante a su clase.

A toda velocidad lavó sus dientes y se puso su lindo uniforme, claro no tuvo tiempo de desayunar, por lo que estaba decidido a rogarle un poco de su bento a su mejor amigo, Kaminari Denki, a la primer campanada del receso.

–¡Izuku, cariño!, ¡Al fin despiertas, bello durmiente!–emitió la tierna señora Midoriya tomando tranquilamente su café mañanero-intente hacerlo pero parecías un tronco durmiendo, ¡Sabes que no debes dormirte tarde y menos aún por estar metido en ese aparato! -regañó con delicadeza la mujer de mirada cansada.

Izuku se lamentó, por dónde lo viera su madre tenía razón, él tenía el sueño extremadamente pesado, nada podía levantarlo de su sueño, claro, y aunque suene extraño el sol del amanecer si lo hacía, el pecoso no comprendía cómo funcionaba exactamente su organismo, pero no tenía tiempo de meditar el comeplejo funcionamiento de su sueño.

Corrió fuera de su casa gritándole un dulce "te quiero" a su madre. Jamás se iba de allí sin recordárselo, la señora Midoriya estaba orgullosa de tener un hijo tan cariñoso, y con un ademán de saludo lo despidió con una sonrisa plantada en su rostro.

Llegó a su escuela totalmente sin energía, toda la había puesto en su corrida hacia el establecimiento, tomo unos segundos para poder recuperarse de su agitado ejercicio, afortunadamente aún no habían cerrado las puertas del lugar. Suspiró tomando fuerzas, debía comenzar a hacer más cardio urgentemente.

Entró a su clase interrumpiendo la misma, su amargado y temido profesor de álgebra le dirigió una mirada de poker al pequeño, Izuku sintió su cuerpo siendo perforada por esos ojos con forma almendrada y arrugada, parecía que apenas podían mantenerse abiertos.

Había olvidado que su clase menos favorita era la primera que tendría esa mañana. Puntos extras al hecho de que sería un pésimo día. 

Al dirigirse a su asiento se encontró con unos orbes bicolor mirándolo fijamente, se sintió nervioso al ser observado por aquel muchacho, causante de su tardada llegada y su noche de insomnio, solamente emuló una pequeña y tímida sonrisa para ser amable, Todoroki simplemente asintió haciéndo lo mismo, era la primera interacción que ambos habían tenido desde que llegó a la prestigiosa escuela. Después de todo, desde que entró había mantenido un perfil bajo, y no hablaba con nadie, por más que las chicas de su clase se tirarán sobre él.

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⏰ Última actualización: Dec 30, 2021 ⏰

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