𝟙𝟞

4.1K 376 88
                                    



Se encontraban viéndose a los ojos, y Dylan estaba esperando que Jacob cediera a empezar con esta conversación. Pero Jacob lo único que hizo fue parpadear cínicamente, con una sonrisa triunfal.

—Corrígeme si me equivoco Jay, pero, ¿dijiste que estabas "enamorado"?—Aún viéndolo ladeó su cabeza y negó le lentamente.

—Te equivocas— sonrió otra vez.

—Creí haber escuchado que estabas "enamo..."

—No Dy. No pongas palabras en mi boca, solo dije "enamo", que tú lo entendieras de otra manera es una cosa diferente. — se meció un poco en las piernas del contrario, jugando con el borde de la manga de su sudadera.

—Te estás volviendo mimando, pequeño.— Dylan besó la nariz de castaño delicadamente, haciendo que Jacob se volviera a sonrojar.—Me agrada.

—Oh no. Me estás volviendo así, ¡es tu culpa!— frunció el ceño, pero esto fue el incentivo para que Dylan se atreviera a robarle otro beso fugaz. Jacob cerró los ojos por una especie de reflejo, le estaba encantado sentir los labios ajenos en los suyos.

—Me encanta, en verdad. Si antes eras adorable ahora lo eres más.—acarició con el dorso de su mano las mejillas rojizas de Jacob.

Jacob escondió su cara en el hueco entre el hombro y la cabeza del mayor.

—Eres imposible.— rodó los ojos sabiendo que el rubio no lo podía ver.

—Y tú un bebé.— Jacob negó un poco con la cabeza, derrotado. No le podía ganar ni aunque tuviese el mejor argumento del mundo.

Era demasiado necio, y el también. A ninguno le gustaba ceder, pero de alguna manera u otra uno resultaba vencedor.

Jacob perdía por qué Dylan era imposible de convencer, de hacerlo cambiar de idea y era demasiado estricto en su comportamiento.

Y Dylan solo necesitaba ver esos ojitos cafés para decirse a si mismo, es mejor ver su bonita sonrisa pensando que en realidad tenía razón, aunque lo que diga sea una reverenda estupidez.

Entre ellos era demasiado competitivos, un rasgo que compartían los dos, pero a veces es bueno ceder.

—Si querías saber algo, solo diré que disfruto mucho el tiempo contigo.— habló casi en susurros, que afortunadamente Dylan escuchó a la perfección.

Rápidamente lo sacó de su "escondite" por los hombros y lo miró sorprendido.

—¿Lo haces?

—Si...— bajo la mirada— No vendría al otro lado del mundo contigo si no fuera así...

El impulso que sintió Dylan de besarlo hasta que sus labios de desgastaran y de encerrarlo en una caja diminuta que llevaría en su bolsillo para que nadie lo dañara, estaban peleando en su interior. No sabía cuál era más fuerte, pero debido a que la segunda opción era algo casi imposible...

Se lanzó al pequeño cuerpo, sosteniéndolo por la su espalda que se curvaba, dejándole un generoso espacio para pasar ambos brazos.

—También disfruto como no tienes una idea estar contigo, no puedo dejar de ver esos hipnotizantes. Te estás volviendo un mimado.— rosó su nariz con la del contrario, mientras Jacob pasaba ambos brazos por detrás de su nuca, con el objetivo de seguir con ese tipo de interacciones.

—Lo siento, contigo tratándome así... es imposible no ser un poco caprichoso...— hizo un pequeño puchero.

—No solo serás un poco, yo me encargaré de que seas un mocoso insoportable. Siempre buscando de mi atención ¿no?— acarició su barbilla, acercándolo aún más a él, cortando el espacio que sobraba entre ellos, pero antes de llegar a lo tan esperado por Jacob, Dylan se alejó con una sonrisa.

El menor soltó un quejido un tanto exagerado.

—Así me gusta Liebe.— volteó su cuerpo en dirección al espejo y ahora sin voltear al castaño. Abrochó los botones que le faltaban en su camisa y tomó el saco que estaba reposando sobre la cama.— Hoy tengo que hacer algo de suma importancia— al ver la cara de confusión del menor se aclaró si garganta y continuo—, esto dependerá en si te sigo comprando tu cereal favorito o no.— Jacob asintió. —Por lo cual no podrás pasar el día junto a mi como tal, pero cómo estás en un lugar ajeno a tu conocimiento, tendré que dejarte con alguien que si está familiarizado.

Jacob tardó un poco en conectar todos los puntos y relacionar las personas de las que podría estar hablando, poco se tardó en percatarse de que solo conocía a dos.

Negó con su cabeza varías veces enérgicamente.

—Jay, sé que no eres el mayor fanático de pasar tiempo junto a Morgan pero...

—¿No el mayor fanático? Me detesta y yo lo detesto por que el me detesta. No sé qué le hice a ese hombre, pero no creo que tengas que ser experto en el comportamiento humano para que lo veas por tu cuenta. Le caigo mal, Dy, no me obligues— exageró un puchero.

Al parecer Dylan no captaba las diversas señales, como haberse peleado la última vez que se vieron.

—Lo sé, lo sé. Pero no tengo otro lugar para dejarte, aquí no puedo. Eres inteligente Jay, pero me preocupa que te pase algo, hasta lo más mínimo, aunque te tropieces. Eres un tanto distraído...— Jacob lo miró serio.

—No soy distraído.— se cruzó de brazos.

—Bien, como digas. Morgan y tú me acompañarán, mientras yo entró a las reuniones. Ustedes pueden dialogar, ¿sabes? Podrían llegar a ser amigos.

—Yo jamás, jamás, de verdad jamás, me llevaría bien con él. Fue un grosero.— estaba indignado, no quería si quiera ver ese rostro.

Odiaba no poder decir que era feo, era como un artista guapo y muy famoso.

Lo odiaba.

—No lo repetiré dos veces Jay, lo vamos a hacer, de hecho ya deberías estar vestido.

—No quiero, no gracias.— seguía cruzado de brazos y evadiendo su mirada, tanto que no se dio cuenta cuando lo tomó en brazos y le estaba poniendo la ropa que se supone de debía ponerse hace unas cuantas horas.—¡No!

—Jacob, quédate quieto um Himmels willen [por amor a Dios]— de alguna manera u otra lo termino por arreglar y lo sacó de la habitación cargándolo en su hombro.

—¡Demonios!— Dylan dio un para nada fuerte golpe en su pierna, no lo quería lastimar, pero su actitud estaba siendo algo exagerada.— ¡Auch!— Dylan giró los ojos.







PERDÓN 😭
Está vez si me tardé, lo siento :(




Ideas de lo que puedan hacer los enemigos juntos?

Espero que están bien y que me perdonen por tardarme tanto 😭


Vota si te gustó ⭐️
~🥝

No Me Llames BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora