𝟚𝟘

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-Creo...- suspiró sintiendo el aire por sus rubios mechones ya alborotados. Acarició el brazo del castaño, para luego besar su hombro desnudo- que es mejor regresar, ¿no?- sintió que el cuerpo más delgado se quedó estático al instante.

Seguían sentados en esa bella playa que Dylan había encontrado hace poco. El viento se ponía más agresivo en cuanto más pasaban las horas.

Los niños jugando con sus papalotes habían abandonado las esperanzas de que su juguete no se rompiera, y los señores mayores habían empezado a sentir cada vez más frío e incomodidad en sus articulaciones, así que ellos también se habían retirado.

-¿A dónde?- dejó de recargar su espalda en el pecho del contrario para verlo a sus ojos, pudiendo notar como ese increíble verde se fusionaba con el azul grisáceo del cielo. Si no estuvieran teniendo este tipo de conversación sin duda le habría hecho un cumplido.

-A casa.- dijo Dylan con seriedad, Jacob no pareció reaccionar, tratando de procesar la información, y para su suerte una leve ráfaga de viento lo sacudió un poco, logrando que se abrazara más a sí mismo- Sé que no te has encontrado bien, y lo último que quiero es que te sientas incómodo.

-Dy, no. Estoy bien, esto no es para tanto...- Dylan lo miró directamente a los ojos con la misma seriedad con la que lo conoció y se arrepintió de sus palabras.

-¡¿Qué no es para tanto?! Mierda, pensé que ibas a morir o algo parecido, sentí que mi alma se salió de mi pecho al verte sin reaccionar.- apretó sus puños- Te he dicho que quiero protegerte, pero esta vez no sabía que hacer. Para mi fue mucho, maldita sea Jacob, no lo vuelvas a decir.- Ver los ojos de Jacob cristalizarse fue la señal para que entendiera que no fue la manera más acertada de hacerle saber su posición y su cara se suavizó al mismo tiempo en que acarició la mejilla del castaño.

-Y-yo no sabía, perdóname.- sollozó en el pecho de Dylan cuando él lo atrajo hasta su cuerpo.

Jacob era consciente de haber visto la preocupación en los ojos del contrario y sabía que tenía razón, pero aún así le dolía tanto haber escuchado su nombre de una forma nada amable y mas viniendo de una persona que le sacaba tantas sonrisas.

-Scheißen.- dijo el rubio para sí acariciando la espalda de Jacob- Liebe, lo que quiero decir es que esto es algo que nos afectó a los dos de manera muy negativa. Vi como sufrías sin poder razonar del todo y...- suspiró- yo no podía hacer nada, me sentí terrible cuando vi que no podías ni comunicarte y solo temblabas, sentí que te perdía pequeño y no sabes lo terrible que es ver una persona a que quieres en ese estado.- los ojos iluminados de Jacob lo miraron rápidamente con una mueca de impresión y el corazón palpitando velozmente.

-¿E-en serio?

-¿En serio qué?- dijo Dylan sin darse cuenta de sus palabras.

-Que me quieres- preguntó Jacob con una tímida sonrisa y se ensanchó aún más al ver como las mejillas del rubio también se habían teñido de un color rojizo.

-Si lo dije es por que es verdad. ¿Cómo no quererte?, Eres increíble.-Dylan sentía que su boca se manejaba por sí sola, pues el no era una persona que pudiera decir los "te quiero" tan fácil, pero aunque un poco incómodo, se sentía correcto. Correcto como el estar pasando su mano cariñosamente por la mejilla contraria y tan correcto como besar nuevamente los labios ajenos.

-Yo también te quiero...- dijo una vez que se separaron.

La sonrisa en el rostro de Dylan se disolvió de poco a poco, pero no fue lo suficientemente discreta como para que Jacob no notara como la curvatura en sus labios iba decayendo conforme a los segundos transcurrían.

No Me Llames BebéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora