Bruno Lombardi, 29 años.
El mafioso y narcotraficante más temido del país, todo el mundo lo considera como el rey de la mafia, cruel, sin sentimiento alguno, si alguien se interpone en su camino simplemente lo elimina.
Victor Moore, también uno de...
Desperté por los rayos de sol entrando por mi ventana. Me levanté y fui al baño a lavar mi rostro, a cepillar mis dientes y arreglar mi cabello. Luego bajé abajo a desayunar.
--Buen día maria--Dije entrando a la sala
--Buen dia cielo, ya mismo sirvo tu desayuno--Dijo
--Esta bien--Respondí
Me senté a esperar mi desayuno. Una vez listo maria me lo sirvió en la mesa y comencé a desayunar sola, me pareció raro no ver a bruno ya que siempre desayunaba conmigo con cara de amargado, pero mejor para mi si no esta aquí.
Estaba tan sumida en mis pensamientos hasta que escuchó un fuerte golpe en la mesa haciéndome asustar.
--Te estoy hablando mocosa! Donde tienes la cabeza?--Dijo bruno enojado
--Lo siento, estaba pensando--Dije
--En una hora nos vamos a la casa de mi abuela, así que arreglate para la ocasión--Dijo saliendo de la sala
--Como te detesto imbecil!--Dije de mala manera
Por suerte no me escuchó.
Lombardi me quitó las ganas de desayunar, así que me levanté de la mesa y me fui a mi habitación para ducharme y prepararme para irnos. Se que aún no conocía muy bien a su familia pero me alegra salir de la casa, no importa a que sea, solo quiero salir de este encierro.
Una vez que salí de ducharme fui al vestidor y me puse una falda larga con abertura y un crop top negro, junto con una cartera que llevaba algo de maquillaje y algunas cosas necesarias.
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Debería pedirle un celular a ese idiota, ya que me tiene aquí encerrada y ni siquiera me dio mis libros que me gane. Me aburro mucho sola sin hacer nada.
--Hanna apurate! Te espero en el auto--Dijo bruno desde afuera
Me miré por última vez en el espejo y me veía bien, me puse un poco de brillo labial y salí de la habitación. Baje las escaleras y luego salí de la casa, bruno estaba subiendo a su auto. Abrí la puerta del acompañante y me subí, me puse el cinturón de seguridad y el no dejaba de mirarme y eso me ponía incomoda.
--No había algo mejor? Algo más fino y delicado? Pareces una puta vestida así--Dijo con odio y poniendo en marcha el auto
No sé porque pero me dolió lo que dijo, tal vez porque no esperaba que dijera algo así. Yo me quedé incómoda, un nudo se hizo en mi garganta, solo lo miré y luego corrí mi vista hacía la ventanilla del auto observando la hermosa cuidad de italia...
Sin darme cuenta comencé a llorar, no lo había notado. Tal vez era porque estaba cansada de que bruno me humille y denigre como mujer, sabiendo que yo no elegí estar en esta situación! El me obligó a quedarme junto a el! Me odia y me lo deja claro todos los días. Pero yo no le hecho nada... ni sabia de su existencia. Pero el odio contra mi padre lo descarga todo en mi.
