La sombra

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Agotados de la lucha, con hambre y atormentados, con el dolor de haber perdido a muchos pensamos en descansar, una especie de tregua para reposar la mente y cuando más tranquilos estábamos nos atacaron por la espalda como viles cobardes. Una espada se presentó en mi cuello y lo acariciaba y en el momento en que la espada comenzó a profundizar cerré los ojos y susurré –Diego ven a por mí- y abrí mis ojos esperando la muerte y llego una sombra, un ser con capucha al cual el rostro no le pude ver, tan veloz como un rayo y tan eficaz como el fuego derribó todo a su paso y en un pestañear la espada no estaba en mi cuello la guerra la habíamos vencido y él había desaparecido justo como llegó
Capítulo 28 ¿Quien será esa sombra?
¿Quien era esa persona que me había salvado?, era una de las preguntas que rondaban mi cabeza

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