Capítulo 1

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En aquel momento yo salía de mi instituto. Me había quedado el último, todos los demás ya se habían marchado y mi mejor amigo también, porque tenía que coger el autobús para ir a casa.

Iba caminando por el patio con total tranquilidad escuchando el sonido de la brisa y de los pájaros cantando, pensando en que haría al llegar a casa. Pero esa vida tranquila y rutinaria estaba a punto de llegar a su fin.

Fue entonces, cuando caminaba. Me percaté de la presencia de una figura en una esquina de la pista de fútbol, al lado de los cipreses. La observé desde la distancia, pero rápidamente la figura se dió cuenta de que la había visto y salió huyendo ágilmente hasta que la perdí de vista. Impulsado por la curiosidad salí corriendo detrás de ella, pero al llegar al lugar donde estaba, no había rastro alguno de por donde podría haberse marchado. Por un momento pensé que solo eran imaginaciones mías por haber estado mucho tiempo al sol, pero entonces vi que algo reflejaba la luz del sol en el suelo.

Era una especie de pulsera con un diseño futurista, yo me agaché y la cogí. Estuve un momento mirándola por todos lados hasta que vi que tenía un botón en un lado. Pulsé el botón para ver que hacía y al pulsarlo sentí un leve calambre que me hizo tirar la pulsera al suelo.

Después de pulsar aquel botón vi como unas chispas flotando en el aire formaban un círculo en el que la imagen que había detrás de su interior se empezaba a distorsionar como un remolino hasta que desapareció y en su lugar había un paisaje blanco completamente vacío.

Estaba atónito, sin saber que hacer, hasta que la misma pulsera que abrió ese misterioso portal empezó a reproducir el siguiente mensaje: "Atención el universo en el que se hospeda en este momento será eliminado dentro de 1 minuto, por favor abandone el universo en el que se hospeda o será eliminado junto con él" y así estuvo repitiéndolo sin parar. 

¿¡Que mi universo sería eliminado dentro de un minuto!? ¡Eso es imposible! ¿Cómo podría ocurrir algo así? Todo era muy surrealista por lo que empecé a sospechar que estaba soñando. Pero cuando me pellizqué pude comprobar que no se trataba de un sueño, sino de la más pura realidad.

Después de ver ese misterioso portal abierto no quedaba razón alguna para dudar del mensaje que repetía la  pulsera. Recogí la pulsera y me la puse en la muñeca del brazo izquierdo, después mire fijamente el portal. No sabía a donde llevaría, pero seguramente no sería un lugar de este mundo, así que no lo pensé más y lo atravesé.

Después de atravesar el portal, aparecí en una especie de sala completamente blanca y vacía que parecía no tener fin. Volví a mirar hacia el portal y observé como todo lo que había detrás de él, mi hogar, se teñía de blanco hasta que el portal se destruyó. ¿Eso significaba que realmente mi universo y toda mi vida tal y como la conocía fue borrada? Quizás sí, pero aún así no lloré. Creo que mi cerebro aún no pudo procesar todo lo que acababa de pasar.

No sabía por donde ir, estaba muy desorientado y confundido, mi crebro aún no había procesado todo lo que había ocurrido. Finalmente, decidí caminar en línea recta en una sola dirección. Estuve andando por aquella sala infinita durante un buen rato y, después de un buen rato caminando, escuché una voz masculina detrás de mi.

—Vaya, ya veo que al final te has librado.

Después de escuchar la voz me di la vuelta y me encontré con la misma figura de antes. Vestía una bata con capucha de color granate algo corta, le llegaba por poco más de las rodillas y el resto de las piernas se lo cubrían unas media negras, además llevaba una máscara de color negro que le cubría completamente la cara.

—¿Quién eres tú? —le pregunté.

—Je, ¿hace falta que lo sepas? Mi nombre es Kenju.

—¿Ken...ju?

—Sí, y tú eres él, no cabe duda.

—¿A qué te refieres con él?

—No creo que lo necesites saber para lo poco que vas a durar. Yo he venido aquí para borrarte del mapa, pero tú conseguiste escapar de tu universo antes de que lo borrase, si no hubiera sido por la maldita pulsera que se me cayó, ahora mismo tú no existirías.

—Espera ¿qué estás insinuando?

—Jeje, creo que se puede intuir ¿no? Bueno como aún sigues vivo no me queda otra opción más que matarte ahora mismo por lo que ,si de verdad valoras tu vida, yo de ti saldría huyendo ya.

Después de escuchar que pretendía matarme mi instinto de supervivencia reaccionó y empecé a correr como nunca había corrido antes, mientras tanto, él parecía que me daba unos segundos de ventaja como si para él todo esto fuera un simple juego.

Después de unos segundos Kenju comenzó a perseguirme con gran velocidad, y a mí me empezaron a invadir los nervios. Pero entonces pensé que si la pulsera que llevaba había abierto un portal, ¿por que no abriría otro? Por lo que empecé a pulsar el mismo botón de antes con desesperación mientras sentía que Kenju estaba cada vez más cerca de mí.

—Vamos por favor funciona!

Al final se abrió un portal y yo corrí hacia él, eche la mirada hacia atrás durante un segundo viendo a Kenju muy cerca de mí y como en sus manos portaba dos hachas, una en cada mano, que parecían haber aparecido de la nada puesto que no vi que llevara nada antes. Volví a echar la mirada hacia delante, corriendo aún más rápido para alcanzar el portal antes de que Kenju me alcanzara. Cuando tenía el portal delante de mí salté dentro de él y conseguí atravesarlo por los pelos justo cuando Kenju logró alcanzarme e intentó golpearme con sus dos hachas.

Y así fue como comenzó mi historia. Una historia llena de desafíos y aventuras por el multiverso, un multiverso en el que me apodarán como Erased.








Erased RealityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora