-¿Al final que camisa te pones?
-La blanca, ¿y tú?
-La corta de color granate.
Martina se abrocha lentamente y con mucha cura la camisa blanca de Zara, todavía sin estrenar, la tenía guardada para ponérsela en una ocasión especial y hoy hemos quedado con sus mejores amigas. Hace pocos días que llegué a la ciudad, antes vivía con mi madre en Barcelona y hace poco más de una semana que me mudé al acogedor piso de Madrid en el que mi padre vive desde hace un par de años.
Se abrocha la camisa y se sube los pantalones cortos negros de tiro alto, entra en el lavabo que comunica con mi cuarto y se toca el pelo mientras mira su reflejo, tiene una melena larga y castaña, un castaño tan oscuro que a veces parece negro, le cubre la mitad de la espalda y ahora en verano se le hacen algunos reflejos más claros a causa del sol. Acerca el neceser morado y busca en él, el lápiz de ojos negro de MAC, aproxima su cara al espejo y resigue el contorno de sus bonitos ojos verdes grisáceos con este, ojalá tuviera yo unos ojos como los suyos.
Acaba de ponerse la máscara de pestañas y aparta la cara, contemplándose así a ella misma, en ese momento entro en el baño y me miro insatisfecha, no me gusta mi cuerpo, ni mi cara, ni la ropa que llevo, nada me parece lo suficientemente bueno, quiero causarles buena impresión a las amigas de Martina y nunca se sabe lo que puede pasar, nunca se sabe a quién te puedes encontrar por las calles de Madrid.
-Estoy horrible.
-¿Qué dices? Estás preciosa, como siempre. –exclama Martina mientras me aparta el pelo de la cara.
-Que va, mírate, tienes un cuerpo perfecto y eres guapísima. Ahora mírame a mí, estoy gorda y pálida y me ha salido un grano enorme en medio de la frente.
-Para de decir tonterías, estás guapísima, no seas así. Y respecto al grano, ponte un poco de corrector y ya verás como desaparece.
Yo no me veo con tan buenos ojos como ella, he perdido peso en los últimos meses por culpa del cambio de vida tan radical que he vivido, pero no tengo ni de lejos el cuerpo de Martina. Miro al espejo y veo nuestro reflejo, tengo el pelo liso y castaño claro con algunas mechas rubias, mis ojos son melosos y tengo los dientes perfectamente bien colocados y blancos, he llevado aparato dental durante un año y medio, hacía pocos meses que me lo habían quitado y en la sonrisa es en lo único en que mi amiga no me puede ganar, porque en todos los otros aspectos, es casi perfecta.
Ella a estado con tres chicos distintos en lo que llevamos de año y yo todavía con ninguno y la verdad es que tengo la sensación de que voy a acabar el año como lo he empezado, sola.
Solo he llegado a conocer a dos de sus novios, o líos, o como ella les quiera llamar; Alex y Marcos, dos chicos guapísimos. Por lo que Martina me había contado sé que Alex es modelo, y la verdad es que de los dos es el más guapo, aunque el otro tampoco está nada mal. Este es castaño con unos ojos azules que cualquiera se pararía a mirar, y Marcos es rubio con los ojos verdes, dos chicos prácticamente perfectos, como ella. Del tercer chico ni siquiera ha llegado a decirme su nombre, dice que no tienen nada serio y que solo ha quedado con él un par de veces, alguna que otra vez he escuchado a Martina discutir con él por teléfono pero nunca me ha contado nada, dice que hablaremos del tema más adelante, cuando todo lo que tienen se estabilice o simplemente se acabe. No quiero agobiarle para que me lo cuente, si no quiere hacerlo tendrá sus motivos, pero sinceramente me muero de ganas de saberlo.
Bueno, el caso es que ella ha estado con dos chicos guapísimos y un tercero que supongo que será tan perfecto como los anteriores, y yo no he estado con nadie, cuando vivía en Barcelona estaba colada por uno, un idiota del que me costó muchísimo despedirme ya que sabía que en cuanto subiera al avión todo lo que tenía con él se iba a acabar, aunque no fuera gran cosa, era especial para mí.
Acabo de pintarme los ojos y guardo todas las pinturas dentro del neceser morado, Martina está sentada encima de mi cama, tiene su pequeño bolso negro de ante al lado, y sonríe mientras mira el móvil, seguro que está hablando con ese chico misterioso por WhatsApp.
-¿Con quién hablas?
-Con nadie, no tiene importancia.
-Ya, claro, eso dices siempre. Seguro que es ese chico del que no me quieres hablar.
-Puede que sí o puede que no. -exclama mientras levanta la mirada del móvil y me sonríe.
-Anda tira, que llegamos tarde.
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TU VOZ ES MI SONIDO FAVORITO
FanfictionNo se si alguna vez lo habréis vivido, pero seguro que habréis oído hablar de ello, lo suelen llamar amor a primera vista o flechado. Yo nunca había creído en eso, hasta que lo vi por primera vez y varios meses después, él me vio a mi. Y cuando dos...