Caminamos las dos en silencio, no hace demasiado calor para estar a principios de Septiembre, pero la humedad y el poco aire que corre por las calles madrileñas dan una sensación de agobio espantosa.
Martina no aparta la mirada de su iPhone 6 negro, el que le regalaron cinco días atrás por su decimo quinto cumpleaños, me da mucha rabia que esté más pendiente del móvil que de mí, aunque suene egoísta, si quedamos es para pasar el rato juntas, no con la persona que está detrás de la pantalla.
Vamos caminando por la calle Santiago, y en la puerta de un restaurante nos encontramos con Adrián, es un chico verdaderamente guapo, de ojos verdes azulados y piel morena. Lo conocí el mismo día que llegué a Madrid, ya que vivimos en el mismo edificio, él en el primero y yo en el segundo piso, mi padre me presentó a su familia y aquella misma noche fuimos todos juntos a cenar a un restaurante que hay en nuestra misma calle. Al día siguiente su hermano me aseguró que yo le gustaba, y aunque era un chico guapo y simpático, no me había fijado en él de esa manera, pero al saber que le gustaba, él me empezó a gustar.
-Hola Claudia. –Dice mientras me sonríe y se acerca apresuradamente para darme dos besos.
-Hola. –Digo mientras le correspondo al saludo.- Adrián ella es Martina, y Martina, él es Adrián.
-Encantado. –exclama mientras le da dos besos a mi amiga.
-Lo mismo digo.
Se nota que le ha parecido guapa, ha puesto una cara al verla que nunca había visto y es que es normal, Martina es preciosa. Aunque ella casi no le ha prestado atención.
-¿Dónde vais? –exclama Adrián sin apartar sus preciosos ojos verdes de mi amiga. Ella sin embargo no mira a un punto fijo, no mira a nada en concreto.
-A la calle Mayor, hemos quedado con unas amigas. –exclama Martina mientras le enseña su bonita sonrisa. –Y tú, ¿qué haces aquí?
-Nada, esperando a un amigo para ir al cine.
No apartan la mirada el uno del otro, me siento tan desplazada y a la vez impotente de no poder hacer nada respecto a lo que está pasando.
-Bueno pues no os distraigo más, a ver cuando nos volvemos a ver.
Nos da dos besos a las dos y nos despedimos mientras continuamos con nuestro camino.
Agacho la cabeza y me limito a sonreír cada vez que Martina dice algo, no tengo ganas de hablar, ha dicho que la quiere ver y como se conozcan acabarán juntos, harían una pareja perfecta.
-Tía ¿qué te pasa?
-¿A mí? Nada.
-Sabes que puedes contarme lo que quieras. –dice mi amiga mientras me aparta el pelo de la cara.
No quiero hablar del tema, va a pensar que soy una niñata porque me gusta un chico al que apenas conozco.
-Lo sé, pero de verdad que no me pasa nada.
-Vale.
La conozco desde hace dos años, antes mi padre vivía en un pequeño piso en la calle Santa Clara y ella en el piso de enfrente. Siempre iba dos semanas durante el mes de Julio y esos quince días los pasábamos juntas, el resto del año hablábamos por WhatsApp y hacíamos Skype. Hace pocos meses al enterarse de que me mudaba definitivamente a Madrid, mi padre se trasladó al piso de la calle de Vergara, en el que vivimos actualmente. Por lo tanto, aunque cara a cara no pasábamos demasiado tiempo, me conoce perfectamente y sabe detectar hasta la más insignificante de mis mentiras.
-¿Qué te ha parecido Adrián?
-Pues por lo poco que he hablado con él parece simpático, pero sobretodo muy guapo. ¿Por?
-Nada, solo quería saber tu opinión. –digo intentando disimular mi rabia.
-Este es el vecino tan guapo que me dijiste, ¿no?
-Sí. –exclamo después de soltar una carcajada. Al fin y al cabo no me lo puedo tomar a malas, ella no sabe que me gusta y no tiene la culpa haberle gustado
Las dos continuamos caminando por la calle Santiago hasta llegar a la calle Mayor, no hay tanta gente como de costumbre, las otras veces que he venido con mi padre la calle estaba abarrotada.
-Tía, ¿ves las cuatro niñas que hay en la cola de la heladería? –dice Martina mientras señala a un grupo de chicas que hablan en corrillo.
-Sí.
-Pues esas son mis mejores amigas. –exclama mientras me tira del brazo para que avancemos.
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TU VOZ ES MI SONIDO FAVORITO
FanfictionNo se si alguna vez lo habréis vivido, pero seguro que habréis oído hablar de ello, lo suelen llamar amor a primera vista o flechado. Yo nunca había creído en eso, hasta que lo vi por primera vez y varios meses después, él me vio a mi. Y cuando dos...