Salvando al villano

2

  El administrador abrió la cerradura con la llave suavemente y empujó la puerta de la celda, solo para descubrir que Moss no sabía cuándo se liberó de los grilletes.

    Quería gritar, pero cerró la boca inconscientemente bajo sus movimientos opresivos.

    Moss salió de allí con manos y pies.

    Quiero dejar una elegante impresión en el ángel.

    Entonces escuchó la voz repugnante del ángel.

    Tang Xi: "Dios mío, está tan sucio, llévalo a lavar".

    Para mostrar su disgusto, incluso deliberadamente dio dos pasos hacia atrás y se tapó la nariz.

    Grover sacó hábilmente el perfume y lo roció en el aire dos veces.

    El perfume sigue siendo un producto de alta gama en este mundo, y en esta lujosa mansión, Tang Xi solo lo considerará un ambientador.

    Pero a Tang Xi no le gustó la abrumadora fragancia, por lo que frunció el ceño nuevamente.

    Caer en los ojos de los forasteros es una prueba de que no le gustaba mucho este esclavo.

    Moss sintió que su corazón, que acababa de ejercitarse vigorosamente, estaba a punto de romperse ahora.

    Su expresión se volvió más feroz, como la de un perro lobo.

    Tang Xi se rió disimuladamente en su corazón.

    Lo hizo a propósito, deliberadamente para romper el corazón del oficial de la pala.

    El oficial de la pala de mierda podía acudir a él, obviamente, pero seguía escondiéndose.

    Mao Mao está enojado. Jpg

    Tang Xi quiere ser obstinado una vez y seguir a la persona del propietario original para intimidar al oficial de la pala en el mundo de la misión.

    Dio la casualidad de que el oficial de palas del mundo quería llamar a su amo.

    Las orejas de Tang Xi están ligeramente rojas debido a este nombre.

    Para evitar ser visto, simplemente se dio la vuelta y se fue.

    A los ojos de los demás, este era un esclavo inmundo que no podía soportarlo en absoluto.

    Moss era como un perro malo abandonado por su amo, viendo a su ángel irse con la vista.

    Levantó la mano con sospecha y la olió, pero no olió ningún olor peculiar en su cuerpo, era el olor húmedo de la mazmorra misma.

    Su rostro y su ropa estaban bastante sucios, manchados de barro.

    Después de todo, se enterró cuando se durmió hace cien años.

    Inesperadamente, los traficantes audaces lo desenterraron como un comercio de esclavos.

    Cuanto más pensaba en ello, más se enojaba Mos. Sentía que el traficante había hecho que el ángel lo odiara.

    Ve y mátalo.

    Pensando así, dijo fríamente por cierto: "Llévame a limpiar".

    Como hace mucho que no habla, sus cuerdas vocales todavía no están familiarizadas con el lenguaje humano.

    La actitud no es como un esclavo, más como un esclavo.

    Pero el administrador de la mazmorra no pudo decir nada cuando se encontró con sus ojos oscuros.