III

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Era bastante aburrido el empezar de las lecciones, era más el cómo aprender a ser la "esposa perfecta", pero a criterio de los hombres de aquel pueblo el cual podría considerarse más una tribu.

Gracias a aquél sueño la joven se encontraba más que perdida en sus pensamientos, quería saber si en algún momento conocería a aquel hombre, ese que tanto se aparecía en sus sueños y le hacía sentir la paz en su corazón.

—¡Melisa! —

Aquel grito le hizo sobresaltarse saliendo de sus pensamientos viendo como la profesora estaba frente a ella y había azotado su libro en su escritorio.

—Señorita debe contestar cuando se le habla, así solo se ganará que su futuro hombre la abofeteé —

Eso le hizo sentir algo de temor al pensar sobre que le tocaría estar con alguien que le maltratara.

—perdón profesora... no me siento muy bien hoy— habló en un tono bajo y dulce como era su costumbre, ella no era capaz de mostrar fortaleza contra otros, siempre siendo dócil.

La mujer mayor suspiró y se agachó para estar cerca del oído de ella y le pudiera escuchar. —Si se siente mal vaya al baño y mójese la cara, recuerde que hoy vienen los alfas a visitar el lugar—

Ella respondió asintiendo para poder levantarse de su lugar, podía escuchar a sus compañeras chismorrear detrás de ella así retirándose al baño intentando buscar paz mental.

Melisa

"No sé qué me ocurre, solo puedo pensar en ese hombre y seguro solo es producto de mi imaginación... estoy harta de sentir una ilusión absurda, jamás podré sentir aquella bella atracción...

Racroi alguna vez me habló de ese hermoso amor, imprimarse de alguien debe ser lo más bello del universo."

Suspire algo agobiada por mis pensamientos, solo son cuentos tontos de niños y debía centrarme en la realidad, a lo más que podía aspirar era a tener si acaso un marido que no me tratara de manera miserable. Ya en el baño había llegado inmediatamente a mojar mi rostro y viéndome el espejo. Me veo y siento que algo me falta, soy feliz, pero hay un enorme vacío en mi interior y puedo verlo en mis ojos.

Puedo anhelar a volver a soñar con aquel hombre, desearía poder conocer más de él pero la verdad mi poder era escaso para saber más, aparte le había jurado a mi hermana mayor no usar mis poderes... solo ella sabía de estos... poder ver sueños ajenos, es como ver los pensamientos de la gente y es agobiante, me desespera poder saber cosas que piensan los otros, aunque quisiera vivir en la ignorancia no podría gracias a este absurdo poder.

Observé el reloj que se encontraba en la pared del baño y así volví andando con calma al aula, aunque para mi desgracia los alfas y algunos de sus hijos ya estaban dando una vuelta por el lugar, a lo que uno de estos chicos me vio por lo que se me acercó.

—vaya vaya... pero si es la pequeña hermana del monstruo — ese hombre unos años mayor que yo era alguien que detestaba mi hermana mayor, Jackson... Tenía una gran cicatriz en el rostro gracias a ella.

Yo solo me limité a hacer una leve reverencia en silencio para no ser descortés, aunque sentí la mano de él tomándome de la barbilla para que le viera a los ojos.

—Bueno, no eres como el monstruo de tu hermana, tal vez considere apuntarme a tus candidatos— me daba asco, su risa divertida me daba escalofríos, pero solo me limité nuevamente a ser cortés sonriéndole levemente esperando a que me soltara así regresando a mi camino a mi aula, aun así, podía sentir su mirada en mi espalda.

Aceleré el paso hasta llegar a la puerta correspondiente así entrando, dejando de sentir la mirada fija del hombre desagradable para ahora tener la mirada de las chicas del salón en lo que iba a sentarme nuevamente así viendo a la libreta que tenía enfrente. La verdad no tenía muchos ánimos de hablar con las demás o preguntar qué estaban haciendo por lo que tomé el lápiz y me dispuse a dibujar garabatos en la hoja de la libreta. Esos garabatos se convirtieron en trazos más definidos y de manera inconsciente había plasmado el rostro de un hombre que no conocía, dejando el lápiz a un lado veía fijamente mi obra pensando quien podría ser... sentía como si le conociera y era como si la sonrisa del dibujo fuese una sonrisa dedicada a mí lo que me provocaba sonreír a mí y sentirme tranquila y alegre ignorando posibles comentarios de las chicas a mi alrededor hasta que pude escuchar que hablaban del chico que me había encontrado previamente. La piel se me erizaba, no entendía que le veían de atractivo, era un completo idiota.

—Enserio desearía que se fije en mí y de case conmigo, tendríamos hermosos bebés y lo complacería —

Honestamente siento que ellas no saben de qué hablan, no por nada mi hermana mayor le dejó esa cicatriz...

Fue tortuoso, pero ya que llegó la hora de poder retirarse salí apresurada de ahí, deseaba poder ir a casa por el viejo teléfono que había y buscar donde agarrar señal para poder charlar con mi hermana como era costumbre. Adoraba poder contarle aquellos hermosos sueños que tenía.

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⏰ Última actualización: Jan 21, 2022 ⏰

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