𝑪𝒓𝒆𝒂𝒕𝒖𝒓𝒆𝒔 𝒐𝒇 𝑬𝒗𝒊𝒍/𝒁𝒐𝒅𝒊𝒂𝒄𝒐

❝𝘾𝘼𝙍𝙉𝙀 𝙁𝙍𝙀𝙎𝘾𝘼❞

●Capítulo uno●

Viento frío en pleno verano, acompañado por esa pesada vibra constante en el internado Dark Valley. La bella joven de ojos azules y cabellos castaños, observaba el largo camino rodeado de árboles, a través de la ventana izquierda de la patrulla.

Hace aproximadamente una hora, los oficiales irrumpieron en su casa buscando succionar con jeringas un poco de sangre de todos los integrantes de su familia, y justo cuando éstos se disponían a retirarse al detectar que las pruebas eran negativas, un alarmante positivo llevó a los uniformados a tratar de llevarse a la chica.

Al instante, sus coloridas alas manchadas de tonalidades verdes y rosadas, aparecieron como un suspiro en la espalda de Natalie Collins. Sus ojos se pintaron de un dorado brillante, y tuvo la intención de convertir a su pequeño cactus que había comprado para dar un tono natural a la sala principal, en uno enorme que evitara que la alejaran de su familia. Sin embargo, uno de los oficiales fue mucho más rápido y soltó una descarga eléctrica sobre la chica con uno de sus Tasers, obligándola a volver a su forma humana, y a desvanecerse en el suelo, permitiendo que se la llevaran al supuesto internado.

Hace varios años, la vida de los seres sobrenaturales era de lo más tranquila, hasta que los jóvenes problema empezaron a usar sus poderes para crear caos. Cientos de personas inocentes murieron por su inconsciencia, pero lo que el gobierno debía hacer era encerrar únicamente a los causantes de los disturbios, no a los chicos que no habían causado ningún daño.

Pero según le dijo su padre, el miedo es poderoso. Es capaz de hacer fuego y hielo en medio del tranquilo desierto. A veces su padre era muy sabio, y ella lo admiraba tanto que incluso sabía varias de sus frases de memoria. Las repasaba en todos los momentos críticos de su vida, y sin lugar a dudas, este era uno de esos momentos.

De pronto, divisó un portón negro con un círculo dorado en medio que empezó a abrirse a la par, permitiendo la entrada al vehículo en el que Natalie era transportada.
Al pasar, la chica comenzó a explorar el lugar con la mirada. Había seis guardias junto al portón custodiando el lugar con armas en las manos, una pequeña rotonda en el centro con el nombre del internado en letras doradas, varias patrullas estacionadas junto a la rotonda, y un enorme edificio de tonos rojizos que era custodiado por aproximadamente diez guardias.

El automóvil se detuvo entre la rotonda y el edificio, y los oficiales que la acompañaban en la patrulla bajaron, le abrieron la puerta, y le entregaron sus maletas que contenían los pocos objetos personales que le permitieron llevar.

Con inseguridad en los ojos, Natalie observó como era mirada con desprecio y un toque de miedo por los guardias, a excepción de uno, que agachó la cabeza levemente en señal de saludo y le brindó una linda sonrisa, por lo que tímidamente, la chica le devolvió el gesto. Lanzó una mirada a la etiqueta de su traje, notando que aquél hombre se llamaba Rahim Kumar, y que en realidad, era mucho más joven que el resto de los guardias del lugar.