❄Tumba de Nieve❄

Arrepentimiento y Perdón

Azzy fue el primero en salir, y detrás de él Toriel y Kris. Con mucho cuidado lo cargaron e incorporaron en la van roja para llevarlo corriendo al hospital.

-Rudy, resiste. Estamos contigo, solo no dejes de respirar- dijo Toriel tratando de parecer tranquila, aunque en sus ojos se notaba la preocupación. -Mi niña, no te preocupes, lo llevaré ahora para que se ponga mejor. Kris, acompáñame por favor- dirigiéndose al humano quien rápidamente se metió dentro, mirando con cuidado a mi padre.

Toriel le pidió a su hijo mayor ir a buscar las carpetas que yo tenía prohibidas y que fuera con ellas al hospital. Sin dudarlo, lo conduje al despacho donde estaba el mueble que los apoyaba.

-Sé que tenemos que apurarnos, pero hay algo que realmente necesito decirte, Noelle- dijo Asriel mientras recogía todos y cada uno de los exámenes.

-Asriel, yo...

-Sé que tal vez nunca más quieran hablar con nosotros, pero lo entiendo. Fue mi culpa que Dess huyera. Si la hubiera seguido más tiempo, si tal vez le hubiera correspondido, esa tragedia nunca habría pasado... Yo no puedo quitarme su imagen de la cabeza, su risa y sus ocurrencias paranormales que le gustaban tanto y como nos divertíamos juntos los cuatro.

-Yo también extraño esos días... Cuando las cosas eran simples...

-Pero te agradezco que nos hayas vuelto a hablar. Haremos todo lo posible para ayudarte porque te queremos mucho mi madre y yo, Noelle. Y estoy segura que Kris también, a su manera. Vamos, llama a tu madre: es necesario que este enterada de esto.

Esas últimas palabras me hicieron llorar. Ellos siempre fueron tan buenas personas. Los conflictos nos habían privado de su amistad, pero ellos seguían siendo los mismos. Ese día su intervención hizo que mi padre se salvara de algo muy grave. Los médicos dijeron que si nos hubiéramos tardado más, tal vez mi padre hubiera caído.

Mi padre sonrió con satisfacción  al ver desde la camilla a mí y a mamá en un lado, y a sus vecinos por el otro, orando al Santo Ángel en una esquina, para que lograra despertar. Hizo una pequeña seña para que mi mamá, que había llegado hace poco y estaba completamente desesperada, se acercara a él; ella corrió y se inclinó:

-Amor, la señora Toriel y sus hijos   salvaron mi vida esta vez, agradecerles es lo más justo- susurró a mi madre, que se ruborizó ligeramente mientras volvía sobre sus pasos y se acercó   a la mamá  de mis amigos pidiéndole que salieran juntas para hablar un poco.

Yo miré con una mezcla de tristeza y alegría a mi padre haciendo un tembloroso gesto de paz desde la camilla. Mis amigos se acercaron ligeramente, y sin dudarlo corrí a abrazarlos.

-Gracias, gracias, gracias...- no me salían más palabras.

-Somos amigos, siempre estaremos para ti, si tu quieres- dijo Azzy apoyando su mano en mi hombro.

Kris solo se quedó más atrás, mirando la escena. Ya no podía ver sus ojos, pero una lágrima cayó en silencio.