Una ardilla corrió por las ramas de un árbol hasta llegar al tronco donde parecía guardar sus semillas. Pocas veces la veía alejarse del árbol. Mientras tanto, aves pequeñas se posaban en la parte más alta del mismo. Siempre temerosas de cualquier ruido o viento arrasante. El clima era complicado, cambiaba diario y bruscamente, podía estar soleado y luego caer una tormenta de un momento a otro. Esta vez, el viento no tenía fuerza, parecía ser una simple brisa. Una brisa de otoño.
Esto fue una breve descripción de lo que usualmente se ve por la ventana de mi aula de clases. Gracias a mi poco interés académico siempre recurro a distraerme con esta.En fin, la última clase debió haber empezado hace 15 minutos ya. Muchos mataban el tiempo hablando, viendo sus celulares, escuchando música, dibujando, o fumando en la puerta si eran lo suficientemente valientes. El profesor aún no completaba su trayecto de camino al aula, y no parecia que lo fuer a hacer considerando el tie,po que habia pasado. Algunos incluso optaron por irse.
En realidad, habría tomado la misma decisión, si no fuera porque aún tengo un asunto pendiente aquí. Había un chico de nuevo ingreso durmiendo plácidamente algunos asientos delante de mí. De cabellera negra y llevaba una suéter gris, las únicas características que pude ver desde los asientos de atrás. Había cautivado mi atención desde la primera instancia.
Su cara me era familiar y la curiosidad me ha estado carcomiendo desde esa mañana.-¿Nos vamos?- preguntó una voz a mi lado.
-Puedes irte si quieres, te alcanzo después.- Respondí recostando mi cabeza sobre la mesa aún con la mirada hacia delante.
-Mar dijo que podría comer el pan de plátano que hizo si te acompañaba a casa. Además, no podría llegar sola, sería grosero. Así que... - Explicó. Sin embargo, sólo pude concentrarme en la chica que suavemente despertaba al bello durmiente.Desde donde me encontraba no podía entender su conversación y él se veía incluso más confundido que yo.
Mi único pensamiento durante todo el día fue poder hablar con él durante la salida, ya que durante el receso me acobarde. Es complicado expresar el porqué, pero mi cuerpo entero tiembla y siento mi estómago caer con solo pensar en acercarme. No es nada fuera de lo común, siempre me ha costado hablar con desconocidos. Me resulta difícil abrirme así como así.
En eso la voz a mi lado volvió a interrumpir mis pensamientos. -Si quieres saber su nombre solo pregúntale. No es tan raro como lo haces ver, Thomas.- comentó guardando unos cuadernos y cerrando su mochila.Debo aclarar que Alexis Granada, la voz irritante a mi lado, es en realidad mi mejor amiga desde los 9 años. Pelirroja y de ojos grisáceos. Llena de pretendientes hasta los dientes. Y de hecho, la única persona fuera de mi familia con la que puedo hablar sin problema alguno, la única persona a la que le confío todo. Es una chicaa demasiado extrovertida, hace amigos en todos lados sin importarle la edad. Una vez la deje sola en un oarwue por 2 minutos y cuando volvi la encontre jugando con una niñs en los columpios. Aunque sea infantil, y molesta es el mejor tipo de persona que puedo tener en mi vida. A veces la envidio.
Cada tanto me pegunto por que razón tiene ese interes en mi. Siempre está ahí sin importar las circunstancias, es leal y carismática. Simplemente mi alma gemela.-Solo ve. No es difícil.- agregó. -Si quieres lo hago yo.-
Sin prestar atención a lo que decía, acepté.
-Genial. Voy y vengo.-
Apenas pude procesar sus intenciones entré en pánico e intenté detenerla. -¡No! ¡Esper-! -
Y lo siguiente que vi fue el techo del salón desde el duro suelo. Gracias a mi insuficiencia de hierro y torpeza, terminé recostado con la silla de Alex como cobijita.
-Agh, Mierda. - susurré intentando levantarme.
-¿Estás bien? -
-Alex, creo que me fracturé el coxis... - respondí pero para mi suerte, recibí una risa grave. Abrí bien los ojos rápidamente. - Ah-... - fue lo único que salió de mi boca mientras hacía cruzaba miradas con los ojos más profundos que haya conocido.
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Two Stars.
Teen FictionThomas Guiso de 17 años vive una vida normal, se toma todo como un chiste, simplemente dejándolo fluir. Más sin embargo, su pasado y las acciones de sus seres queridos lo persiguen, la realidad se burlaba de él a diario, cada día el sentimiento de t...